Los pueblos más bonitos para perderse en la Alpujarra de Almería

Pueblos de casas blancas y trazado laberíntico, huellas islámicas y ríos siempre vivos. Así es la comarca almeriense de la Alpujarra

Laujar de Andarax, último hogar del último rey de Al-Ándalus. Foto Archivo Fotográfico de Turismo Andaluz

Laujar de Andarax. Foto: Archivo Fotográfico de Turismo Andaluz.

Cuando los Reyes Católicos tomaron Granada y cayó el último reino nazarí el monarca Boabdil se refugió en el pueblo de Laujar de Andarax, una de las pequeñas localidades de la Alpujarra almeriense, región protegida por la Sierra Nevada y la de Gádor, y que siglos después de esta bisagra histórica conserva un importante legado de la cultura árabe.

El último rey de Al-Ándalus vivió poco más de un año en esa localidad que conserva el trazado propio del urbanismo musulmán, hasta que la muerte de su esposa lo decidió a emigrar a Marruecos.

El último territorio conquistado por los Reyes Católicos

Las medidas represivas de la corona española con la comunidad árabe desde 1502, como las conversiones forzosas, forzó el descontento de la población, que llegarían a su punto más alto con la Guerra de las Alpujarras que estalló en 1568 tras las medidas de Felipe II.

70 años después de la caída de Granada los pueblos musulmanes de la Alpujarra se levantaron en armas contra las conversiones decretada por la corona de Castilla

Herencias mudéjar en la Alcazaba de Finana. Foto Foto Archivo Fotográfico de Turismo Andaluz

Tres años después las tropas lograron dominar la rebelión, y por eso se considera que este fue el último territorio conquistado por la Corona de Castilla a los árabes.

Una herencia de siete siglos

Durante más de 700 años la Alpujarra estuvo habitado por musulmanes, desde que en el siglo VII se instalaron familias provenientes de Yemen.

Su influencia está presente en las pequeñas calles que serpentean para adaptarse a la complicada orografía de las sierras o en los sistemas de riego, obras maestras de la ingeniería hidráulica para aprovechar la presencia del río Andarax así como de manantiales y arroyos que cruzan los valles.

Iglesia de la Encarnación en Laujar de Andarax. Foto Archivo Fotográfico de Turismo Andaluz.

La extensión de la Alpujarra

La Alpujarra almeriense ocupa casi la mitad de la comarca que se extiende por Granada, un territorio formado por 20 municipios que también abarca la franja sur del Parque Natural de Sierra Nevada, que se extiende hacia el este por los pueblos de Terque y Alhama, a solo 40 km del Mediterráneo.

La sugerencia de la Diputación de Almería es iniciar un pase por esta comarca en Alhama de Almería, en la Sierra de Gádor, dueña de baños termales de origen romano pero perfeccionado por los árabes.

Alicún y Huécija son dos pueblos cercanos, el primero de estética morisca y el segundo más señorial debido al auge económico que tuvo con la ganadería entre los siglos XVII y XVIII, como lo certifican el convento de los Agustinos o la iglesia de Nuestra Señora de Encarnación, construida en el s. XVI en estilo mudéjar.

Lavadero en Alboloduy. Foto Archivo Fotográfico de Turismo Andaluz

Pueblos con huellas musulmanas

A lo largo del río Andarax se encuentran más pueblos de herencia musulmana, como Íllar y Bentarique, que conserva las acequias y canales que los árabes construyeron para traer agua; mientras que la cercana Terque presenta varias viviendas de gran porte que reflejan la bonanza económica por la exportación de uvas de barco.

En el estratégico punto en que el río Andarax se une con el Nacimiento se encuentra Alhabia, donde además de las fuentes árabes y un reloj solar de tres siglos se puede ver una interesante farmacia con 150 años de antigüedad.

Los pueblos de Alsodux y Santa Cruz de Marchena están remontando el curso del Nacimiento, con detalles como iglesias mudéjar y grandes plantaciones de naranjos.

En el límite con el Parque Natural de Sierra Nevada se levanta Alboloduy, antigua plaza fuerte de los reinos nazaríes y que replica la estética de casas blancas en la falda de las estribaciones montañosas.

En Fondón las calles de trazado árabe cuentan con casas señoriales con sus escudos de nobleza en la fachada

Otros pueblos ya en esta sierra son Instinción, donde desde hace cientos de años se dedican al cultivo de la vid, los cereales y naranjos, y Rágol, de buena fama por sus uvas y pasas.

Vistas panorámicas de Bentarique. Foto Archivo Fotográfico de Turismo Andaluz

El último hogar de Boabdil

La presencia de la cultura musulmana y la llegada de la nobleza cristiana se evidencia en las calles, plazas y casas de Fondón, donde los escudos persisten en varias fachadas, así como en la fuente de Carlos IV y la torre de la iglesia, actual sede del ayuntamiento.

En tanto en Fuente Victoria se puede llegar al Palacio del Rey Chico, donde Boabdil se refugió cuando fue expulsado de Granada por los Reyes Católicos.

Su última residencia está a pocos minutos del centro de Laujar de Andarax, “uno de los pueblos con más encanto de la comarca”, aseguran en turismo de la Diputación.

Balneario de Alhama de Almería. Foto Archivo Fotográfico de Turismo Andaluz.

Además de caminar por sus calles de casas encaladas, se puede ver la iglesia de la Encarnación -también de estética mudéjar, su ayuntamiento barroco y la quincena de fuentes de los siglos XVII y XVIII que durante generaciones llevaron el agua del Andarax, cuyo nacimiento está en las cercanías.

El pueblo que renació tras el terremoto

Las visitas pueden culminar en los poblados de Alcolea y Berja. Este último también tuvo un valioso protagonismo en los años nazaríes, pero la mayoría de las viviendas de esa época desaparecieron en el terremoto de 1804; y la reconstrucción vio nacer a edificios como el ayuntamiento, la plaza del mercado, la iglesia neoclásica de la Asunción y la Casa del Molino del Perrillo.

a.
Ahora en portada