Carabanchel, un cocedero de tendencias al otro lado del Manzanares

Cervezas artesanas, arte a la última, rock y cocina creativa se dan cita en Carabanchel porque hay (mucha) vida más allá de la almendra central de Madrid

Galería VETA en Carabanchel

Carabanchel, un barrio de puro arte. Foto: VETA Galería.

Madrid se desborda. Lo lleva haciendo desde hace años, cuando los barrios situados más allá de la almendra de lo que antes se conocía como M-30 empezaron a reivindicarse como espacios de tendencia, arte y gastronomía. Una alternativa al centro y a los “barrios bien” de la ciudad, cada vez más gentrificados y globalizados. Y en esta tendencia ha tenido mucho que ver el soterramiento de parte de esa autovía de circunvalación y su cubrición con el enorme parque de Madrid Río que, de alguna forma, ha acercado a la vida urbana a todos los barrios ribereños al Manzanares.

Un buen ejemplo es el distrito de Carabanchel, sobre todo en torno los barrios de San Isidro, Comillas y Opañel, es decir entre el Puente de Toledo, la ermita del Santo con el parque la rodea, la plaza de Oporto y la plaza Elíptica.

La prodigiosa transformación de Carabanchel

Quizás la acción de posicionamiento más llamativa sea la transformación del antiguo Polígono Industrial ISO, cuyas naves, antes dedicadas a imprentas, talleres, manufacturas textiles y fábricas, con en la que antaño se elaboraba el peculiar isocarro, de la marca ISO, las han tomado artistas de las más diversas disciplinas: desde las artes plásticas al diseño gráfico y la producción audiovisual.

Polígono industrial ISO. Foto: Madrid Film Office.

Algo más de 130 creadores, agrupados en 40 talleres, estudios y oficinas han encontrado su espacio en torno al edificio de ladrillo rojo de la calle Pedro Díez, 21.

Entre los proyectos más interesantes está VETA, impulsado por Fer Francés. La galería de arte más grande de Europa es un centro de 1.200 metros cuadrados en una antigua imprenta, renacida según el proyecto del estudio gerundés RCR, ganadores del Premio Pritzker de Arquitectura en 2017. Nada menos.

Obras Santiago Ydañez. Foto: VETA Galería.

En el inmenso soporte que supone esta galería exponen (o han expuesto) artistas consagrados y emergentes. Entre ellos Santiago Ydáñez, El Roto, Atanda Adebayo o Theresa Chromati.

La reconversión de antiguas naves industriales en talleres y estudios de artistas le ha valido a la zona de Carabanchel el sobrenombre del ‘Brooklyn madrileño’

La analogía entre estas iniciativas con lo ocurrido en el neoyorquino barrio de Williamsburg a finales del siglo XX y principios del XXI, tomando para el arte antiguas naves industriales y de almacenaje, ha llevado a algunos a darle a Carabanchel el título del ‘Brooklyn madrileño’. Un sobrnombre algo pretencioso, sin duda, pero que no deja de tener su gracia.

Piezas de Matías Sánchez en VETA Galería. Foto: VETA Galeria.

Eclosión gastronómica en el ‘Brooklyn madrileño’

Junto al arte, el otro polo de atracción de esta zona es la gastronomía. Multicultural, como su propia población, y muy diversa en propuestas.

En los fogones de Carabanchel se cocinan ingredientes originarios de los más lejanos países, junto a clásicos de la gastronomía madrileña, como las gallinejas y los entresijos de Casa Enriqueta (General Ricardos, 19). Así, junto a los locales “de toda la la vida” surgen nuevas propuestas enfocadas a un público abierto a las nuevas tendencias.

Entre los bares y restaurantes de siempre sigue teniendo mucho predicamento y y afición La Casa de los Minutejos (Antonio Leyva, 19). Son muchos los que peregrinan hasta aquí desde otros barrios de Madrid para disfrutar de su especialidad: medio minisándwich a base de carpaccio de oreja prensada, marcado a la plancha, que se sirve con salsa picante o no (al gusto).

Foto: Los Minutejos.

Con esa misma técnica elaboran otras delicias populares como los lagunejos (butifarra y pisto), sinvergüenza (chorizo y tomate frito), vergonzoso (jamón de York y tomate), bellota (de jamón) o las de morcilla de arroz o cebolla.

La vida en General Ricardos

No muy lejos de Los Minutejos está el Paseo del Quince de Mayo, que conduce hasta la Pradera de San Isidro y la ermita del Santo desde la gran arteria del barrio, la calle General Ricardos.

Al principio de este paseo, los domingos a mediodía y los días de fiestas son cientos los carabancheleros y visitantes que se arraciman en las barras y el exterior de locales con tanta tradición como Köln, en el número 3.

Un clásico, las zamburiñas de Köln.

Nada menos que desde los años 60 del siglo XX lleva abierto este local, seduciendo con sus mariscos de calidad, que por lo general se degustan de pie, en raciones y tapas. Éstas se remojan con vinos albariños, de Rueda y Barbadillo, o con bien tiradas cañas de cerveza.

Respecto a las nuevas propuestas gastronómicas del barrio, hay un casi recién llegado con mucho fundamento detrás. Se trata de La Grifería (Antonio de Leyva, 2), delegación de La Caníbal, célebre local de Lavapiés especializado en cervezas artesanas y en vinos “de grifo” elaborados por pequeños productores.

Por las dimensiones del local, en La Grifería hay menos grifos que en su voraz hermana mayor, pero a la hora de pedir siempre es un gusto escuchar los consejos y propuestas del personal. También tienen una pequeña carta de picoteo a base de quesos, embutidos, sándwiches y helados y el bar está decorado de una forma divertida y muy agradable.

La Grifería es la hermana menor de La Caníbal.

Cervezas artesanas en Carabanchel

Más elaborada es la propuesta culinaria de Come Bebe Ama (Gesaleico, 20), un local abierto en 2021 por el actor Daniel Holguín y su pareja, María Moreno, que ellos mismos definen como ‘GastroHome’. Con el buen tiempo es una delicia comer o tomar el aperitivo en su terraza-patio interior, vigilados por la chulapa que el grupo Carabanchel Creativa pintó en la torre de un antiguo depósito de aguas.

También resulta muy agradable sentarse a las mesas del interior del local, ambientado con un gusto bastante inusual en el barrio, para degustar platos como el canelón de pollo de corral, las croquetas caseras, los mejillones picantones o sus carnes a la brasa, sobre todo las de vaca madurada. Todo complementado con una amplia carta de vinos, cervezas, aperitivos y licores Premium.

Foto: Come, Bebe, Ama.

Con todo, la más amplia oferta de cervezas en la zona la tiene Patanel (Pedro Diez, 21), cuyo local está muy próximo al Polígono Industrial ISO. Ellos mismos fabrican las diferentes variedades que luego sirven en un amplio espacio de mesas altas y bajas con un claro ambiente industrial. Aunque también traen cervezas “invitadas” de temporada que merece probar.

Con cualquiera de ellas se pueden tomar alguno de los platos de la carta, que si bien desmerecen la calidad de las cervezas, al menos resultan divertidos.

Foto: Patanel.

Mejores bares de barrio

A Patanel lo ha reconocido Repsol con uno de sus nuevos Soletes de Barrio. También a locales como D’Neto (Valle de Oro, 24), donde sirven algunas de las mejores hamburguesas de la zona, realizadas con un pan que elaboran ellos mismos a diario, y que se pueden acompañar de nachos, jalapeños, yuca frita, bolitas de queso, alitas de pollo y otras combinaciones de sabores puramente latinoamericanos.

También forma parte de esta nueva lista de soletes Vegania Veggie Bar (Ntra. Sra. de la Luz, 62), cuyos chefs y propietarios se divierten jugando con trampantojos visuales, gustativos, olfativos y táctiles a partir de ingredientes exclusivamente vegetales. Por ejemplo, su paella de no-pollo, sus hamburguesas y entrepanes (la guarra es casi inacabable) y el pad thai.

Hamburguesas en D’Neto.

Tras el festival gastronómico, quien quiera continuar la diversión puede hacerlo en un local casi legendario: Roberangelo Rock Café (Avenida Emperatriz Isabel, I), que lleva abierto desde 1984.

Concebido como un multiespacio de encuentro para amantes de la música (no solo rock, aquí el pop clásico internacional y nacional también tienen cabida). El ambiente se va transformando a lo largo de la tarde-noche y de la semana.

Roberangelo Rock Cafe puede considerarse un panegírico de todo lo bueno que el distrito de Carabanchel tiene que ofrecer a quien se anime a visitarlo

Así, a Robernagelo se viene tanto al tardeo en torno a su amplia carta de cervezas, como a cenar su carta de hamburguesas y snacks y a las copas más allá de medianoche, sobre todo durante los fines de semana.

Foto: Roberangelo.

Un local ecléctico y abierto a públicos de todas las edades que, por sí mismo, podría considerarse un panegírico de todo lo bueno que el distrito tiene que ofrecer a quien se anime a visitarlo y vivirlo.

Por último, sería injusto hablar de Carabanchel sin mencionar la zona de Vista Alegre en torno al Palacio de Vistalegre Arena, que antes que centro de espectáculos fue una plaza de toros. Hoy ofrece un interesante calendario de conciertos de música, a cargo de bandas e intérpretes de reconocido prestigio, y otros eventos escénicos.

Su transformación supuso para la zona una proliferación de numerosos locales de restauración y ocio nocturno, además de tiendas y otros centros lúdicos. Tantas propuestas que, quizás, se merezcan un capítulo propio en este mismo medio.

a.
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