Un viaje por los aromas y sabores del chai latte

Originario del sur de la India, el chai combina el té negro inglés con un abanico de especias. Es una oportunidad para que los amantes de esta bebida salgan de la rutina

El chai es el clásico té negro combinado con especias. Foto Tea Shop

Reconozco que soy el tipo más soso del mundo a la hora de tomar el té: desde que tengo 10 años cada mañana y cada tarde solo he tomado té negro, y a lo sumo, de una o dos marcas.

Y admito que hay un mundo de sabores y aromas que me pierdo. Aunque la experiencia con los chai me ha servido para cambiar un poco el chip.

Un té originario de la India

El entorno era ideal: los elegantes salones del hotel El Palace, donde cada tarde se realiza la ceremonia del Tea Afternoon; con su aire británico y la torre de scones, sándwiches y dulces con mermeladas y quesos untables.

Pero antes de la llegada de estas bandejas Eva Taltavull, responsable de formación de Tea Shop, nos llevó a un viaje por olores, texturas y gustos para comprobar las diferentes variedades del Masala Chai, o sea el té con especias que nació en el sur de la India pero impulsado por los ingleses.

Si se le pone leche, que sea de búfala. Foto Tea Shop

Hablar de ‘té chai’ es una redundancia, sería como decir ‘té-té’

Aclaración idiomática: hablar de ‘té chai’ es como decir ‘té-té’, o sea es una redundancia. Basta con chai a secas o chai latte; aunque el nombre que corresponde es Masala Chai, apunta Taltavull.

Más bien, el chai es una mezcla de tés -por lo general negro- con especias y hierbas aromáticas.

Los británicos no podían lograr que los trabajadores indios tomarán el clásico té con leche y azúcar, pero estos sí lo adoptaron cuando le añadieron especias como el clavo, la canela y el jengibre, más a tono con la tradición ayurvédica, la antigua medicina hindú.

Hay un universo de sabores por descubrir. Foto Tea Shop

Las propiedades del chai

Un rasgo interesante de esta combinación entre gastronomía, costumbres y antiguos ritos médicos es que las propiedades antioxidantes del té negro se potencian con las de las especias, y así el chai puede aumentar la vitalidad, prevenir los resfriados, estimular el metabolismo, favorecer la digestión y cuidar la salud cardiovascular, entre otros.

Hay tés que sirven para estimularse tras una sesión de masajes o meditación como es el Yoga Tea, con base de té verde y con canela, anís, hinojo, jengibre clavo y pimienta negra. No está mal para los que prefiere algo liviano, bajo en teína.

Al contrario que muchas personas (yo el primero), Taltavull sugiere para este tipo de tés “no hervir el agua para el té, porque se pierde sus propiedades antioxidantes”.

En cambio para el negro, que el agua llegue a los 100 grados no es un problema (aunque no es recomendado).

El té se debe dejar reposar al menos tres minutos, y con el agua sin hervir. Foto Tea Shop

Combinaciones de chai

El chai latte clásico, más potente, contiene especias como regaliz o anís; en la que hay gente que prefiere reducir su vigor astringente con leche.

“Es mejor no hervir el agua para el té, porque se pierde sus propiedades antioxidantes”. Eva Taltavull

Le siguió el Red cúrcuma latte, o sea un té rojo “que es el gran détox”, que con su combinación de frutos secos, como pistacho, trozos de dátiles o cardamomo es ideal para recuperar fuerzas tras una dieta.

Las variedades de chai pueden ser infinita, según las proporciones de especias que se usen, pero basta destacar tés como el Sensual Tea Hot (negro con chile, guinda roja y pimienta rosa) o el Taj Mahal (también negro, con canela, naranja, aceite de clavo y rosa).

Y si entramos en el mundo de las infusiones, el espectro se multiplica. El Indian Secret combina hinojo, cáscara de naranja, canela, raíz de regaliz, clavo, jengibre, cardamomo, enebro y pimienta verde; o el Cocoa Orange presenta una mezcla de sabores entre amargos, ácidos y picantes por las cáscaras de cacao orgánico, el jengibre, la naranja, el cártamo y el aceite de naranja.

Cata de tés y especias. Foto JP Chuet-Missé

Consejos para preparar el chai

Taltavull sugiere que para una taza de 250 a 350 ml hay que usar una media de 2,5 gramos de té, y tras dejar que el agua caliente a 95 grados, se debe dejar reposar unos tres minutos.

“Es el té el que espera al agua, no al revés”, precisa. Buen consejo, lástima que en pocos bares y cafeterías -por razones higiénicas- lo sirvan así.

¿Y si se le pone leche? La tradición marca que la recomendada es la de búfala, aunque no pasa nada si es de vaca.

Yo no dejaré de tomar té negro. Pero cada tanto, ahora abro una de las latitas de chai y degusto alguna de las combinaciones de té y especias. Aunque sea para salir de la rutina.

a.
Ahora en portada