Roma devuelve la vida al mausoleo de Augusto, la mayor tumba circular del mundo
Con 90 metros de diámetro y 45 de diámetro, el mayor mausoleo circular del mundo reabrirá sus puertas tras décadas de abandono en Roma

Foto: Sovrintendenza Capitolina ai Beni Culturali.
Fue el primer emperador de Roma, el mismo que presumía de haber encontrado una ciudad de ladrillos y haberla dejado revestida de mármol. Por supuesto, Augusto no escatimó para su propio sepulcro, colosal mausoleo que alcanzaba una altura de 45 metros y 87 metros de diámetro y que hoy sigue siendo el sepulcro circular más grande del planeta. Maltratado y abandonado durante siglos, por fin volverá a abrir sus puertas el próximo 1 de marzo como nuevo atractivo de la ciudad.
Y es que, pese a la crisis sanitaria mundial que mantiene cerrados museos y monumentos en toda Italia, el país no ha parado los trabajos de restauración de su patrimonio. Así, si hace pocos días conocíamos el proyecto que devolverá la arena al Coliseo, ahora es la tumba de Augusto la que será rescatada de las ruinas.
Según la alcaldesa de Roma, Virginia Raggi, se trata de “un regalo que devolvemos a Roma, a Italia y al mundo entero”. Finalmente, tras una restauración de 13 añoso que ha costado más de 10 millones de euros, se podrá volver a visitar desde el próximo 1 de marzo aunque ya se pueden reservar las entradas.
Mausoleo de Augusto
Escondido en pleno centro histórico, entre maleza y cipreses salvajes, el mausoleo fue en origen una obra imponente, revestido de mármol y adornado con esculturas, con un edificio cilíndrico en su interior destinado a guardar las cenizas de Agusto y de su gens, su familia. Aún hoy puede verse la lápida de su sobrino Marcelo.
Aunque ahora se mantiene su desnuda estructura de ladrillo rojo, en su origen el mausoleo estuvo recubierto de mármol y adornado con esculturas
Se cree que apenas se usó como tumba durante algo más de 100 años, antes de que se perdieran los registros. El último emperador sepultado en su interior fue Nerva, a finales del primer siglo de nuestra era, y después el lugar cayó en desuso.
Su recuperación es importante porque, además de monumento, esta tumba es clave para entender la historia de Roma, también desde el punto de vista político, y cómo pasó de ser una república a estar gobernada por emperadores.
Nacido en el año 63 antes de Cristo, adoptado por Julio César y nombrado su heredero, Augusto accedió al poder tras vencer en cinco guerras a quienes se lo disputaban, la última y más decisiva la batalla naval de Accio, frente a las costas helenas, contra Marco Antonio y Cleopatra.
Los romanos temían que este famoso militar trasladase la capital a Egipto, embriagado por su bella y legendaria reina, y por eso Augusto, tras su triunfo, una de las primeras cosas que ordenó fue la construcción de este enorme mausoleo. Y lo hizo en el Campo Marzio, un área de Roma en el que fue cremado su tío Julio César y donde el historiador Tito Livio sitúa el ascenso al cielo del mítico fundador de la urbe, Rómulo, convertido en el dios Quirino. Un golpe de efecto con el que Augusto certificaba su romanidad.
De fortín a auditorio (y hasta plaza de toros)
Apenas cien años después de su muerte, el lugar fue gradualmente abandonado y sus ricos materiales expoliados y empleados para la reconstrucción de la ciudad en el siglo XVI, con la vuelta del papa de Avignon.
Adquirido por la familia Colonna, se convirtió en fortín y, más adelante pasó a manos de los Correia portugueses. Según los registros, hacia 1780 se usó como anfiteatro y albergó diferentes espectáculos, incluso corridas de toros que organizó el español Bernardo Matas. En el siglo XIX pasó a propiedad del estado italiano, que lo convirtió en un auditorio cubierto con una cúpula de cristal y acero que se empleó para conciertos.
Con la llegada de Benito Mussolini al poder, el lugar recuperó atractivo y el dictador fascista lo imaginó como su propio mausoleo, por lo que ordenó eliminar los añadidos modernos y excavó para sacar a la luz los restos originales. La Segunda Guerra Mundial truncó también estos fines y el lugar permaneció a cielo abierto, aunque desde 1950 se proyectaba su rehabilitación. Sin embargo, llegó en estado prácticamente ruinoso hasta el siglo XXI, con breves aperturas hasta el 2007, cuando se cerró definitivamente para acometer investigaciones arqueológicas.
Rehabilitación
Con la rehabilitación de este mausoleo se explicará la importancia histórica de este lugar pero, además, se podrán conocer los distintos usos que tuvo a lo largo de los siglos y descubrir los numerosos restos antiguos descubiertos bajo tierra durante las labores de restauración. Según se ha anunciado, la musealización incluirá elementos de realidad virtual.
Las obras no se han restringido al monumento, sino que también se han extendido a la plaza, a orillas del Tíber y muy próxima al ‘Ara Pacis’, el monumental altar que conmemora el periodo de paz que siguió a las victoriosas campañas de Augusto, y usada en las últimas décadas como aparcamiento de autobuses urbanos.
Ahora el ayuntamiento romano, con la colaboración de la Fundación Tim, regenerará también esta zona con jardines y un nuevo diseño urbanístico más accesible. Se prevé que todo el conjunto esté terminado a finales de 2023.