Seis rutas en bici para disfrutar de los valles de la Toscana

Por villas renacentistas y pueblos medievales, a través de caminos rodeados de cipreses y pinos: la belleza del centro de Italia se disfruta con estas sencillas rutas en bicicleta

Valle cercano a Grosseto. Foto Visit Tuscany

Se supone que estamos en otoño, pero estas temperaturas propias del verano impulsan a muchas personas a hacer actividades al aire libre, como hacer senderismo, salir a correr o andar en bicicleta.

Si tienen la suerte de estar en Toscana, es la mejor manera de conocer sus valles, tapizados de bosques y viñedos, con los clásicos cipreses que flanquean los senderos a las casas rurales de ventanas de colores.

Entre los campos y las montañas esta región de Italia cuenta con más de 100 circuitos para hacer en bicicleta, según clasifican en su dirección de Turismo.

Pero aquí la idea no es reventar las piernas ni llevar el esfuerzo físico al límite, sino de realizar tranquilos paseos en pareja, con amigos o en familia para disfrutar de las bellezas italianas en calma.

Veamos siete sencillas rutas en bicicleta por la Toscana.

De Grosseto a Castiglione della Pescacia

Este trayecto de 53 km es uno de los más largos de los propuestos; con un trazado casi todo llano -excepto unas tres o cuatro subidas un poco pronunciadas a mitad del trayecto-.

La idea es pedalear por el entorno del antiguo pantano de Maremma, al sur de Florencia, que tras décadas de obra fue secado y se convirtió en fértiles tierras para el cultivo.

El trazado circular transcurre por hermosos caminos agrícolas desde Grosseto a Castiglione della Pescaia, con tramos que pertenecen al Carril bici Tirrenico.

Paseo por las carreteras de Toscana. Foto Neil Hunt

De los trayectos más sencillos el más largo es el de Grosseto a Castiglione della Pescacia, de unos 53 km

En el camino se pasa por pueblos como el de Casotto dei Pescatori, recuerdos históricos como la abadía de San Pancrazio o el fuerte de San Rocco y paisajes como los que ofrece la Reserva Natural de Diaccia Botrona.

Paseando por Prato

Prato es una agradable localidad de la zona metropolitana de Florencia, atravesada por el río Bisenzio.

Este recorrido de 21 km sin desnivel permite conocer su centro histórico, donde está la Catedral con sus frescos de Filippo Lippi, y donde las tiendas venden unos melocotones y bizcochos de almendra dueños de una merecida fama.

Otros sitios que deslumbran mientras se pedalea son el Castillo del Emperador, el Museo del Tejido y la plaza de San Marcos (donde hay una peculiar escultura cuadrada de Henry Moore).

Valle cercano a Siena. Foto Visit Tuscany

Luego se trata de bordear las murallas por un camino peatonal que corre en paralelo al río Bisenzio con dos opciones: al norte hasta el puente sobre el río Buti o al sur hasta el pueblo de Gonfienti.

Costa de Grosseto

Desde el pueblo de Grosseto se puede pedalear hacia el mar Tirreno en un breve trayecto de 15 km que acerca a Marina de Grosseto, y un poco más al sur, a la urbanización de Principia a Mare.

El carril bici transcurre en un bonito trazado bajo la sombra de gigantescos pinos marítimos, hasta que se llega a ese mar de un azul imposible desde donde se divisan las islas del archipiélago toscano.

Uno de los paisajes más bonitos es la aparición del Tirreno y el archipiélago toscano en el horizonte

Atardecer cerca de Montelupo. Foto Dia – Flickr

En la costa hay que ver el Fuerte San Rocco del s.XVIII, complejo construido por la casa Lorena para defender las costas.

Las murallas de Siena

Siena es una de las ciudades medievales mejor conservadas de Italia, sede de la colorida fiesta del Palio que magnetiza a cientos de miles de personas.

Da gusto perderse por sus callejuelas de color terracota. Pero también se puede atrapar su magia en un circuito en bici de 11 km por sus antiguas murallas y las puertas que franqueaban el paso a la ciudad.

Desde la Piazza del Campo se pasa por sitios históricos como las Logias del Papa (de 1462) y de ahí se llega a la Puerta Romana, que comunica con la Via Cassia.

A lo largo del paseo se pasa por otras puertas como la Pispini, la Ovile, la Camollia (donde se puede leer la frase «Cor magis tibi Sena pandit -Siena te abre un corazón más grande que la puerta que estás atravesando”-) y la de San Marco, que comunica con el centro histórico.

Plaza de Siena. Foto Kinzica Sorrenti – Foto Visit Tuscany

Desde Grosseto a Alberese

Otra vez desde Grosseto, al sur de Florencia, se inicia este camino de 33 km que tras atravesar el río Ombrone y seguir los pasos de la Via Aurelia se llega a Alberese y el Parque Regional de Maremma.

A la altura del parque agrícola de Spergolaia, si hay suerte, se pueden ver a ganaderos que siguen con el antiguo oficio de vaquero arreando caballos de pastoreo o vacas de grandes cuernos.

Cerca del pueblo de Alberese se pueden ver a vaqueros que mantiene la ancestral tarea de arrear el ganado

Alberese es un pueblo rural que creció en torno a la Fattoria Granducale, una finca de los Hasburgo-Lorena hasta la Primera Guerra Mundial.

Viñedos de Maremma. Foto Visit Tuscany

La carretera del Valle Giardino, con sus abundantes pinos, transcurre entre campos que cultivan frutas, verduras y cereales; que han sido la principal fuente de trabajo de generaciones de emigrantes que llegaron de otras partes de Italia.

Los viñedos de Montepulciano

El Sendero del Nobile, de 18 km, atraviesa las laderas de los viñedos del Vino Nobile Montepulciano DOCG, hasta cerca del límite de Toscana con Umbría.

Pedaleando se atrapan hermosas vistas de Montefollonico, con detalles históricos como el templo de San Blas y la iglesia de Madonna della Querce y maravillas naturales como la zona de los Barrancos, acantilados ricos en fósiles marinos.

El camino sigue por pueblos como Argiano y el bonito bosque de Cerraie, que lleva al pequeño monumento que recuerda el milagro de la Madonna del Cerro; hasta terminar en la Reserva Natural Lago de Montepulciano.

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