Tapas de leyenda, nuevos espacios y más razones para ir al centenario Glaciar de Barcelona

El Glaciar, uno de los locales gastronómicos más emblemáticos del Barrio Gótico, es un viaje a la historia de Barcelona; que en su centenario se renueva con nuevas propuestas

El Glaciar es uno de los bares más antiguos de Barcelona

En uno de los extremos de la Plaza Real de Barcelona hace 93 años que el Glaciar ocupa un lugar de privilegio en el panorama gastronómico de la capital catalana. Su decoración de afiches antiguos, sus mesas de mármol y sus estantes de madera son un viaje en el tiempo.

Sin embargo el local es más antiguo todavía: abrió en septiembre de 1922 en Las Ramblas y con la llegada de la Exposición Universal de 1929 cambió a su actual localización.

Vuela con Iberia a Barcelona y otros destinos pinchando aquí

Anécdotas históricas del Glaciar

El sabor de sus helados se hizo tan popular que bautizaron al local con su actual nombre; en un lugar donde las anécdotas resuenan en sus viejas paredes.

La emblemática barra del Glaciar

Su barra y sus mesas fueron escenarios de películas como Libertarias (1996) o Salvador (2006), durante la Guerra Civil fue transformado en comedor popular, y en 1967 un escritor colombiano que se abría camino desde el periodismo y su esposa fueron presentados a la sociedad literaria de Barcelona: eran Gabriel García Márquez y su esposa, Mercedes Barcha.

Tras unos años en Las Ramblas, el Glaciar se trasladó a la Plaza Real en 1929 y sigue desde ese entonces

La crisis y las malas gestiones llevaron al cierre del local en 1971, y tras décadas de abandono reabrió en 1994, aunque sin recuperar el esplendor anterior.

Ese es el objetivo del grupo de restauración La Pomada, nuevos propietarios del centenario bar. “Queremos recuperar la auténtica esencia del local, convirtiéndolo en un lugar de encuentro cultural y de ocio”, dijeron los socios Javier Lluch y Thaís Ivern.

Entrada al Glaciar

Qué comer en el Glaciar

En la barra, en las mesas del interior o en las de la terraza se puede elegir entre platillos de la vermutería y las tapas, mientras que la cocina se está renovando con una carta de recetas catalanas y toques franceses que recuerdan al de un bistró.

Las patatas bravas del Glaciar son casi obligatorias, pero su fama no eclipsa la de otros platos como el surtido de quesos catalanes de autor, las croquetas de cocido, la tierna tortilla de patatas y cebolla, los langostinos crujientes, la berenjena frita o el camembert Paysan Breton al horno.

Las bravas del Glaciar

Entre los platos clásicos que no pasan de moda se pueden citar el steak tartar de ternera sobre tuétano y chips de patatas, el canelón XL de asado, el entrecôte con mantequilla Café de París y patatas fritas, el arroz del señorito de gambas y sepia todo peladito o la costilla de ternera confitada con patatas mortero.

Además de su clásica cerveza de barril el Glaciar tiene una amplia carta de vinos tintos, blancos y espumosos de las DO Penedès, Montsant, Empordà y Ribera Duero entre otras.

Nuevos espacios

Entre las renovaciones por su centenario se encuentra la llegada de un nuevo espacio clandestino en la primera planta, para darle un toque canalla que recuerda a las noches de bohemia en Las Ramblas.

El bar y restaurante abre nuevos espacios

Glaciar presenta un nuevo espacio clandestino, que recuerda al espíritu canalla y bohemio de Las Ramblas

Otra es la llegada de una cocina a la vista para reforzar el concepto de show-cooking para los clientes, que se suma a la tradicional interacción que se da con los creadores de los cócteles de autor en la barra.

Reserva con Booking tu hotel en Barcelona y otros destinos pinchando aquí

a.
Ahora en portada