Cuatro errores que no puedes cometer en Estonia

A nadie lo deportarán ni le pondrán una multa, pero si se cometen estos errores en la visita a Estonia será una pena; porque se estarán perdiendo magníficas oportunidades de conocer mejor este país.

En Estonia hay mucho más por descubrir al salir de Tallin. Foto Visit Estonia

No se te ocurra quedarte en Tallin”, me había dicho un amigo al que nunca le faltan motivos para viajar por el norte de Europa. En realidad, lo que quería decir es que no limite la visita a Estonia solo a su capital, sino tomarla como base y desde allí, organizar salidas a otros lugares de este pequeño país báltico.

Ese fue uno de sus consejos, en el que también me recordó la importancia de conocer sus islas, costas, bosques y, por supuesto, no dejar de lado su recomendada gastronomía.

Limitar las visitas a Tallin

Si ya se ha paseado por su casco antiguo con sus calles empedradas, visto la playa de Pirita (pero a ver si en verano hay coraje para bañarse) o conocer el espíritu bohemio del barrio de Kalamaja se sugiere llegar hasta las ciudades de Tartu, Narva y Pärnu.

A dos horas de Tallin se pueden conocer las ciudades de Tartu, Narva y Pärnu; dueñas de una intensa vida cultural

Los colores ante el fuerte de Narva. Foto Visit Estonia

Tartu es la segunda ciudad del país, una urbe universitaria con una activa agenda cultural; Narva presenta un castillo con exposiciones y más vida artística en la antigua fábrica textol Kreenholm y Pärnu presenta varios eventos en verano, además de ofrecer relax en su encantador centro histórico.

Quedarse en las ciudades

Otro error frecuente de los visitantes a Estonia es quedarse solo en las ciudades.

La mitad de la superficie de Estonia son bosques. Foto Visit Estonia

Teniendo en cuenta que la mitad de la superficie del país son bosques, hay mucho para hacer en verano como caminatas por pistas forestales o descubrir su naturaleza en circuitos de bicicleta; así como navegar en kayak por sus lagos o relajarse en los balnearios que dan al Mar Báltico.

No salir del continente

Estonia cuenta con 2.222 islas, entre las que se encuentran en sus más de 1.500 lagos y las que salpican su litoral costero.

Sería una pena no conocerlas, como las de Saaremaa o Hiiumaa, las dos más grandes del país; o la de Kihnu y su legado de la cultura matriacal.

Sauce Festival en la isla de Saaremaa. Foto Visit Estonia

Estonia cuenta con 2.222 islas; es una pena no ir a verlas y conocer sus costumbres y gastronomía locales

O las islas de Aegna, Naisaar o Prangli, en el Golfo de Finlandia, a las que se llega desde Tallin a bordo de un ferry.

No probar la cocina tradicional

¡Que a nadie se le ocurra probar una hamburguesa en Estonia! La cocina tradicional de este país, a pesar de su pequeño tamaño, es muy variada; con el acento puesto en los ingredientes de temporada que se obtienen de las granjas y campos locales.

En un viaje hay que probar el pan de centeno con mantequilla cremosa, las fresas y arándanos recién recolectados, o en otoño, los hongos silvestres o sazonar los platos con ajos silvestres.

Cocina tradicional de Estonia. Foto Visit Estonia

Y si se trata de dulces, están las tartas de kohupiim cubiertas con manzanas o el kohuke, un postre cubierto de chocolate.

Cabe destacar que Estonia fue el primer país báltico en recibir estrellas Michelin: en la última edición han sido galardonados el NOA Chef’s Hall y el 180º by Matthias Diether, ambos en Tallin.

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