Exorcismos y devoción en una ruta mágica por Galicia

Religión, misticismo, leyendas y apariciones se dan cita por esta ruta que descubre la magia de Galicia

Romería de Nosa Señora do Corpiño. Foto Carlos Magariños | CC

En el corazón de Galicia, en esos valles donde se cruzan los límites entre las provincias de Lugo, Pontevedra y Ourense, los antiguos monasterios, las ermitas y las iglesias siguen rodeadas de mitos y leyendas donde la religión se confunde con las tradiciones.

Allí se encuentran sitios famosos por sus apariciones y exorcismos, junto con otros que son fuentes de peregrinación y devoción desde hace siglos.

Este viaje, siguiendo las sugerencia de Turismo de Galicia, seguimos las huellas de la cara más mística de estas tierras bautizadas por la lluvia y el viento.

Se trata de realizar dos jornadas en calma, contemplando paisajes y realizando numerosos desvíos para visitar diferentes monumentos religiosos y los pueblos cercanos.

Monasterio de Santa María de Aciveiro. Foto Turismo de Galicia

Desde el centro geográfico de Galicia

El punto de partida son las Tierras de Deza, con sus bosques de pinos, robles y castaños en el centro geográfico de Galicia; donde también se pueden encontrar cascadas y grandes pazos.

Allí se encuentra la Torre de Cira, fortaleza medieval donde la reina Urraca confinó a Diego Gelmírez, el primer arzobispo de Santiago de Compostela. No muy lejos está el monasterio de Camanzo, sitio prerrománico con interesantes frescos que justifican una visita, que se complementan con las vistas sobre el valle del río Ulla.

El monasterio de Carboeiro, en Silleda, fue usado como centro de meditación por los monjes benedictinos, que aprovechaban el aislamiento de un terreno elevado en un meandro del río Deza.

Interior del monasterio de Carboeiro. Foto Appleando | CC

El monasterio de Carboeiro, en Silleda, fue usado como centro de meditación por los monjes benedictinos, que aprovechaban el aislamiento del terreno elevado junto al río Deza

El lugar cuenta con detalles a tener en cuenta, como las figuras realizadas por los discípulos del Maestro Mateo, creador del famoso Pórtico de la Gloria en la catedral de Santiago de Compostela.

Huellas de la vida rural

Este monasterio es base de las rutas de senderismo, que acercan al Puente de Demo (que siglos atrás era un peligroso lugar por los robos) y a la cascada del río Toxa, de 30 metros y una de las más altas de Europa.

Los Pendellos de Angolada. Foto Amaianos | CC

La vida agrícola se descubre en el antiguo recinto ferial de los Pendellos, en la villa de Agolada, donde entre los puestos de columnas y mostradores de piedra uno puede imaginar lo que era el antiguo mercado medieval.

Pero para conocerlo en profundidad, mejor concurrir en agosto, que se organiza una feria de artesanía tradicional.

La ermita que vigila las provincias gallegas

En la segunda jornada el misticismo sube de intensidad. El día comienza con una excursión al Monte Faro, que llega a los 1.187 metros de altura, y en donde hay una capilla, reformada en el s.XVII.

Estamos en el límite de Pontevedra y Lugo, y desde este atalaya se contemplan los valles y sierras de las cuatro provincias gallegas.

La ermita de Monte Faro. Foto Noel | Feans

Con un desvío a Cea, en Ourense, se llega al monasterio de Santa María a Real de Oseira, cuya fastuosa arquitectura le valió la denominación del ‘Escorial gallego’. Perteneciente a la orden de los cistercienses, presenta estructuras de estilo románico que se complementan con otras barrocas.

En el lugar desde hace siglos los monjes elaboran un exquisito licor de hierbas, el eucaliptine, cuya receta proviene de una antigua fórmula que se mantiene en secreto.

El santuario de los exorcismos

La ruta sigue al municipio de Lalín, en Pontevedra, donde está el Santuario de Nosa Señora do Corpiño, uno de los más antiguos y famosos de Galicia.

El Santuario de Nosa Señora do Corpiño es famoso por los exorcismos que se realizan en el templo

Levantado en el siglo XVIII, en un sitio que los pobladores atribuyeron numerosas apariciones.

Las bóvedas de crucería del monasterio de Santa María la Real. Foto José Antonio Gil Martínez | CC

Tras su fundación se sucedieron los milagros de esta virgen, sobre todo con la solución de los dolores de cabeza y, en caso más extremos, de casos de demencia, dicen las voces locales.

En agradecimiento los días de romería, entre el 23 y 24 de junio, congregan multitudes devotas de esta imagen, a quienes les piden ayuda en dolencias “ligadas a la mente y al espíritu”, indican en Turismo de Galicia.

Pero una de las vertientes más atrapantes de este templo es su tradición en torno a los exorcismos que se realizan dentro de la iglesia, práctica que tiene el visto bueno del Vaticano.

Se supone que el proceso de exorcismo se realiza sin testigos a la vista. En las paredes del templo hay un escaparate con fotografías y testimonios de supuestas ‘víctimas de Satán’ que se han curado en el lugar; pero allí está prohibido realizar fotografías.

Peregrinaciones para echar el demonio fuera

En el atrio es común que los pobladores y peregrinos llegaran para “quitar el hechizo”, “echar al demonio fuera” o curar “el ramo cautivo”.

Las romerías en el santuario congregan multitudes. Foto O Corpiño.org

O como dicen en Galicia, evitar el meigallo, el embrujamiento que lleva a padecer enfermedades, enfrentarse a los seres queridos o llegar a la locura.

Por ello no es extraño que alrededor del santuario haya puestos que venden amuletos contra el mal de ojo y la envidia.

Alrededor del santuario los puestos venden amuletos contra el mal de ojo y la envidia

En todo caso, hasta los menos creyentes tocan la imagen de Nosa Señora para pedirle favores, como se ven en las multitudinarias romerías del verano, o en el Corpiño Pequeño, del 25 de marzo; evento más relajado que esa fiesta mayor.

El fervor místico se puede cerrar con la degustación de quesos y embutidos en las tienda de Lalín, que desde 1968 aloja una interesante Fiesta del Cocido; una síntesis gastronómica de los productos de la ganadería y agricultura local.

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