Bestial: arroces, cócteles y espíritu de discoteca junto al Mediterráneo

Bestial Beach Club combina una elaborada de cocina marinera con una larga carta de bebidas. Por las noches sus terrazas se transforman en una de las discotecas de moda de Barcelona

La terraza del Bestial Beach Club es un balcón al Mediterráneo. Foto Bestial

Es restaurante, sí, pero entre turnos de comidas también es coctelería. Y una vez que se guardan las bandejas y se apartan las mesas, su sala interior y parte de la terraza se convierte en discoteca. Estamos hablando de Bestial Beach Club (Trías Fargas 2-4); uno de los epicentros del ocio en el Paseo Marítimo de Barcelona.

Mucha gente asocia a los locales situados a la derecha del Hotel Arts y frente al Hospital del Mar exclusivamente con el ocio nocturno. Razón no les falta, pero en el caso de Bestial su propuesta es más amplia, porque abren sus puertas al mediodía y gracias a la disposición de una terraza organizada en diferentes niveles se puede tener vistas del litoral costero de la capital catalana desde todos los ángulos y a pocos pasos de la arena.

Comer a pasos de la arena en Barcelona. Foto Lekuona Studio

Un balcón frente a la playa

Al intenso calor diurno se lo frena con grandes ventiladores y toldos protectores, pero quizás se disfruta más del ambiente al atardecer, cuando con un cóctel en la mano se ve cómo cambian los colores del horizonte mientras aumenta el trasiego de turistas y locales (más de los primeros que los segundos) que recorren la zona.

Bestial pertenece al grupo Somos Esencia, que cuenta con los locales Agua, Brisa Palau de Mar y Tierra Brava. Excepto el último, ubicado en el Mercado del Ninot, los otros tres están frente o cerca del Mediterráneo, y coinciden en una apuesta basada en la cocina marinera, pero sin dejar de lados algunos toques de tierra adentro.

Bestial combina su propuesta de restaurante con una carta para los que van de cócteles y tapeo y algunas noches se convierte en discoteca

Las preparaciones cuidan la presentación para darle ese toque sofisticado que atrae al turista que busca una propuesta de más calidad.

La cocina presume de sofisticación. La terraza del Bestial Beach Club es un balcón al Mediterráneo. Foto Bestial

Entrantes y tapas

Ya sea entre turnos de comidas o en plan tapeo (de 9 a 17 euros), se pueden probar las ostras La Coquette, las croquetas de sepia o jamón (bien cremosas, así me gustan), la berenjena a la brasa con queso fresco o el queso de vaca fundido al horno, además de productos de mar como el calamar a la andaluza, las gambas al ajillo o los mejillones en salsa thai.

Los entrantes (12 a 19 euros) giran en torno a ensaladas como la de tomate y queso de cabra (sumamente fresca) o la César, con heüra como sucedáneo vegano del pollo; el carpaccio de gamba roja o la burrata con pesto de albahaca.

Los platos principales

Al momento de elegir el principal, está el dilema entre arroces, carnes o pescados. Las mayores variedades se dan en el primer grupo de platos (24 a 26 euros), donde dos personas pueden compartir grandes fuentes de arroz de calamar y gambitas, el negro de bacalao y cocochas, el de salmonete con nécoras, el de dorada y navajas, el de verduras con heüra y, como fue nuestro caso, el de costilla de cerdo Ral con espárragos, con ese toque crocante del sucarrat que se agradece.

El protagonismo de la cocina marinera. Foto Lekuonas Studio

Los pescados (21 a 24 euros) pueden ser la lubina a la brasa con salsa blanca de puerro y cebolla glaseada, la merluza de pincho con almejas o el rodaballo a la donostiarra; mientras que e ncarnes (17 a 24 euros) están el pollo picantón en escabeche con parmentier, el entrecot a la brasa con mantequilla o el steak tartar sobre tuétano a la brasa.

Los que quiera apostar por piezas más contundentes, pero por supuesto que para compartir, tienen en sus manos la lubina a la brasa o el chuletón de vaca madurada, en ambos casos piezas a 70 euros el kilo.

Los más audaces pueden pedir la lubina o el chuletón de vaca de un kilo

Y para el remate dulce (5,5 a 9 euros), elegimos el cremoso de albahaca y chocolate blanco con la tarta cremosa de chocolate, pero también están la tarta de queso con mermelada de frutos rojos, el flan casero con chantilly de vainilla o el sorbete de limón al cava.

Los arroces son una de sus especialidades. Foto Bestial

Cócteles, vinos y espumosos

La carta de cócteles (10 a 14 euros) está bastante bien nutrida, con una quincena de elaboraciones entre tradicionales y otras de creación propia (me quedo con el dulce G-Lover, de Gin Latin Lover de fresa, Passoa, lima, arándanos y sirope de rosas); más un par de sangrías y media docena de elaboraciones sin alcohol (10 a 12 euros).

La carta de vinos (22 a 98 euros) presenta interesantes productos de DO catalanas en su mayoría (Montsant, Penedès, Priorat, etc) además de otras españolas como Rías Baixas, Bierzo o Ribera del Duero. Y para los que gustan de presumir de exclusividad, hay una docena de cavas, corpintas y champagnes locales y de Francia (35 a 400 euros).

Y sin olvidar una larga lista de destilados de whiskies, rones, gins, etcétera.

Por las noches el restaurante se transforma en discoteca. Foto Bestial

La transformación en discoteca

Eso sí: los que suelen demorar la cena por varias horas tengan en cuenta que la barra de cócteles cierra a las 23:00; momentos en que de jueves a sábados Bestial inicia su transformación nocturna y se convierte en una discoteca siempre atiborrada de gente, abierta hasta las 5:00, momentos en que el cielo y el mar vuelven a cambiar de color pero esta vez para dejar paso al amanecer.

El Puerto Olímpico está cambiando radicalmente. Mientras que el sector de la marina terminará su transformación el año que viene, en coincidencia con la Copa América; los locales de restauración y discotecas ubicados a la derecha del Hotel Arts y frente al Hospital del Mar seguirán adelante un par de años más.

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