La deliciosa tentación de los dulces catalanes en Semana Santa

Los que pretenden llegar al verano con buena forma física, ya sea como parte del operativo bikini o como lo quieran llamar, tienen en la Semana Santa el último escollo a vencer, ya que en estas fechas se prepara un arsenal de dulces y postres que son difíciles de resistir.

Cada pueblo, comarca y región de España tiene sus preparaciones y recetas, pero esta vez vamos a concentrarnos en los de Cataluña; donde en algunos casos casi no hay diferencias con las de otras partes del país (excepto quizás en el nombre) y en otras son únicas.

Galletas de Ramos

En recuerdo a la entrada de Jesús a Jerusalén aclamado con ramas de olivo y laurel en varias partes de Cataluña se preparan las galletas de Ramos, llamados currutacos en Barcelona, Vilanova y la Geltrú; pauls en Prats de Lluçanès, garlandas en Manresa, figuretes en las localidades del Vallès Oriental y Occidental mientras que en Mataró son las senyores i senyors.

Son dulces de consistencia dura, elaborados con harina, mantequilla, huevos y azúcar que se creaban para ser colgados de las palmas, con formas de animales, estrellas, humanas, etcétera.

Las galletas de Ramos tienen una consistencia sólida para que puedan durar varios días o semanas

En el Museo Etnológico de Barcelona hay copias de yeso de estos dulces de principios del siglo pasado, pero también se exhiben ejemplares reales realizados en Mataró en 1980, y que todavía se conservan en buen estado.

El roscón

El roscón de Pascua no es muy diferente al de Reyes o el de Sant Antoni: es una coca dulce, con forma de anilla, que lo suelen regalar los padrinos a sus ahijados el domingo de Ramos tras la salida de la iglesia, aunque en las últimas décadas la entrega ha variado.

Suele estar relleno de mazapán y decorado con fruta confitada, y a diferencia de los otros dos tipos de roscones, este no lleva ninguna sorpresa.

Buñuelos

Los buñuelos son comunes en Cataluña como en otras partes de España. Se preparan con leche, harina, huevos y mantequilla, aunque la receta básica luego puede ir variando de pueblo en pueblo, como son los rellenos de trufa, crema o nata.

El buñuelo del viento es llamado así por su consistencia liviana, como si estuviera vacío por dentro

Un tipo propio de Cataluña es el caragirat, o buñuelo del viento, llamado así porque su masa es menos densa y pareciera vacío por dentro. En tanto en el Empordà está el bunyol de Cuaresma, al que se le añade anís o garnacha, y que tiene una consistencia más potente.

Torrijas

Las torrijas en Cataluña son conocidas como rostes, torradetes, llesquetes en ou, gresoletes dolces o coquetes de Santa Teresa.

La receta básica es similar a la del resto de España, con el aprovechamiento del pan seco de una o dos jornadas atrás al que se remoja en leche y se pasa por huevo batido, para finalmente ser freído y cubierto por azúcar y canela en polvo.

Acompañado de vino dulce o mistela, en La Garrotxa se lo suele combinar con el entorxat, una torta de pastelero típica de la comarca.

Mona de Pascua

La Mona de Pascua, propia de Cataluña así como de Valencia y Baleares -entre otras zonas mediterráneas- era otro de los regalos de los padrinos a sus ahijados, cerrando el círculo iniciado con la entrega de la palma del Domingo de Ramos.

Se trata de figuras elaboradas en chocolate con añadidos de plumas y pollitos de fantasía, aunque la presentación se expande con personajes infantiles y populares, que pueden ser desde jugadores del Barça a los personajes de Marvel.

Cabe señalar que en el Penedès se suele reemplazar o acompañar por la coca garlanda, un roscón azucarado y aromatizado con licor de anís.