Oporto explota su efecto WOW

Un sexto museo, dedicado al mundo de la moda, completa la oferta de WOW, el nuevo distrito cultural y gastronómico que mira a Oporto desde Vila Nova de Gaia

Foto: WOW.

Nació como museo del vino (World of Wine) pero muy pronto el acrónimo se le quedó pequeño. Hoy WOW es un auténtico distrito cultural y gastronómico con seis museos y nueve restaurantes y bares, su propia fábrica de chocolate, galería de arte y tiendas que rebosan diseño  Made in Portugal y que ofrece, desde la orilla de Vila Nova de Gaia, las mejores vistas de Oporto. 

“Los portugueses no somos buenos vendiéndonos”. Quien habla, con mezcla de humildad y resignación, es Ana Maria Lourenço, portuguesa portuguesa de Caminha y responsable de comunicación de  WOW. Quizás por eso tuvo que ser un británico, Adrián Bridge, el que se empeñara en dar a conocer todo en lo que el país luso es bueno. Y son muchas cosas. 

Vistas al puente y al casco viejo. Foto: WOW.

Comenzó por el vino, quizás la riqueza más fácilmente asociada a Oporto. Propietario de históricas Oporto firmas de vinos fortificados como Taylor’s, Croft y Fonseca, adquirió algunas de las antiguas bodegas que salpican Vila Nova de Gaia, frente al casco histórico, aunque al otro lado del Duero.  

Mucho más que vino 

Entre estrechísimas callejuelas de imposibles accesos, cuando las compañías sacaron de allí la producción de vino dejaron un importante patrimonio que debía protegerse: metros y metros cuadrados que, salvo en las pocas que ofrecen visitas turísticas, quedaron totalmente vacíos.  

WOW no es un museo, ni siquiera un conjunto de museos, es todo un distrito cultural con espacios de arte pero también bares, restaurantes, plazas, calles y tiendas

Próximo también al sector turístico -buena prueba es The Yeatman, el primer hotel vinícola de lujo que abrió en la ciudad hace ahora una década-, Bridge se propuso crear un nuevo atractivo para la ciudad.  

Plaza central de WOW en Vila Nova de Gaia. Foto: WOW.

“Aunque cuenta con varios museos y otras propuestas culturales, Oporto no tiene un Louvre o un British Museum”, explica Ana Maria. “Por eso el turismo es esencialmente de fin de semana”. La idea, alineada con el concepto de sostenibilidad, pasa por ofrecer “una razón para pasar un día más en la ciudad”. También un contenido que permita aprender algo del destino y que, cuando se regrese, “se llevan un poquito del lugar con ellos”.  

El empresario Adrian Bridge es el impulsor del proyecto WOW, con el que busca contribuir a hacer de Oporto un destino más atractivo y sostenible turísticamente

Y hay dos variables más: por un lado, tratar de romper con la estacionalidad: “en Oporto llueve prácticamente todo el invierno, lo que no hace tan agradable pasear por el casco viejo, por lo que contar con estos museos ofrece una alternativa muy agradable para pasar todo un día”.  

Por otro, la sostenibilidad del destino: “Alargando la estancia media del visitante se incrementa el gasto, lo que permite que todos los actores ganen sin aumentar el número de turistas ni la presión sobre la ciudad”. 

WOW tiene calles, plazas y su escalera instagrameable. Foto: Mar Nuevo.

Efecto WOW 

Eso es lo que quería crear Adrian Bridge y que él llama “el turismo del futuro”. El vino fue el hilo conductor y protagonista del primer museo, The Wine Experience, que aborda la historia y la elaboración de este producto además del vino portugués en sentido amplio (“sobre vino de Oporto”, sonríe Ana María, “ya existen muchas bodegas en Gaia que lo hacen maravillosamente”).  

Este es un lugar interactivo y que aborda la elaboración de vino de forma didáctica pero muy amena, por ejemplo, en una galería de aromas, una colección de cuadros que representan las diferentes variedades de uva o un test que te permite identificar, en base a gustos y hábitos gastronómicos, cuál es el vino que va contigo. Por supuesto, el final llega con una cata, aunque muy diferente a la que se ofrece en las bodegas. 

The Wine Experience. Foto: WOW.

El espacio se abre además a todo tipo de experiencias, desde demostraciones de producto a cenas maridadas, workshops, etc. 

Planeta Corcho 

El vino llevó al corcho, protagonista de Planet Cork, un museo que no solo habla de la producción de este material, en el que Portugal es líder mundial, sino también nuevas aplicaciones y usos, que van desde la fabricación de calzado, muebles y material deportivo a aislantes para cohetes espaciales. 

Planeta Corcho. Foto: Mar Nuevo.

Apasionado por la historia y las antigüedades, Adrian Bridge decidió alojar aquí su colección de vasos y copas que recorren 9.000 años de historia, con más de 1.800 piezas.

Entre ellas se incluyen desde ánforas griegas a delicadas copas de jade de la India, vasos ceremoniales aztecas o las copas en las que brindaron Robert Banks Jenkinson, conde de Liverpool y primer ministro del Reino Unido y su ministro de guerra, Earl Bathurst, tras derrotar el Duque de Wellington a Napoleón en la batalla de Waterloo en 1815.  

Uno de los vasos de la Bridge Collection. Foto: WOW.

Historia y cacao 

El siguiente fue un museo dedicado a recorrer la historia de la región de Oporto, inexistente en la zona. En Las Edades de Oporto se puede encontrar desde recreaciones de los primeros poblados a huellas de las civilizaciones que han habitado la región, pasando por la réplica de un tranvía. También es el lugar perfecto para saber por qué a Oporto se la llama la ‘Ciudad Invicta’ y a sus ciudadanos ‘tripeiros’.  

De nuevo miramos al vino, en este caso a uno de sus maridajes estrella, para descubrir el origen de otro de los museos, The Chocolate Story. Su artífice es Pedro Araujo, maestro chocolatero que ha diseñado un viaje al corazón de este producto, que los portugueses, junto a los españoles, introdujeron en Europa. 

¿Sabías que el chocolate solo se cultiva en la llamada ‘franja del cacao’, el área comprendida veinte grados al norte y veinte grados al sur del ecuador? La historia desde sus orígenes, modos de preparación y variedades, hasta la fabricación industrial de bombones y tabletas se repasa en estas salas, que reservan para el final la mejor sorpresa. 

Pedro Araujo es el responsable de todo lo que tiene que ver con el chocolate en WOW.

Se trata de una auténtica fábrica donde se produce una gama de chocolate artesano, Vinte Vinte. No hay que dejar pasar la oportunidad de participar en una cata con el propio Araujo –respeto total desde el momento en que coincidimos en que el blanco no es chocolate- para aprender a diferenciar gustos y sabores, como los que se ofrecen en sus exquisitas variedades con cacaos de Uganda, Madagascar o Perú y que pueden comprarse en WOW, online y en establecimientos dentro y fuera de Portugal, entre ellos la chocolatería La deliciosa de Madrid. 

Arte y moda en WOW 

Con el objetivo de convertirse en un referente internacional, también se diseñó una galería de arte, que ya trabaja para traer a Oporto exposiciones de talla mundial –hasta el próximo 26 de septiembre se puede ver una muestra sobre Francis Bacon-. 

Involucrado en cada detalle, desde la concepción de espacios hasta el último detalle de la decoración, Bridge siguió inventando. Y llegó a la moda. Portugal y Oporto especialmente tienen una importante trayectoria en la industria textil.  

Museo de la Moda y Textil. Foto: WOW.

Desde el procesamiento de la materia prima para obtener hilos y tejidos hasta la confección de prendas y calzados, los diseñadores y los estilistas o el arte de la filigrana son protagonistas del último de los espacios inaugurados, que lleva por nombre Porto Fashion & Fabric Museum.  

Como un lugar de encuentro y plataforma de difusión de la moda hecha en Portugal -el espacio ya ha acogido desfiles y presentaciones-, en sus salas desfilan los diseños de creadores consolidados y nombres conocidos en Londres o París como Miguel Vieira, Luís Buchinho, Nuno Baltazar, Fátima Lopes, Maria Gambina, Filipe Faísca, Luís Carvalho, Anabela Baldaque, Diogo Miranda, Hugo Costa, Alexandra Moura, Ricardo Preto e Carlos Gil pero también talentos emergentes como Marques’Almeida. 

Museo de la Moda. Foto: Mar Nuevo.

Gastronomía y compras que sí 

“Llegó un momento”., explica Ana Maria, “en que el nombre inicial The World of Wine ya no nos definía, por eso ahora nos decantamos por el factor WOW, más relacionado con el mundo de posibilidades y, especialmente, la sorpresa que causamos en nuestros visitantes”. 

Soprendente es también su oferta en gastronomía, que no solo está ideada para los turistas que visitan la ciudad, sino que ya se ha convertido –y esperan que mucho más tras el levantamiento de las restricciones- en un lugar habitual para los portuenses. 

La mayoría se ubican en torno a la plaza central del distrito WOW –desde la que se obtienen magníficas vistas al puente Don Luis I y donde se realiza todo tipo de eventos, desde desfiles de moda a espectaculares video mappings-, donde encontramos desde 1828, de alta cocina, al vegetariano Root & Vine, el especializado en pescados The Golden Catch pasando por las delicias dulces del café Suspiro

Nueve restaurantes y bares integran la oferta de WOW. Foto: WOW.

También Angel’s Share, especializado en vinos; V.P., perfecto para el brunch; Lemon Plaza, decorado como una plaza típicamente portuguesa donde socializar mientras se desayuna o se toma un bocado ligero; y Mira Mira, el último en abrir y asociado al Museo de Diseño y Moda, de alta gastronomía y cuyo menú se elabora con tanto mimo en la parte nutricional como en la puesta en escena. 

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