Siete rincones de Lleida que te enamorarán

Pueblos pirenaicos como Baguerge y Arties, templos románicos como la Seu d’Urgell, el Tren de los lagos y el desfiladero de Mont-Rebei son algunas de las maravillas que esperan en estas tierras catalanas

El espectacular embalse de Rialb, en Tiurana, una de las joyas escondidas en la provincia de Lleida. Foto Sergi Reboredo

El espectacular embalse de Rialb, en Tiurana, una de las joyas escondidas en la provincia de Lleida. Foto Sergi Reboredo

De las cuatro provincias catalanas, Lleida es la que recibe menos volumen de visitantes. Es verdad que no tiene salida al mar, aunque cuenta con los Pirineos y sus estaciones de esquí como uno de los destinos más importantes del invierno.

¿Pero qué pasa el resto del año? ¿Y qué más hay además de esa cordillera montañosa? En las llanuras o en las formaciones prepirenaicas hay bosques, lagos, pueblos, trenes, monasterios y otros rincones que son como un secreto a voces; sitios sin tanta presión turística que conservan sus atractivos.

Para conocerlos nos dejamos llevar por las páginas del libro 101 lugares de Cataluña sorprendentes (Anaya Touring), donde el fotoperiodista Sergi Reboredo con su cámara en mano recorre su variada geografía para presentar aquellos sitios que no pueden dejar de visitarse.

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Los 101 lugares fueron visitados y fotografiados por Reboredo, para dar una primera impresión de experiencias y sitios únicos de Cataluña

La idea es que el lector tenga una primera impresión de cada lugar para entusiasmarse con un viaje. Aquí no hay mapas ni fichas, sino una descripción de lo que se puede encontrar como un avance de lo que le espera si decide poner rumbo a ese destino.

Veamos, entonces, cuáles son algunas de las propuestas que Reboredo sugiere para Lleida.

Bagergue

Cuando las nieves se retiran el Vall d’Aràn es dueño de una gran belleza, con sus pequeños pueblos con casas de techos de pizarra y sus iglesias de campanarios puntiagudos esparcidos por los valles.

Vista aérea del pueblo de Baguergue. Foto Sergi Reboredo

Uno de estos pueblos es Baguerge, con una estética que parece “de una postal”, ubicado a casi 1.500 metros de altura, sitio de gran tranquilidad (solo viven 107 personas) donde el músico Pau Donés eligió pasar sus últimos días de vida.

Allí hay un interesante museo sobre la vida rural, y en primavera los prados de los cerros se tapizan de flores, lo que es aprovechado por los vecinos para decorar sus balcones.

Arties

Otro encantador pueblo pirenaico es Arties, resguardado por el macizo de Montardo (2.833 mts), donde el Garona y el pequeño Valarties se cruzan en su pequeño casco histórico, en el que se pueden ver algunas casas señoriales de los siglos XVI y XVII.

Arties y Baguerge son algunos de los pueblos más bonitos de la Vall d’Aran

Arties, otro pueblo de la Vall d’Aran. Foto Sergi Reboredo

El lugar tiene su fama por sus aguas termales y su iglesia, de cinco pisos, “es uno de los mejores ejemplos de la arquitectura románica aranesa”, apunta Reboredo.

Catedral de Santa Maria, Seu d’Urgell

Es cierto que este lugar es muy popular entre los visitantes a las tierras leridianas, y no es para menos, porque es la única catedral románica que se puede encontrar en Cataluña.

Esta es la única catedral románica de Cataluña. Foto Sergi Reboredo
Esta es la única catedral románica de Cataluña. Foto Sergi Reboredo

A pesar de las numerosas reformas (la última, de 1950) todavía impacta su estructura de tres naves, con un bonito claustro con capiteles ricamente adornados. No dejen de conocer los libros monacales custodiados en el Museo Diocesano.

Tren de los lagos

Entre los trenes históricos que hay en Cataluña este es uno de los más recomendados. Une la ciudad de Lleida con La Pobla de Segur, en un trayecto de 89 km que en primavera atraviesa los verdes bosques del Prepirineo en paralelo al río Segre.

Tren de los lagos. Foto Sergi Reboredo
Tren de los lagos. Foto Sergi Reboredo

Se trata de un convoy con cinco vagones fabricados en los años ’50, llevados por una locomotora diesel que rompe el silencio de los pueblos como Vilanova de la Barca, Vallfogona de Balaguer, Alcoletge y Térmens cada vez que pasa cerca de ellos.

Congost de Mont-Rebei

Este, dice el autor, es quizás el desfiladero “más salvaje” de los Pirineos catalanes, una caída vertical de más de 500 metros “que parecería haber sido cortada con un cuchillo”.

El Congost de Mont-Rebei sorprende por sus paredes de 500 metros “que parecen cortadas por un cuchillo”

El impresionante Congost de Mont-Rebei. Foto Sergi Reboredo
El impresionante Congost de Mont-Rebei. Foto Sergi Reboredo

Estas paredes han sido esculpidas por la corriente del Noguera Ribagorçana, afluente del río Segre; un curso buscado en su parte superior por los amantes del rafting que en la parte inferior se calma, como rindiendo pleitesía a las murallas rocosas.

Cerca está la represa de Canelles, donde hace una década se instaló un puente colgante que convierten el paso por las aguas turquesas en un espectacular paseo natural.

Parapente en Àger

Cerca de este desfiladero se encuentra el pueblo de Àger. Es bonito, sí, pero esta guía recuerda que su verdadero tesoro está en el cielo.

El lugar es una de las mecas del parapente en Cataluña, gracias a su ubicación en la sierra de Montsec, con corrientes de aire que elevan en silencio entre los centinelas de roca del citado Congost de Mont-Rebei.

La emoción de hacer parapente en Àger. Foto Sergi Reboredo
La emoción de hacer parapente en Àger. Foto Sergi Reboredo

Los cielos de Áger permiten practicar parapente durante el día y astroturismo por la noche

Y de noche el lugar es un paraíso para los observadores de estrellas, donde el Parque Astronómico del Montsec cuenta con tres telescopios para explorar los secretos del cosmos.

Montsonis

Hay incontables pueblos en las tierras de Lleida, pero Montsonis presume de tener uno de los castillos más bonitos de estas comarcas.

Testigo de una y otra guerra, con sus destrucciones y reconstrucciones, la antigua fortaleza es la residencia estival de los condes de Albi, aunque está abierta al público.

Montsonis, otro pueblo leridiano que merece una visita. Foto Sergi Reboredo
Montsonis, otro pueblo leridiano que merece una visita. Foto Sergi Reboredo

En las visitas guiadas es posible ver el patrimonio de tapices, armaduras y escudos, entre otros valiosos objetos históricos.

El pueblo de Montsonis, con sus calles empedradas y sus casas de tejas oscuras con enredaderas, también merece una visita; como el cercano museo al aire libre de Land Art, “que fusiona arte y naturaleza”.

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