Tres nuevos restaurantes de Barcelona que tienes que conocer este otoño

La glamourosa propuesta del Jacqueline, la tradición de arroces del Barra Set Portes Galvany y el maridaje de tapas y vinos del Celler Jordana renuevan la escena gastronómica de la ciudad

Jacqueline, un elegante restaurante que brilla en Barcelona. Foto Jacqueline

Hay restaurantes de tradición consolidada que abren nuevos espacios más informales en otros barrios. Otros que han crecido durante décadas en las afueras de la ciudad y desembarcan con una propuesta que replica su éxito. Y están los que presumen de sofisticación con un despliegue de cocinas internacionales.

Esas son las cartas de presentación de los restaurantes Jacqueline, Celler Jordana y La Barra del Set Portes Galvany; diferentes opciones gastronómicas que no tienen por qué ser para diferentes públicos.

Jacqueline

La tendencia de los restaurantes multiespacio tiene un nuevo exponente en Jacqueline (Enric Granados 66), un local donde predomina la elegancia, una combinación de estilos y gastronomía en un lugar para ver y ser visto.

Cuando inaugure oficialmente, en pocas semanas, desplegará las propuestas de dos restaurantes, a los que se suman una barra de champagne y cócteles de autor y un dinner club.

Jacqueline se presenta como un complejo con dos restaurantes, una barra de cócteles y un ‘dinner club’

El restaurante principal tiene una capacidad para 80 comensales divididos en dos turnos, mientras que en el otro espacio habrá una barra japonesa para solo ocho personas pensada degustar platillos bajo el concepto de omakase, o sea que uno deja que el chef sea el que decida. Y seguramente valdrá la pena ponerse en sus manos.

Mosaicos de platos del Jacqueline. Foto Juan Pedro Chuet-Missé

La sección del dinner club la música forma parte de la cena, hasta que a eso de la medianoche sube de volumen y el espacio ya está más cercano de una discoteca que un restaurante al uso.

Jacqueline combina tres espacios con diferentes propuestas. Foto Jacqueline

Sergio Pardo, finalista de la competencia Word Class by Diageo, está en la barra para ofrecer una docena de cócteles de autor (y los clásicos de siempre) como el Jacqueline (vodka Grey Goose con lima Kaffir, vino Sauvignon Blanc, sirope de cardamomo, absenta y zumo de manzana), el Fernande (gin Beefeater, amaro Santoni, amargo de ruibarbo y soda de frambuesa) o el Marie-Thérèse (whisky Chivas XV años, té Lapsang, zumo de limón, sirope de Palo Santo y lavanda); entre otros.

Además la idea es presentar una carta diferente de combinados que puedan llevar al Jacqueline al primer plano de las coctelerías. «Queremos estar en la lista de los 50 World’s Bests Bar«, dijo su director general Sergi Agorreta a Tendenciashoy.

Dani Pardo, con una larga carrera en restaurantes de estrella Michelin de España y Francia está a cargo del concepto gastronómico, centrado en la tríada de mariscos, carnes y pescados.

Detalles art-nouveau en la barra. Foto Juan Pedro Chuet-Missé

Así pudimos degustar unas ostras Poget Nº 2 de Normandía, unas croquetas de cecina con cremoso de foie, la causa limeña algo picante, las vieiras a la plancha en pil pil de codium, el bao de panceta (¡excelente con su crujiente!) y cuando ya uno pensaba que había llegado al punto final, el cochinillo confitado con boniato y colifor a la brasa; rematado por un hojaldre de crema pastelera.

Sin embargo, hay otras opciones como el tartar de gamba roja, el ceviche de corvina, el carpaccio de wagyu, el tiradito de ventresca de atún Bluefin o el rodaballo asado.

Celler Jordana

En Alella, población a pocos minutos de Barcelona famosa por sus excelentes vinos que tienen una DO propia, hay una tienda de vinos con más de 50 años de historia que es un emblema de la localidad.

Hace una década Manel Pujol adquirió el local, expandió el catálogo de vinos a 550 referencias y amplió la propuesta a un restaurante basado en productos locales.

Manel Pujol, propietario del Celler Jordana. Foto Jordi Domènech

Esa misma receta la trasladó al Celler Jornada de Barcelona (Floridablanca 88), un pequeño local donde la propuesta gira en torno al tapeo de calidad y una extensa carta de tintos, blancos, rosados y espumosos que llega a las 160 referencias (30 de ellas de bodegas de Alella y otras zonas del Maresme).

El pequeño Celler Jordana de Sant Antoni presenta 160 referencias de vino para degustar con tapas gourmet

No es un lugar donde uno vaya a pedir pescados o carnes: aquí mandan las tapas, los embutidos, los productos de conserva, los quesos y los tartares de alta calidad, con la idea de compartir platos mientras se van degustando diferentes vinos.

Celler Jordana propone degustar tapas gourmet. Foto Jordi Domènech

Si uno quiere seguir esta idea se sugiere ponerse en manos de Pujol, quien dirá que las ostras de Normandía Nº 3 van muy bien con el cava brut elaborado para el restaurante, que el jamón ibérico 5 Jotas puede casar con el Marfil Legítim 1976 (vino pansa blanca de edición limitada) o que el tartar de alcachofa y anchoa del Cantábrico se puede acompañar por el espumoso de L’An[ç]estral de Testuán.

También probamos un Blanc Allié de Raventós d’Alella (chardonnay con nueve meses de barrica) con una coca de salmón ahumado con yogur griego, un tinto garnacha Costa del Maresme 2010 con lentejas de trufa y foie seguido por un fabuloso queso de 24 meses con ceps y panceta. “Ese es nuestro hit”, puntualizó Pujol, como si fuera necesario aclararlo.

Y tras el Orbus 2016 de Alta Alella de uva syrah para acompañar al bikini trufado de mortadela italiana llegó el dulce Marfil que prologó al buñol de chocolate.

Bikini trufado de mortadela italiana. Foto Jordi Domènech

Es un lugar para probar sabores, maridar vinos y platos siguiendo consejos o aprendiendo por cuenta propia. Para saciar el hambre y quedar KO ya sobran las hamburgueserías.

La Barra del 7 Portes Galvany

Con 185 años de vida el 7 Portes del Born es uno de los restaurantes más antiguos de Barcelona, que han construido un sólido prestigio por su conjunción de cultura, arte y cocina.

En este apartado la gastronomía la han consolidado gracias a sus arroces y paellas, con celosas recetas custodiadas por Paco Solé Parellada, su actual propietario y representante de una dinastía de restauradores que se remonta a fines del s.XVIII.

Arroces, fideuás y tapas, las opciones de La Barra del 7 Portes

Paco Solé Parellada, dueño del 7 Portes, proviene de una dinastía de restauradores que se remonta al s.XVIII

Sus platos más emblemáticos tienen su eco en el nuevo local La Barra del 7 Portes Galvany (Amigó 53), a pasos del mercado de ese barrio, donde aprovechan la cercanía para promover una carta de tapas con productos frescos, como la ensaladilla rusa, las anchoas 7 Portes con pan de coca, el tartar de atún con aguacate, las croquetas crocantes y los buñuelos de bacalao.

Otros clásicos que persisten son el canelón trufado de Fiesta Mayor o el 7 Portes, la cazoleta de mejillones al vapor con limón y vino blanco; que se sumarán a una renovación constante de los platos de temporada, como la crema caliente de calabaza y las croquetas de setas para este otoño.

Paella Parellada mixta
La Barra del 7 Portes propone un ambiente más informal que su casa matriz

Sin embargo, las estrellas siguen siendo los arroces, como los de la Parellada tradicional de peces y mariscos o la paella de verduras; a los que se suman las fideuás con alioli.

El local es más informal que su casa madre, con una estética minimalista donde se aprovecha hasta el último centímetro del local dividido en dos plantas; pensado tanto para la gente del barrio como para quienes busquen una opción moderna pero sin renunciar a las raíces.

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