Así se celebra el Año del Dragón en Vietnam. Y también en Barcelona

El restaurante Mon Viêt presenta platos especiales para, aunque sea por un día, sentirse como un vietnamita cuando en febrero da la bienvenida a un nuevo año

La abundancia caracteriza los festejos del año nuevo vietnamita. Foto Juan Pedro Chuet-Missé

El pasado 10 de febrero en España muchos participamos de las celebraciones de Año Nuevo Chino, con sus desfiles de danzas y música, sus paradas con comida, sus actuaciones en calles y plazas de Madrid y Barcelona, etcétera.

Pero a no perder de vista las celebraciones que en la misma fecha hacen otras comunidades asiáticas, y que abren las puertas de nuevas sensaciones, sobre todo en la faceta gastronómica.

Es lo que se puede vivir con el año nuevo vietnamita, el Têt, que coincide con el chino porque sus calendarios (como los de gran parte de Asia) se manejan por los períodos lunares.

Una semana de celebraciones

Los vietnamitas no se andan con remilgos para festejar el cambio de calendario, que además este año se inicia con el Año del Dragón. “Las familias se reúne para comer, reír y cantar durante una semana”, apunta Anh-Van Chac, creadora del restaurante Món Viêt (Sepúlveda 94, Barcelona).

Món Viêt propone comer como si fuera una casa vietnamita. Foto Marta Amat

En Vietnam las familias pasan una semana de grandes comidas para celebrar la llegada del año nuevo

“Hay muchas tradiciones y ceremonias: los invitados, sobre todo los niños, reciben sobres rojos con dinero, hay que vestir trajes nuevos y llamativos y se deben realizar ofrendas y visitar templos para honrar a los ancestros”, explica.

“Allí no servimos entrantes, primeros y segundos: llega todo junto”, ríe Ahn, quien cambia del castellano al catalán con la misma facilidad con la que pone y saca comida en una mesa donde los platos se acumulan bajo el riesgo de colapsar en sí misma.

Las comidas del Têt en Barcelona

Para celebrar el Têt, hasta el 29 de febrero este restaurante del barrio de Sant Antoni ofrece fuera de carta tres platos típicos del año nuevo: uno es el recomendado gà luộc, un pollo hervido con salsa de pescado con jengibre, suave y tierno. Más potente es el thịt kho tàu, una combinación de panceta y carne de cerdo con salsa de caramelo y huevo que recuerda al cocido de toda la vida.

Y el tercero es el banh tét, una especie de pastel de arroz glutinoso, relleno de carne de cerdo y frijoles verdes, cubierto por hojas de plátano. La textura puede chocar un poco, pero es cuestión de acostumbrarse rápidamente al sabor.

Una cocina diferente

Un punto que diferencia a la cocina vietnamita de la de otra partes del Sudeste Asiático es que apenas es picante, con una apuesta muy marcada por el balance de sabores e ingredientes. “Siempre tenemos carnes y verduras para equilibrar”, detalla Ahn.

El banh tét, uno de los platos típicos del año nuevo vietnamita. Foto Marta Amat

Por ello, las mesas de Món Viêt presentan canastas donde se pueden coger frutas libremente que ayudan a hacer un paréntesis en las comidas.

A diferencia de otras partes de Asia, la cocina de Vietnam es muy poco picante

Otros platos que se pueden probar en este restaurante vietnamita, y no necesariamente relacionados con el año nuevo, son los bánh cuốn, canelones al vapor con cerdo y verduras de una cobertura tan suave que cuesta pillarlo con los palillos; o los populares nem, los rollitos fritos de diversas carnes, que suelen ser favoritos de los niños, que se envuelven en una lechuga y se comen de un bocado.

Las mesas se llenan de platos para compartir durante una larga comida. Foto Juan Pedro Chuet-Missé

No son los únicos rollitos que se ofrecen: también están los nem cuốn (con pasta de arroz y rellenos de fideos de arroz, langostinos y verduras frescas) o los nem pork (con cerdo y verduras).

También están los bun, fideos largos que representan el deseo de una larga vida, o el popular phở, una sopa de fideos sazonado por varias especias, con carne, brotes de soja y hierbas, que a los vietnamitas les da igual que se sirva en el desayuno, la comida o la cena.

No se olviden de las galletas de la suerte. Foto Marta Amat

Toda clase de combinaciones

La carta del Món Viêt puede ser inabarcable. Es que la cocina de aquel país combina diferentes presentaciones (rollitos, sopas, wok de salteados, ensaladas) con una larga lista de ingredientes, ya sea cárnicos como ternera, cerdo, langostinos o pulpo) con toda clase de verduras, más salsas y frutos secos.

Lo recomendado es tantear con los combos de rollitos, pinchos, sopas y tazones (bowl), que permiten aproximarse a la variada y muchas veces desconocida vietnamita. Por lo menos, la celebración del Têt es una buena puerta de entrada.

Al terminar, tras un casi obligatorio café vietnamita (ojo que para algunos puede ser demasiado empalagoso), hay que cumplir con la ceremonia de las galletas de la suerte. Y a ver qué depara el destino.

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