Más allá de la fabada: maravillas poco conocidas de la cocina de Asturias

La cocina asturiana, en sus costas y valles, cuenta con un rico patrimonio para degustar como el cordero a la estaca, los roxóis, el emberzau o las verdinas. Vamos a probarlos

Verdinas con marisco, una de las joyas de la gastronomía asturiana. Foto Joaquín Fanjul | Turismo Asturias

Fabada y sidra. Eso es lo primero que suele venir a la cabeza cuando se escuchan las palabras ‘cocina asturiana’. Sin dejarlos de lado, hay un mundo de sabores y aromas por conocer en esta comunidad del norte, platos de mar y montaña, que representan la variedad de sus paisajes y tradiciones.

Según describen en Turismo Asturias, un buen ejemplo es la verdina, una variedad de las alubias que se recogen antes de su maduración, cuando presenta un color verde que no transmutó al blanco.

Su sabor vegetal, delicado y algo afrutado es único, y al cocinarse no se parte. Se la recomienda usar en guisos con mariscos y pescados, o con otros frutos del mar como almejas o langostinos; aunque también hay opciones de combinarlas con carnes de caza o estofadas con verduras

Verdinas. Foto Turismo Asturias

Originarias del valle de Ardisana, en Llanes, su producción se expandió a otras zonas de Asturias.

Pote de castañas

En pocas semanas, cuando en Asturias el frío esté más presente, todo el mundo querrá buscar los puestos de castañas.

Pero este fruto seco tiene una deliciosa variante, el pote de castañas, que se elabora con chorizos, morcillas, lacón, panceta y carne de cerdo.

En paralelo se cocinan las patatas y las castañas, a las que se añade el compangu (un acompañamiento de carnes de la fabada) y la berza.

Pote de castañas. Foto Camilo Alonso | Turismo Asturias

Boroña

Este pan, también conocido como borona, presenta una miga muy densa y compacta, por la alta concentración de harina de maíz.

Ya a un nivel pantagruélico está la boroña preñada, a la que se la añaden trozos de morcilla, chorizo u otros embutidos.

Emberzau

Otro producto único de estas tierras es el emberzau, también conocido como pantrucu, que es típico de las comarcas orientales.

El emberzau o pantrucu es un embutido similar a la morcilla que se envuelve con hojas de berza y se cocina dos horas en agua hirviendo

A este embutido, elaborado con la sangre del cerdo, se le añade cebolla picada, grasa y tocino de ese animal, harina de maíz y un toque de harina de trigo.

Pantrucu o emberzau. Foto Productos de Asturias

Esta morcilla se envuelve en hojas de berza, que se cocina dos horas en agua hirviendo. Inolvidable

Cordero a la estaca

Los que somos carnívoros no podemos dejar de deleitarnos con la imagen del trozo de cordero asándose lentamente en una estaca de metal o madera, una forma de cocción que no cambió en siglos.

Varios restaurantes rurales ofrecen este manjar, que se cocina durante tres o cuatro horas con madera de haya, fresno o roble, con la carne colocada a unos 60 grados del fuego.

Cuando presenta un color dorado, tirando a oscuro, es hora de apartarlo de las brasas y cortarlo.

Cordero a la estaca. Foto Joaquín Fanjul – Turismo Asturias

Os roxóis

En Los Oscos los chicharrones se llaman os roxóis. Elaborados con recortes de jamón y tocino de cerdo tras un arduo proceso de ocho horas, es un plato típico de otoño e invierno.

Se lo cocina en una caldera de hierro en un fuego lento con leña de abedul, que tras quitarle la primera capa de grasa, se le añade cebolla picada fina y se va removiendo continuamente hasta lograr el punto deseado.

Veneras

Este postre, autóctono de Boal y Navia, suele ser buscado por los peregrinos que hacen el Camino de Santiago por su potencia energética.

Las veneras, por su alto poder calórico, es favorito entre los peregrinos que realizan el Camino de Santiago

Veneras. Foto Benito y Pepe – Wikipedia

Se hace con almendras tostadas molidas, harina de maíz, azúcar, huevos, claras, obleas y guindas confitadas.

Escaldao

Otro postre típico de Asturias, más concretamente del concejo de Grado, es el escaldao.

Es como un pudin, que recuerda al turrón, con una textura tierna y un característico color amarillo.

Se lo conocía como turrón de los pobres, porque se hacía con pan de boroña, aunque ahora se elabora con manteca, miel y azúcar, y se lo cocina en un horno de leña.

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