5 restaurantes de Castellón que son una apuesta segura

Bendecido por el Mediterráneo y el sol, al norte de la Comunidad Valenciana, Castellón es algo más que la costa del Azahar. Un paseo por el centro de esta pequeña y acogedora ciudad nos lleva a la Plaza Mayor, donde se encuentra la catedral, el Fadrí, la Casa Consistorial y el Mercado Central, este último un buen lugar para tomar el pulso al ambiente local.

Además de conocer productos locales como los tomates de colgar, los quesosde Catí, trufas, setas, alcachofas, pescados y mariscos, en sus alrededores podemos entregarnos a esa sana costumbre del almuerzo (esmorzaret en valenciano) que ya deja ver los fundamentos de una cocina sabrosa basada en la huerta y el mar.

A punto de celebrar sus Fiestas de la Magdalena que recuerdan su fundación como ciudad en 1252 y que llenan la localidad de romerías, conciertos, mascletás y Gaiatas -monumentos de luz que desfilan por sus calles y plazas-, nos vamos a Castelló para degustar una gastronomía que va mucho más allá del excelente -pero no único patrimonio culinario- arrocito de Castelló.

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Le Bistrot

Con el distintivo Bib Gourmand, un escalón por debajo de la estrella Michelin y que distingue, a juico de la famosa guía, los restaurantes con mejor relación calidad-precio, encontramos Le Bistrot (Temprado, 12).

En el centro de Castellón, nos espera un establecimiento sencillo, de estilo ecléctico e informal, en el que los propietarios, Silvia Vives y Sergio Ortega, alternan su labor en la cocina y la sala para explicar todos los platos.

Fundado originalmente por el chef local Modesto Fabregat en torno a la cocina española clásica, Silvia y Sergio apostaron por un concepto de fusión alimentado por su vena viajera que han logrado ya consolidar.

Sabores y productos de diferentes partes del mundo se combinan aquí con coherencia entre delicadas texturas y cuidadas presentaciones. Además, ofrecen diferentes menús especialmente ideados para compartir.

Izakaya Tasca

En la misma calle Temprado encontramos Izakaya Tasca, un lugar pequeño y modesto que, como se encargan de remarcar sus propietarios, no es un restaurante de sushi sino una taberna al estilo tradicional nipón, donde conocer platos auténticos, de sabores potentes y profundos.

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Para solo 16 comensales y comandado por Sergio Ortega, él mismo explica cada plato mientras cuenta todo tipo de anécdotas de sus viajes a Japón.

Ramen, gyozas, edamame, guisos, tatakis… forman parte de su menú degustación (35 euros), que varía a diario.

Temprado 19

Y otra tasca, pero en este caso local, es la apuesta de Temprado 19, en la céntrica calle del mismo nombre en Castelló.

Acogedor, ideal para tomar unas tapas con unos vinos o bien para una cena más tranquila, es ese lugar que recomendarías a un amigo (y, de hecho, fue uno de los ganadores de los Soletes Repsol en su última edición).

Basado en una cocina local, no renuncia a los toques exóticos como el pan brioche a la brasa con cangrejo o los mejillones al curry. Muy recomendable la ensalada de tomate con cecina de León, el wok de calamares, la dorada frita adobada, las vieiras o la gamba roja de Dénia a la brasa.

Conviene además dejar hueco para el postre, en concreto su tarta de queso es un broche perfecto a cualquier comida o cena.

Alessandro Maino Restaurant

Nacido en Milán y formado en el Cesar Ritz College de Suiza, Alessandro Maino trabajó con chefs como Joel Robuchon, Yannik Alleno o Taju Sekine y pasó por las cocinas del hotel Kempisky de Ginebra o el Ritz de París antes de dar un giro completo a su carrera y abrir su propio restaurante en Castelló.

Alessandro Maino Restaurant (Rei En Jaume, 5) es el restaurante donde resume todo su bagaje, que se pone de manifiesto en una cocina de tintes galos e italianos en platos como el foie, que se ofrece con un toque de cacao, el risotto funghi porcini y trufa negra o las pastas frescas que prepara el propio chef.

Ofrece diferentes menús (ejecutivos los días laborables, de 22 y 28 euros, y gastronómicos los fines de semana, por 85 euros) y cuenta con varios ambientes, como una elegante sala que maneja Nadia Solsona, la zona más informal de la barra y la terraza.

Tasca del Puerto

Nos movemos a la zona del Grao, la de mayor esencia marinera de Castellón, para visitar la Tasca del Puerto (Avenida del Puerto, 13) para degustar, ahora sí, un buen arrocito de Castelló.

De cocina mediterránea y tradición marinera, este establecimiento especialista en arroces, pescados y mariscos.

Le avalan más de 35 años y dos generaciones de una familia comprometida con llevar al plato lo mejor del mar. Actualmente, Nacho y Reme ofrece diferentes menús, como el diario (42,50 euros) con cuatro entrantes al centro más un pescado o arroz y postre y otro menú degustación (57 euros) con 8 platos y postre.

Cal Paradís

Y aunque no está en Castelló, merece la pena hacer los 30 kilómetros que llevan hasta Cal Paradís (Av. Vilafranca, 30, en la Vall d’Alba), el feudo del estrella Michelin y dos soles Repsol Miguel Barrera, toda una institución gastronómica en la zona.

Auténtico maestro para generaciones de chefs, Barrera se crio entre pucheros en el negocio familiar del que finalmente tomaría las riendas, no sin cambiarlo de arriba abajo junto a su pareja, Ángela Ribés, maitre del establecimiento.

Su cocina se puede definir como mediterránea, actual y creativa, aunque ellos prefieren denominarla ‘cocina con memoria’, respetuosa y defensora acérrima de todo lo local que se nutre de la huerta y del mar.

Verduras de la zona, pescados de las lonjas de la provincia, carnes del Maestrat y productos elevados a la categoría de culto como la trufa o las setas, forman parte del ideario gastronómico del chef castellonense, que se vuelcan en una carta siempre cambiante y tres menús de 55, 95 y 130 euros que condensan su propuesta.

Si no hay que perderse algo son sus tomates ‘de penjar’, la sardina de bota y ajos a la brasa, el conejo escabechado o la anguila ahumada.