Los mejores miradores urbanos para tener la ciudad a tus pies

Desde la sofisticada Torre Glòries de Barcelona a la azotea más chic de Madrid en el Riu Plaza, pasando por el Ateneo Mercantil de Valencia o Las Setas de Sevilla, estos miradores son el momento cumbre de las visitas a las ciudades

No se puede negar que cuando uno está a más de 100 metros de altura, con el tapiz urbano debajo de los talones, uno se siente rey del mundo. O algo así.

Fue necesario inventar algo como el ascensor para que cambie la forma de vida y las ciudades no solo crezcan hacia los cuatro puntos cardinales sino también hacia arriba.

Algunos rascacielos han reconvertido sus azoteas en exquisitos miradores donde se puede contemplar la mancha urbana, rodeada por el mar o la sierra, la campiña o más urbanizaciones, hasta donde alcance la vista y se pierda en el horizonte.

Vamos a conocer algunos de ellos en las principales ciudades españolas

Torres Glòries (Barcelona)

Con 142,5 metros de alto, la Torre Glòries se convirtió en el nuevo ícono de Barcelona. En el rascacielos diseñado por Jean Nouvel se unificaron las últimas dos plantas para crear un mirador en 360 grados, con el Mediterráneo a un lado, la sierra de Collserola por el otro, y la capital catalana extendiéndose por todos lados.

Escultura de Tomás Saraceno. Foto Mirador Torre Glòries

Este espacio cuenta con la escultura Cloud Cities de Tomás Saraceno, un laberinto de paneles y tensores que cuelga a cuatro metros del suelo, y que se puede explorar por dentro.

La experiencia se inicia en el subsuelo, con obras de arte en papel que recuerda la flora y fauna urbana, seguida por fascinantes experiencias audiovisuales en una pantalla de 108 metros de ultra alta definición, que presenta una radiografía de la vida cotidiana en Barcelona.

Riu Plaza de España

De todos los miradores que hay en Madrid (y son varios) el que se ha convertido en una parada obligatoria para residentes y visitantes es el de la terraza del Riu Plaza de España.

Se trata de la Rooftop Bar 360º, donde se encuentra el gastrobar El Edén en la planta 26 y el Sky Bar en la 27; dos espacios gastronómicos que pueden servir de prólogo o cierre para vivir una de las experiencias más vertiginosas: pasar unos minutos en la plataforma de vidrio suspendida a 100 metros de altura.

El columpio de El Edén. Foto Riu

Da vértigo (pero es fascinante) pararse en la plataforma de vidrio del Rooftop Bar 360º del Riu Plaza de España

Más relajado es el columpio del Edén, donde ya bajo techo todo el mundo hace el postureo reglamentario para Instagram.

Ateneo Mercantil (Valencia)

Tras subir por alguno de los dos ascensores hasta los 50 metros de altura, la terraza del Ateneo Mercantil ofrece una de las mejores panorámicas de Valencia, donde se puede ver la combinación de tejados, cúpulas barrocas de iglesias y modernistas de edificios centenarios; así como las siluetas de la Ciudad de las Artes y las Ciencias.

Vistas desde el mirador del Ateneo Mercantil. Foto Ateneo Mercantil

Ubicado frente al ayuntamiento de Valencia, el mirador cuenta con una barra de bar para disfrutar de copas y platos de tapeo al atardecer (o en cualquier momento).

Mirador Artxanda (Bilbao)

Una pena que el mirador de la Torre Iberdrola, en el piso 25 de este moderno rascacielos de Bilbao, haya cerrado sus puertas hace dos años.

Pero como Bilbao está rodeado de montes, la naturaleza da aquello que la vida urbana ofrece con cuentagotas.

Una de las mejores vistas de la ciudad se puede atrapar en el monte Artxanda, donde sí o sí hay que hacer la foto panorámica con las letras rojas de ‘Bilbo Bilbao’ en primer plano.

Es una pena que hace dos años haya cerrado el mirador de la Torre Iberdrola, en el piso 25 de este rascacielos de Bilbao

De un lado se ve el entramado urbano de Bilbao y del otro el verde intenso del valle de Txorierri, donde una serie de paneles informativos permiten ver en detalle el desfile de cúpulas de la ciudad protegido por las cadenas montañosas.

Mirador Artxanda. Foto Miguel Ángel Cachorro – Wikipedia

Al mirador se puede llegar en coche o en el funicular que en cinco minutos acerca al barrio de Castaños.

La visita puede culminar con las experiencias gastronómicas del Txakoli Simón o el Restaurante Antón, en las alturas de este monte.

Las Setas (Sevilla)

Seguramente el mirador más emblemático de Sevilla es el de la Giralda, pero es una lástima poder tener una perspectiva aérea de esta ciudad y no poder ver, precisamente, su torre más bonita.

Setas de la plaza de la Encarnación. Foto: Open House Sevilla.

Una opción a menor altura (28 metros) pero no por ello menos fascinante es la del mirador de Las Setas, que en primer plano despliega el entramado de madera que le da nombre, y más allá, los tejados de casas históricas e iglesias de esta ciudad andaluza.

La iluminación nocturna ofrece uno de los mejores momentos para visitarla, con el fantástico juego de colores que se filtra en esta moderna estructura.

Es Baluard (Palma)

Ubicado en la histórica zona de Palma, el espacio de Es Baluard es una de las mecas del arte contemporáneo en la capital balear; que aprovechó la existencia de las estructuras militares renacentistas.

Su terraza es un espacio exterior que ofrece hermosas vistas de la catedral, el paseo marítimo y el barrio de Puig de Sant Pere.

El mejor momento para visitar la terraza de Es Baluard es cuando sucede el solsticio de invierno, y ver cómo el sol atraviesa la nave de la catedral

El solsticio de invierno visto desde Es Baluard. Foto Es Baluard

Allí hay un espacio para tomar una copa y picar platos ligeros. Pero nada se compara al espectáculo del solsticio de invierno, cuando la luz del sol atraviesa la nave central de la catedral y se proyecta sobre el rosetón de la fachada.

Ya lo saben: entre el 18 y el 24 de diciembre (con su pico el día 21) más vale hacer reservas o llegar con tiempo a Es Baluard.

a.
Ahora en portada