Adiós a Juliette Gréco en 10 canciones

A los 93 años falleció este miércoles, en su casa de la Costa Azul, la gran Juliette Gréco, musa existencialista y diva de la canción francesa

Juliete Greco. Foto Roger Viollet via Getty Images

Juliete Greco. Foto: Roger Viollet via Getty Images.

Siempre vestida de negro, Juliette Gréco fue la gran diva de la canción francesa, aunque sobre todo, salvo contadas excepciones, gracias a las canciones de otros. Los grandes de la chanson escribieron o compusieron para ella: Trenet, Vian, Brel, Brassens, Gainsbourg, Ferré, Aznavour… Todos se cuentan en el amplísimo repertorio de la Gréco, cuya carrera musical se extendió a lo largo de siete décadas: “Estoy aquí para servir, soy una intérprete”, declaró humildemente. 

Este miércoles falleció, a los 93 años, en su casa de la Costa Azul. La recordamos a través de diez de sus grandes canciones.

1. ‘L’amour est plus jeune que la mort’

Mucho antes de aparecer cantando en un club donde la Resistencia atenta contra los nazis –una escena de La noche de los generales (Anatole Litvak, 1968)–, Gréco vivió en propia carne la ocupación.

Nacida en Montpellier el 7 de febrero de 1927, la pequeña Jujube llegó a París soñando con convertirse en bailarina. Pero la guerra truncó sus ilusiones. Su desapegada madre y su hermana Charlotte, arrestadas por resistentes, sobrevivieron al infierno de Ravensbrück. A ella la soltaron, pero siendo una adolescente ya tuvo que buscarse la vida en París, y empezó a vestir los pantalones de los chicos de la familia que la acogían. 

2. ‘Je suis comme je suis’

Fue Jean-Paul Sartre quien le pasó la dirección del compositor Joseph Kosma, autor de la melodía de Je suis comme je suis, una de sus canciones más emblemáticas.

Con sus pantalones y su pinta de bohemia, la joven Gréco se había dedicado a bucear en los ambientes intelectuales de la rîve gauche, que eran muy divertidos por la noche. Impulsada por Boris Vian, se decidió a justificar su creciente fama de musa existencialista probando suerte como cantante.

En clubs como Le Tabou, en el 33 de la calle Dauphine, conoció a Miles Davis, con el que podría haber llegado a casarse si las relaciones interraciales no hubiesen sido tabú. 

3. ‘Sous le ciel de Paris’ 

Ya era muy conocida a ambos lados del Atlántico cuando, a principios de los 50, incluyó en su repertorio este tema de la película Bajo el cielo de París (Julien Duvivier, 1951). Como actriz, no obtuvo su primer gran rol protagonista hasta Quand tu liras cette lettre (Jean-Pierre Melville,1953), en cuyo rodaje se enamoró del actor Philippe Lemaire. 

Al poco de casarse llegaron la consagración con un concierto en el Olympia, en 1954, y su única hija, que falleció antes que ella. Pero el amor con el actor no superó la barrera de los tres años. 

4. ‘Je hais les dimanches’

Mujer nocturna, mujer felina, mujer taciturna. A cualquiera de las mujeres que encarnaba Juliette Gréco no le gustaban nada los domingos. Aznavour, que estaba muy de acuerdo con ella, le compuso este clásico, un himno para todos los que despreciamos ese día muerto.

5. ‘Bonjour tristesse’ 

Aquí la vemos cantar en la adaptación que Otto Preminger llevó a cabo de la emblemática novela de su amiga Françoise Sagan. Por esa época, su carrera en el cine cogió vuelo cuando Mel Ferrer, con el que había coincidido en Elena y los hombres (Jean Renoir, 1956), la recomendó al productor Darryl F. Zanuck, que se enamoró de ella, y le proporcionó varios papeles en Fiesta (Henry King,1957) o Las raíces del cielo (John Huston, 1958), que a ella le parecieron demasiado comerciales.

La relación fue tan tormentosa como volátil. Gréco dijo adiós a Hollywood antes de haberlo pisado. 

6. ‘Deshabillez moi’ 

Si duda una de sus canciones más descocadas. Se la ve contenta, a pesar de que ya contaba con un intento de suicidio en su haber. Normal, en casa tenía a Michel Piccoli, que se había convertido en su segundo marido, y con el formó una de las parejas más icónicas de los años 60. Diez años estuvieron juntos.

También en esa década obtuvo su papel más recordado, aunque no para el cine, sino para la televisión, con la mini serie Belphégor ou le Fantôme du Louvre (1965). 

7. ‘Jolie mome’

Leo Ferré fue, como decíamos al principio, uno de los grandes de la chanson que compuso para ella canciones como Paris canaille o esta Jolie mome (chica guapa), que sin duda la definía perfectamente. Al menos hasta que empezó a tocarse la nariz, en sucesivas operaciones que no hicieron más que restarle personalidad a un rostro tan bello como interesante. 

8. ‘La javanaise’

Antes de convertirse en un Dios pagano para Francia y el resto del mundo, Serge Gainsbourg también compuso para Gréco, como se ve en el biopic Gainsbourg (Vida de un héroe), donde la no menos sensual Anna Mouglalis encarna a la cantante.

Durante un especial televisivo dedicado a la diva en 1966, Gainsbourg afirmó “no creo que exista ningún autor digno de ese nombre, o con la más mínima ambición literaria, que no desee escribir para ella”. Ya lo dijo Sartre: la voz de Gréco era un poema.

9. ‘Non Monsieur je n’ai pas 20 ans’

Fueron pasando los años, pero Gréco se mantenía en la brecha, como lo demuestra en esta composición de Gérard Jouannest, el pianista de Jacques Brel, que se convirtió en su tercer y último marido.

Estuvieron juntos desde mediados de los 70 hasta la muerte de él, hace un par de años. Juntos grabaron, entre otros discos, Gréco chante Brel (2013), un álbum íntegramente dedicado a los grandes clásicos del belga, gran amigo que falleció demasiado pronto, en 1978. 

10. ‘Merci’ (2015)

Hace un lustro, Juliette Gréco quiso dar las gracias y despedirse con una gran gira que no pudo acabar por problemas de salud. Estaba ya muy mayor. Tenía entonces 88 años.

Tras los conciertos, apareció un disco recopilatorio con 36 éxitos –nosotros nos hemos quedado en 10– que terminaba con esta canción, Merci. 

Gracias Juliette Gréco. 

a.
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