Atitlan muestra su proyecto urbanístico en Valencia: 14 torres, 3.200 viviendas y un hub tecnológico
El PAI del Grao contará con edificios de entre 20 y 42 plantas, 16 hectáreas de zonas verdes y unirá la ciudad con los barrios marítimos

Render del proyecto del PAI del Grao de Valencia, impulsado por Atitlan y Hayfin.
Valencia tendrá un nuevo barrio que «conectará por fin la ciudad con el mar». Atitlan, grupo inversor fundado y dirigido por Aritza Rodero y Roberto Centeno, yerno del presidente de Mercadona, Juan Roig, y la multinacional londinense de gestión de activos alternativos Hayfin Capital, protagonizarán el desarrollo del PAI del Grao, que contará con 14 torres de entre 20 y 42 plantas, con 3.200 viviendas y terciario en el que pretende desarrollarse un hub tecnológico. Todo ello, con una inversión de 156 millones de euros.
Así lo han expuesto este lunes en la presentación del proyecto el arquitecto responsable del diseño del plan, José María Tomás Llavador, junto a la alcaldesa de Valencia, María José Catalá, y el concejal de Urbanismo y Vivienda del Ayuntamiento de la capital valenciana, Juan Giner.
José María Tomás ha celebrado que este PAI del Grao, una de las últimas bolsas de suelo de la urbe, supone «un proyecto que conecta por fin la ciudad con el mar«. «En los 1960 se fue acercando la ciudad al mar, pero se culmina con este proyecto estratégico de ciudad, con una inversión de 156 millones de euros para el desarrollo del mayor proyecto urbanístico que ha desarrollado nunca esta ciudad», ha apuntado.
De hecho, la torre más alta de esta nueva zona de Valencia impulsada por la asociación de Atitlan y Hayfin se convertirá en el edificio más alto de la ciudad con 42 plantas, por encima de la Torre de Francia, que tiene 35, la conocida como Torre Hilton (actualmente Meliá Valencia), con 29 pisos, y la vecina Torre Ikon, que se alza hasta las 30 alturas.
El diseñador de este PAI ha destacado también se se crearán tres grandes supermanzanas en las que «los usos residenciales utilizan menos espacio que en otros planes en favor de los espacios verdes». En concreto, los espacios verdes y viales suponen el 86% del espacio proyectado, mientras que solo el 14% son «parte privada». Esto se traduce en 16 hectáreas de zonas verdes.
En síntesis, estos 160.000 metros cuadrados de áreas ajardinadas se combinarán con edificios que crecen en altura y dan continuidad al jardín del Turia -también conocido como antiguo cauce del río- hasta el puerto de Valencia. Con ello, el parque del Grao añade estas 16 hectáreas a las 100 que componen el jardín que atraviesa de oeste a este toda la ciudad. Además, este proyecto «absorbe un porcentaje elevadísimo del antiguo circuito de la F1«.
El agua, por medio de fuentes ornamentales, será también protagonista. Además, un puente peatonal conectará ambos lados del río, entre Moreras y Nazaret y el resto de la ciudad, y el acceso rodado al barrio se producirá a través de la prolongación de la Avenida de Francia, de manera provisional, hasta que se ejecute el soterramiento de las vías de Serrería, que cortan y separan este nuevo distrito del resto de la ciudad. También se ha reservado espacio para dos colegios y un centro de educación infantil.
Tipología de viviendas en el proyecto de Atitlan
La alcaldesa de Valencia, por su parte, ha explicado que el nuevo proyecto urbanístico del Grao contará con 120.000 metros cuadrados de viales y aparcamientos públicos. En lo que se refiere a la oferta habitacional, las torres albergarán 3.204 viviendas, que se dividirán entre 2.420 de residencial libre, 534 de protección pública y 255 residencial dotacional. Sin embargo, la previsión es que la vivienda pública supere las 700 unidades con las que pretende añadir el consistorio en el suelo dotacional que gestionará.
Catalá ha calificado este desarrollo como «uno de los proyectos más emblemáticos de la ciudad» y ha insistido en que «pronto los valencianos veremos cumplido un sueño, conectar Valencia al mar«. Además de la suma de estas nuevas viviendas, en una cuestión que ha calificado como «uno de los grandes retos» que afronta su equipo de gobierno, ha puesto de relieve que la zona tendrá más de tres kilómetros de carril bici a través de calles arboladas.
También ha subrayado los 95.000 metros cuadrados de suelo terciario que «pueden completar esta zona que está resultando atractiva para empresas tecnológicas y multinacionales». De hecho, en Valencia existe a día de hoy demanda de 70.000 metros cuadrados de oficinas y este proyecto sumará 50.000.
Además, consultada por si esta zona estará preparada para nuevas avenidas de agua como la de la DANA del pasado 29 de octubre, la primera edil ha explicado que «la zona verde será drenante frente a grandes cantidades de agua» y, además, contará con dos depósitos de tormentas.
El proyecto también contempla la aportación de 5,9 millones de euros para financiar el proyecto de soterramiento de las vías de Serrería, una reivindicación histórica de la ciudad por la que Catalá ha reprochado su desinterés al ministro Óscar Puente. «Es necesario y fundamental: no podemos permitir una cicatriz ferroviaria así en la ciudad. Estas actuaciones sí se están desarrollando en Barcelona o Bilbao», ha criticado.
Pero… ¿para cuándo?
Ante la pregunta de cuándo estará listo ese nuevo barrio de Valencia, el concejal Juan Giner no se ha atrevido a concretar plazos: «Cualquiera que sabe de esto, no puede dar un plazo», ha señalado.
«Ahora será chequeado por todos los servicios, habrá una exposición al público y posteriormente se procederá a la aprobación definitiva del programa y empezará la reparcelación y las obras de urbanización, que permitirán comenzar a construir», ha explicado el edil, que sí que ha adelantado que en unos dos años puede comenzar la urbanización del entorno.
Con ello, este nuevo desarrollo se suma a otro de los últimos espacios habilitados para el crecimiento de Valencia, el PAI de Benimaclet. Ambos se desarrollarán previsiblemente en paralelo en tiempos, mientras que para más adelante se prevé el crecimiento hacia la pedanía de Benimàmet.