El descomunal (y bizarro) avión de la URSS que apenas pudo volar

La Unión Soviética diseñó un avión con 14 motores para luchar contra submarinos. Solo dos de los tres prototipos lograron volar, y la única unidad superviviente se oxida cerca de Moscú

Bartini_VVA-14 Foto Wikipedia

La Guerra Fría aportó el diseño de aeronaves que parecen sacadas de películas de ciencia ficción, descomunales aparatos que apenas pudieron volar y que quedaron olvidados en las nieblas de la historia.

La Unión Soviética cuenta con varios protagonistas de estas historias. Hace poco describíamos el funesto destino del Monstruo del Mar Caspio, el ekranoplano que se oxida al sur de Rusia.

Y ahora rescatamos al Bartini Beriev VVA-14, apodado zmei gorynich, o sea el dragón de tres cabezas de la cultura eslava.

Un dragón contra los submarinos

El nombre ya presenta varias características. Bartini se refiere a su creador, el científico y diseñador Robert Ludvigovich Bartini, un italiano que huyó del fascismo en 1923 y se refugió en la joven URSS.

El Bartini Beriev debía llevar 14 motores, de los que 12 de ellos le permitirían realizar despegues verticales en cualquier superficie

VVA es el acrónimo de aeronave anfibia de despegue vertical, y 14 se refiere al número de motores.

La idea de las fuerzas armadas soviéticas en 1965 era construir tres unidades para detectar submarinos estadounidenses, que amenazaban el ajedrez bélico de la Guerra Fría con sus misiles Polaris.

Una aeronave como ninguna

La URSS soñaba que este avión pudiera despegar de manera vertical, sin necesidad de pistas, tal como hacen los cazas de guerra Sea Harrier.

Si bien podía volar a baja altura sobre la superficie de mar, como el ekranoplano MD-160-Lun, el plan era que pudiera alcanzar alturas de hasta 10.000 metros y con un rango de 2.450 kilómetros.

Para ello, además de los dos motores de 15.062 libras de fuerza para el vuelo crucero, la aeronave iba a estar dotada de 12 motores turbofan de casi 10.000 libras de empuje cada uno.

El extraño avión se diseñó para la lucha antisubmarina.

Con 25,97 metros de largo, 30 de envergadura y 6,79 de alto, este extraño aparato presentaba un peso máximo de 52 toneladas.

Los dos prototipos

El primer prototipo vio la luz en 1972. Tras algunas pruebas fue dotado de pontones rígidos en los extremos de la sección del ala central, luego reemplazado por unidades inflables, para poder acuatizar en el agua.

La segunda unidad tenía que servir para probar los vuelos verticales, pero los 12 motores nunca fueron instalados.

Estos problemas condenaron al tercer prototipo, que debía servir para experimentar el lanzamiento de bombas y misiles a diferentes alturas.

Por su extraño diseño se lo llamaba el ‘dragón de tres cabezas’

También quedó archivada la idea de construir una unidad para el transporte, capaz de llevar a 32 personas o una carga de cinco toneladas a una distancia de 3.300 kilómetros, indican en el hangardeyurigagarin.

Los dos prototipos del Bartini Beriev realizaron 107 vuelos de prueba, de apenas un centenar de horas, hasta que el proyecto quedó archivado

La muerte del diseñador Bartini en 1974 hirió de muerte al proyecto. La falta de resultados impacientó a la cúpula militar soviética, y a lo sumo, los ‘dragones de tres cabezas’ realizaron 107 vuelos de prueba por un centenar de horas. Al año siguiente, el proyecto quedó archivado.

Una de las imágenes del Bartini en vuelo

La lenta muerte del primer VVA14

La segunda unidad, el VVA14-2M, fue desmantelada. En 1987 el primer prototipo fue enviado al Museo de la Fuerza Aérea de Rusia en Monino. Ubicado a 23 kilómetros de Moscú, aquí se encuentra la mayor colección de aviones de guerra de la Unión Soviética.

Pero como todas las piezas está expuestas al aire libre, el avión se degrada por el óxido y la falta de mantenimiento.

El Bartini Beriev, sin alas, yace en el Museo de la Fuerza Aérea Rusa, cerca de Moscú. Foto Google Maps

Inclusive sus alas han desaparecido misteriosamente. Según precisó el director del museo Alexander Zarubetsky a la CNN, reparar a la aeronave para que sea presentable al público costaría un millón de euros.

Sin posibilidades de tener una segunda oportunidad, el extraño Bartini Beriev VVA14-1M está atrapado por el paso del tiempo que lo consume lentamente.

a.
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