Tres restaurantes orientales que no te puedes perder en Barcelona

¿Noodles, sushis, ramen o pad thai? En Barcelona hay una inabarcable gama de platos orientales para elegir

¿Noodles, sushis, ramen o pad thai? En Barcelona hay una inabarcable gama de platos orientales para elegir. Foto: Roger Alsina

Cada vez hay más restaurantes de cocina oriental en Barcelona. Ya no solo son los restaurantes chinos de toda la vida, sino que el arco se expande por las diversas variantes de la gastronomía japonesa, coreana o del Sudeste Asiático.

Es una fascinante amalgama de sabores, aromas y texturas a la que los residentes de Barcelona y los turistas están cada vez más acostumbrados. En los últimos años, palabras como dim sum, robatayaki, kimchi, tom yum o pho han invadido el lenguaje de aquellos que se animan a conocer nuevas experiencias.

Aquí presentamos algunos restaurantes de raíces orientales de Barcelona que conviene tener siempre en el radar.

Gyojasang Hay multitudes de restaurantes chinos y japoneses, pero pocos coreanos. Y Gyojasang viene a llenar ese hueco. Con locales en Bruselas, Amberes y Ámsterdam, en Barcelona cuenta con dos restaurantes: el de Aragón 238 y el de Mallorca 182. Este último cuenta con la novedad de la gogi-gui, la barbacoa eléctrica ubicada en el centro de la mesa, donde se colocan delgadas láminas de carne que se cocinan casi al instante.

El local recuerda a las calles de Seúl o Busán
El local recuerda a las calles de Seúl o Busán. Foto: Roger Alsina

Quizás alguno crea que es una imitación de la yakiniku japonesa, pero en Gyojasang advierten que no, que los coreanos fueron pioneros en esta técnica y los nipones lo tomaron y difundieron al mundo.

Carne a la brasa a la corena

Sea como sea, la idea en este restaurante es viajar a través de los sabores de la carne de wagyu, uno de los tipos más exquisitos (y valiosos) de la gastronomía oriental, como la espaldilla, el costillar, el lomo o la entraña; además de otros cortes como el churrasco galbi, la aguja de angus, la panceta, el secreto o la aguja.

Aquí la carne se come envuelta en lechuga, con añadidos como kimchi, brotes de soja, o queso fundido con maíz. Francamente exquisito.

Muchos creerán que la carne cocinada en una parrilla en medio de la mesa es invento japonés. Pero en Gyojasang aseguran que la cuna está en Corea

Ambos locales comparten una decoración que recuerda a las calles de Seúl o Busán, con carteles de neón, y videos de K-pop que se desdoblan en el hilo musical. También tienen en común los platos que combinan ingredientes como la ternera marinada, el pastel de pescado, las gambas fritas, los mariscos, el pulpo, las almejas y el pollo frito combinados con una larga lista de arroces, fideos, vegetales y algas, que se presentan en platos como ensaladas, dumplings (empanadillas), teokbokki (pastelitos de arroz) o gimbap (como el roll de sushi, pero con carne y verduras).

El despliegue de carnes, en su mayoría, de raza wagyu
El despliegue de carnes, en su mayoría, de raza wagyu. Foto: Roger Alsina

El rito del chupito

Aviso a navegantes: en la cultura coreana es costumbre que los entrantes y principales se sirvan juntos, o en todo caso, con una mínima fracción de tiempo entre unos y otros. No hay que apurarse, solo evitar que se enfríe.

En nuestro caso, previo a la degustación de cinco cortes de carnes (cuatro de wagyu y uno de panceta) también probamos la tortilla de huevo con queso fundido (mozarella y parmesano) y alga nori; los dumplings con carne de ternera y las costillas marinadas de ternera con cebolla, pimientos y perejil.

Las carnes se cocinan rápidamente en la brasa eléctrica de la mesa
Las carnes se cocinan rápidamente en la brasa eléctrica de la mesa. Foto: Roger Alsina

Las bebidas también son un reflejo de la cultura surcoreana, con cócteles y cervezas importadas de aquel país. Sugerencia, no dejen de probar el somaek, una combinación de soju y cerveza donde un chupito del primero cae en el vaso del segundo. Y se bebe de un sorbo. Que nadie se preocupe si salpica un poco, es parte del rito.

Sushi Omakase Fukamura

Nativo de Tokio y residente en Barcelona desde 2007, el cocinero Daisuke Fukamura se fue abriendopaso en la gastronomía local con un pequeño restaurante en el Eixample que recordaba a las tabernas japonesas. Hace pocos meses sintió que “quería hacer más cosas, algo más artístico” cuenta a Tendenciashoy, y dio un giro radical, al convertir su local en un restaurante omakase, expresión que significa ‘confiar en el chef’. Así nació Sushi Omakase Fukamura(Córcega 479, Barcelona).

La minimalista decoración de Fukamura Omakase
La minimalista decoración de Fukamura Omakase. Foto: Sushi Omakase Fukamura

Solo siete comensales asisten puntualmente, en dos turnos (19:30 y 21:15) a la degustación que ofrece Fukamura por 85€ (sin contar bebidas). Se trata de 14 elaboraciones, donde cada una es una pequeña joya de la cocina nipona.

Mientras se va degustando uno de los platillos, Fukamura va elaborando otro, y así en un continuo pase que dura poco más de una hora. Ese viaje se inicia con una ostra Amélie de Francia con salsa ponzu, seguido por un sashimi de calamar y pez limón; acompañados por el primero de los dos sakes ofrecidos: el Kissui, de sabor más afrutado y suave que lo habitual.

Despliegue de nigiris con diferentes tipos de pescado
Despliegue de nigiris con diferentes tipos de pescado. Foto: Sushi Omakase Fukamura

El desfile de nigiris

Luego siguen una retahíla de nigiris edomae, que se elaboran al instante con el trozo de pescado o marisco coronando el arroz tibio. Así, pasaron los de calamar, vieira (muy bueno), pez limón, atún (en cortes toro, ventresca y lomo), langostino y anguila del Ebro (“llegan vivas, y la sacrificamos poco antes de comerlas”, apunta el cocinero japonés).

Nigiri de erizo y zamburiña
Nigiri de erizo y zamburiña. Foto: Sushi Omakase Fukamura

La segunda copa de sake fue del Koshi no Kanbai, más fuerte (15 grados) y seco; que acompañó al maki de cebollino y toro, la panceta ibérica con nabo en dashi (caldo con algas y bonito seco) y la sopa con berenjena asada; que al contrario de lo que muchos esperan, no se toma con cuchara sino directamente del cuenco. “La sopa es para el final de la comida, como digestivo”, apunta Fukamura. Y de cierre, un mochi de té verde.

La experiencia tiene algo de ceremonia, en un local reformado por el estudio Salvà Ortín Arquitectes, que usando materiales como madera, acero y cemento replican el minimalismo de los restaurantes japoneses.

Okio Asian Street Market

Es una recreación de los puestos de comida de Asia: en una esquina con una generosa entrada de luz natural, se congregan farolillos chinos, máquinas de arcade, un plano luminoso del metro de Tokio, posters e ilustraciones de personajes de manga japonés (con algunos iconos populares como Pikachu, Sailor Moon o Mazinger Z) y varias barras que recuerdan a los chinriguitos de comida callejera de las grandes ciudades orientales.

El restaurante es como un paseo callejero de restaurantes
El restaurante es como un paseo callejero de restaurantes. Foto: Juan Pedro Chuet-Missé

Se trata de Okio Asian Street Market (Marqués de l’Argentera 13, Barcelona), que en su nombre sintetiza la idea: ofrecer este tipo de cocina popular y accesible al público de Barcelona. Por suerte, apuntan, los sabores están adaptados al paladar de estas tierras, que tiene menos tolerancia al picante de las culturas asiáticas.

La idea del Okio Asian Street Market es representar la cultura de la cocina callejera de Oriente

Para introducirse al mundo de la cocina callejera de Asia, se puede empezar con los dumplings, gyozas y baos que ofrecen diversas combinaciones de cerdo, verduras, cangrejo, mariscos o pato; platillos que se pueden combinar con otras opciones como el edamame frito, el pollo macerado o el kimchi ligeramente picante.

Los Futomaki Doraemon, con salmón, aguacate y cebollino
Los Futomaki Doraemon, con salmón, aguacate y cebollino. Foto: Juan Pedro Chuet-Missé

Para los que llegan con apetito

Si se busca algo más contundente, sepan que el tamaño de los platos es engañoso: parecen pequeños, pero llenan bastante; como sucede con los ramens, con base de cerdo, pollo y soja con carne de tan tan o kimchi; los pad thai (tallarines salteados con verduras, langostinos y pollo), el arroz salteado al wok, los noodles con pollo y verduras o las berenjenas glaseadas con barbacoa coreana.

Claro que también hay lugar para los sushis y rolls, ya sea con los nigiris de salmón o atún (pueden ser flambeados) y uramakis o futomakis que honran a personajes de los animes japoneses, como Dragon Ball, Oliver & Benji, Doraemon y Naruto.

Los ramen parecen pequeños, pero son muy abundantes
Los ramen parecen pequeños, pero son muy abundantes. Foto: Juan Pedro Chuet-Missé

Los precios son accesibles, alrededor de 20€ a 25€ por persona, con bebida, por lo que uno queda más que conforme con los sabores que se pueden encontrar en Shanghai, Bangkok o Kioto.

Comenta el artículo

Deja una respuesta

a.
Ahora en portada