La naturaleza se enciende en los Jardines de Pedralbes
El espectáculo Natura Encesa despliega un millón de luces LED y 100 km de cables para ofrecer una experiencia de luces inmersiva para reflexionar sobre el medio ambiente
El espectáculo ‘Natura Encesa’ se realiza en los Jardines de Pedralbes. Foto Lys Ortega
Es como un bosque luminoso, donde el límite entre la realidad y lo onírico apenas se distingue. Hace frío pero poco importa, porque los visitantes sienten la calidez de un entorno donde las plantas y animales parecen tener otra vida, con un despliegue de colores, luces y sonidos inédito.
Estas son algunas postales de la experiencia que se puede tener en el espectáculo Natura Encesa, que ayer se inauguró en los Jardines de Pedralbes.
Más allá de las típicas luces navideñas
Según precisó Iñaki Fernández, CEO de la productora Let’s Go, se trata de una relectura de los tradicionales juegos de luces navideños, con una propuesta inmersiva construida en base a un millón de luces LED y más de cien kilómetros de cables, bien ocultos a la vista.
«La idea es que los adultos vuelvan a ser niños», dijo Fernández, pero que también puedan tomar conciencia sobre los peligros ambientales.
Estas experiencias ya se habían llevado a cabo en el Palmetum de Santa Cruz de Tenerife y el Real Jardín Botánico de Madrid, y una propuesta parecida se presenta en el Oceanográfic de Valencia.
La vida a través de las luces
La propuesta para este año se titula Life (Vida), y consiste en una serie de proyecciones y juegos de luces que giran en torno a los cuatro elementos fundamentales de la vida según los antiguos: aire, agua, fuego y tierra.
Las proyecciones y juegos de luces giran en torno a los cuatro elementos de la vida según los antiguos: aire, agua, fuego y tierra
La fuente de entrada de los jardines, llena de colores, es el punto de partida donde en los primeros pasos el visitante está rodeado de palabras que proponen una concienciación sobre la naturaleza.
Tras un camino de flores luminosas como cactus y girasoles se pasa al sector acuático, donde destacan los peces de colores que parecen volar entre los árboles y arbustos, transformados en corales donde nadan gigantescas medusas.
Un sonido agudo intuye que se está en zona de cetáceos, como se confirma con la gran ballena azul que parece zambullirse sobre el estanque.
La fragilidad de los ecosistemas
En la zona aérea unos cucús de madera destilan melodías de pájaros cantores, en medio de la zona central bañada por rayos láser que parecen olas.
A la mitad del recorrido se llega al sector de Biolife, frente al palacio real, donde los sus juegos lumínicos sobre la fachada (en una secuencia de tres minutos, coordinado con las fuentes) tratan sobre el origen de la vida.
La presencia de una botella que vimos en la parte acuática y la representación de chimeneas así como luces rojas que asemejan brasas son algunos de los mensajes visuales y sonoros sobre la fragilidad de los ecosistemas.
El simbolismo de la vida y la muerte
Estas imágenes se contraponen con la presencia de un nido de huevos gigantescos, símbolo de la vida, acompañados de una cigüeña.
Por momentos pareciera que uno se ha encogido, porque se ve rodeado de libélulas, mantis religiosa, hormigas disciplinadas, escarbajos y una tarántula más grande que una persona
Por momentos parece como si uno se hubiera encogido, al estar rodeado de arañas, mantis religiosas y escarabajos gigantes
Hasta el 9 de enero
La muestra Natura Encesa estará abierta hasta el 9 de enero de miércoles a domingo de 18:00 a 20:00 (y todos los días desde el 27 de diciembre).
Por protocolo ante el covid, las entradas tienen que reservarse previamente para tener el horario de admisión.
Juan Pedro Chuet-Missé es redactor de Cerodosbé/Tendencias desde 2017, y del Grupo Economía Digital desde 2015. Especialista en destinos fuera de lo común, cultura, estilo de vida, viajes y todas aquellas historias que vale la pena contar.
