Belbo Dos Besos, la cocina mediterránea más provocadora de Barcelona

Con seis restaurantes y una coctelería Belbo propone viajar por diferentes propuestas del Mediterráneo. De ellos, probamos los platos italianos del Dos Besos

Música y gastronomía, la receta de Belbo Dos Besos

A pesar de que abrió hace cuatro meses y de que cuenta con una capacidad de 90 comensales por turno, en Belbo Dos Besos es difícil conseguir mesa para la semana. Si se quiere conocer la experiencia de este restaurante ubicado en el corazón de Barcelona hay que tener paciencia, un peaje de tiempo que hay que pagar para probar su sofisticada propuesta de cocina italiana.

Dos Besos es la nave insignia de la flota de seis restaurantes y una coctelería bajo la marca Belbo que se encuentran en Barcelona, Sant Cugat del Vallès y Madrid.

Tres de ellos –Belbo Terrenal, Belbo Fasto y la coctelería Belbo Luma– están en el nuevo Me Barcelona By Meliá. En las afueras de la capital catalana se encuentra el flamante Belbo Fávola y en la madrileña Plaza Santa Ana el Belbo Piropo.

En el centro pero fuera del radar turístico

Pero vamos al Dos Besos, que en el Rambla Catalunya 15 con Gran Vía presume de ser un restaurante que no es para turistas a pesar de estar en pleno centro de la ciudad.

Decoración de neones rojos. Foto Belbo Dos Besos

Su estética es un presuntuoso estilo que oscila entre la ironía y la elegancia, decorado con muchos labios (algunos de neón en las ventanas, otro gigante en el espejo del baño), un piano que no sirve como piano sino como mesa, una sala con el techo tapizado de plumas y uno de los salones privados apodado “de los culos” porque sus sillas se parecen, precisamente, a esa parte de la anatomía.

Música en directo

La planta baja se concentra en comidas ligeras y pizzas, pero lo interesante está al subir la escalera con la que uno se encuentra ni bien abre la puerta del chaflán.

Uno de los espacios es el ‘salón de los culos’, por los asientos que imitan a esa parte de la anatomía humana

Selección de entrantes italianos. Foto Belbo Dos Besos

De miércoles a domingo se presenta una carta que viaja por los sabores de la cocina italiana de alta gama, con espectáculos de música en directo por las noches y a un precio medio de 40 euros por persona. Por los mediodías está la opción del menú ejecutivo a 19,40 euros con bebida incluida.

Platos para compartir

Para tener la mejor variedad posible se sugiere que en los entrantes se pidan platos para compartir. Las porciones son de buen tamaño, lo que es un agradecido homenaje a la tradición popular de Italia.

En la degustación para la prensa pudimos dar cuenta de unas exquisitas berenjenas a la siciliana, con queso de cabra y concentrado de tomate; una bandeja de quesos y embutidos transalpinos (gorgonzola, pecorino, parmesano, pastrami, mortadela y copa) y un carpaccio de solomillo con crujiente de calabacín y trufa (ingrediente extra).

Algunos sabores son más intensos que otros, pero ninguno se eclipsa entre sí, por lo que es mejor ir probando poco a poco acompañado de algún vino italiano como el chianti de Villa Migliarina, o de otras regiones como el Véneto o Cerdeña.

Pero también se pueden ver blancos y tinos de DO españolas como de Montsant, Navarra, Penedès Rías Baixas, Rioja o Priorat; entre muchas opciones más.

Carpaccio de solomillo con crujiente de calabacín y trufa. Foto Juan Pedro Chuet-Missé

El plato estrella

Si concurre por primera vez al Belbo Dos Besos no deje pasar la carbonara; todo un espectáculo visual y aromático con el camarero emulsionando la pasta en la horma de queso pecorino, un imán para el postureo en redes sociales.

El plato estrella es la carbonara, con la pasta emulsionada en la horma de queso pecorino

Pero en futuras oportunidades, entre los platos principales, se pueden probar los risottos de temporada (que van variando periódicamente), los ñoquis con salsa de tomate Don Marzano y mozzarella, los linguine cacio i pepe o la lasaña de la nonna, entre otras pastas.

Pero la cocina italiana va más allá de pizzas, pastas y antipastos, como la monumental Orecchia di Elefante (milanesa de cerdo empanado acompañada de ensalada de rúcula y mayonesa trufada), el solomillo de vaca madurado, la tagliata de ternera Angus a la Provenza o varios productos de mar a la brasa, como los calamares, la lubina o el salmón fresco.

La carbonara es el plato estrella. Foto Belbo Dos Besos

Los postres es otro de los juegos donde el espectáculo visual se combina con los sabores, como los labios del Dos Besos de Escribà (con un aire a aquel homenaje de Dalí a Mae West), la esfera de chocolate (o bola mágica) que se disuelve con el cacao caliente o los tradicionales canoli sicilianos o el tiramisú.

Si se tarda más de una semana en conseguir mesa -sobre todo para más de dos personas- en el Belbo Dos Besos, una vez allí hay que disfrutar de la experiencia con calma. Dejar que los platos y bebidas fluyan con la banda sonora creada al momento, mientras se contempla el pulso céntrico de Barcelona desde sus ventanales.

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