Ruta por los tesoros desconocidos de la Serranía del Turia

El río Turia, al noroeste de Valencia, moldea un fascinante paisaje de cañones y desfiladeros ideales para recorrer en coche o autocaravana

Ruta de los puentes colgantes en el Cañón del Turia. Foto Freshwater 2006 – CC

En estos cañones el Turia se abre paso con timidez, como intimidado por las paredes verticales que lo vigilan. A su lado hay senderos que, en ocasiones, tienen que abrirse paso entre los muros rocosos por medio de túneles esculpidos por la naturaleza o también por la civilización.

Estamos en la Serranía del Turia, a menos de 100 km de Valencia, región también conocida como Los Serranos donde el curso de este río ha generado cañones, desfiladeros y gargantas que sorprenden.

Y no solo por su belleza, sino también porque es un sitio que muchos desconocen, ideal para descubrir en una escapada de unos días para ir combinando los trayectos viales con largas caminatas.

Se trata de un recorrido que, según el libro Rutas en Autocaravana por España (Anaya Touring), se puede realizar durante cinco días. Son 50 kilómetros, con su inicio en Sot de Chera y su punto final en Chelva.

Los pliegues geológicos de Sot de Chera. Foto Anselm Pallàs – CC

Sot de Chera, el principio

Llegar hasta ese primer sitio es sencillo, a menos de una hora de Valencia; aunque el último tramo por la CV-395 es más lento por la cantidad de curvas. Pero como la idea es disfrutar del paisaje, bienvenidas sean las sinuosidades.

En la Serranía del Turia este río ha moldeado cañones, desfiladeros y gargantas que sorprenden por su belleza

Sot de Chera está bajo la gigantesca roca calcárea del Morrón, donde entre las casas de blancas decoradas con macetas de colores destaca un castillo.

También hay varias huellas de la presencia musulmana como la almazara con su antiguo molino usado para la producción del aceite; mientras que la iglesia neoclásica de San Sebastián aporta otra interesante cuota de patrimonio histórico.

El río Sot, que atraviesa esta localidad, genera el bonito Paraje de las Fuentes, hogar de balsas naturales que en medio de la vegetación presentan ruinas de un acueducto árabe.

Salto de agua cerca de Chera. Foto Javier Vte Rejas – CC

En verano el lugar es buscado por las piscinas como la de El Gruñidor, pero mientras haga fresco es mejor avanzar para conocer el curioso pliegue geológico del Anticlinal.

Desde Sot de Chera hay varias rutas de senderismo, como la que lleva a El Justal (unos 12 km) o la que conduce a Las Toscas (6,5 km), que atraviesa varios charcos y remansos.

Las vistas desde Chulilla

De vuelta en la CV-395 esta guía recomienda detenerse en Chulilla, ubicada en lo alto de un promontorio dominado por un castillo, que le otorga una orografía de calles empinadas.

Chulilla está en un paisaje donde se han descubierto pinturas rupestres, restos de las edades de bronce y hierro, y huellas de los pueblos íberos en Monte del Castillo, La Talayela y El Castellar.

El pueblo tiene varios miradores como La Peñeta, con vistas al barranco Falfiguera; mientras que la ruta al castillo árabe también permite atrapar bonitas panorámicas de los alrededores.

Vistas de Chulilla. Foto Arwen – CC

El Cañón del Turia

Pero la mayor belleza está en el Cañón del Turia, donde entre paredes de 160 metros el río forma piscinas como el Charco Azul. Su nombre sintetiza la belleza que atesora.

Pero no es la única zona de baño, muy populares cuando el verano impone su presencia. Otras son La Peña Judía, el Remanso de las Mulas y Las Canales.

Aquí hay dos rutas que son imprescindibles para los senderistas de alma: la de los Pantaneros y la del Paraje Natural de los Calderones, donde el río presenta aguas turquesas, recovecos y que se puede cruzar de lado a lado en tres puentes colgantes.

Uno de los puentes que atraviesa el Turia. Foto Freshwater 2006 – CC

Esta última ruta, de 12 kilómetros, se puede realizar dejando el vehículo en el pueblo de Chulilla; aunque otra opción es aparcar en el embalse de la Loriguilla y realizar el camino en sentido inverso. El despliegue del paisaje valida cualquiera de las dos alternativas.

Subir, subir y subir

La carretera CV-394 conduce a Losa del Obispo, famoso por sus embutidos, y origen de una ruta hacia el Calvario que llega a los barrancos de La Cava y Pilatos.

El acueducto de Peña Cortada, que conserva 28 km de su trazado, es una obra maestra de la ingeniería civil de los romanos

El siguiente pueblo es Calles, desde donde se puede andar ocho kilómetros hacia el acueducto de Peña Cortada, una magnífica obra de ingeniería de la época romana, de siglo I, el cual en sus 28 km de extensión que toca los parajes de Alcotas, el Barranco del Gato y la Peña Cortada, un angosto camino que se abre paso entre la roca horadada.

Es una ruta de intensidad media, que requiere toda una mañana para completarla, pero que el paso entre gargantas y cañones a través de los túneles es inolvidable.

Acueducto de Peña Cortada. Foto Marcela Escandell – CC

Si hay buen estado físico se puede llegar al pueblo de Chelva y regresar por el sendero de la Ruta del Agua, más sencillo para cuando las piernas piden una tregua, y que implica tres horas de marcha suave.

Por las calles de Chelva

Chelva es un agradable pueblo de casas blancas y calles estrechas, en un trazado medieval donde en cada rincón se escucha cómo el agua corre por acequias, lavaderos y fuentes.

El barrio de Benacacira mantiene la herencia de los árabes que lo construyeron en el siglo XI, detalles históricos a los que se suman el alcázar con el palacio Vizcondal y la medina amurallada.

Chelva, el punto final de la ruta. Foto Antonio Marín Segovia – CC

En tanto las huellas mudéjar se encuentran en el arrabal de Chelva, en el ayuntamiento y las ermitas de Santa Cruz y los Desamparados.

La parte baja del pueblo cuenta barrios singulares como los de Ollerías, las Moreras, la Murtera y el Tinte, mientras que el Azoque conserva testimonios de la antigua judería que alguna vez fue.

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