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De vestir a campeones a luchar por sobrevivir: Luanvi entra en concurso de acreedores
El Juzgado de lo Mercantil Número 2 de Valencia emitió un auto de declaración de concurso de tipo voluntario fechado a 20 de junio de este año para Textil Deportivo Valencia S.A.

Sede de Luanvi en el Parque Tecnológico de Paterna, en Valencia, Comunidad Valenciana (España). Eduardo Manzana / Europa Press
La valenciana Luanvi, especializada en la fabricación de ropa deportiva y proveedora de equipaciones para clubes de élite, ha solicitado la entrada en concurso de acreedores, según consta en el Registro Público Concursal y confirmó el Juzgado de lo Mercantil Nº2 de Valencia, según avanzó Cinco Días.
Mediante un auto fechado el 20 de junio de 2025, La petición, de carácter voluntario, se produce tras intentar sin éxito un acuerdo con entidades financieras para refinanciar su deuda y tras varios meses de dificultades agravadas por la inestabilidad en la gestión tras la inesperada muerte de su presidente, Vicente Tarancón, en octubre de 2024, víctima de las inundaciones causadas por la DANA que asoló la provincia de Valencia.
Fundada a principios de los años 70 por los hermanos Luis, Antonio y Vicente Tarancón, Luanvi nació en Paterna (Valencia) enfocada en la comercialización de disfraces.
Pronto apostó por el mundo de la ropa deportiva, consolidándose como una de las firmas nacionales con mayor presencia y reputación en el textil deportivo. El icónico abeto de su logotipo ha estado presente en estadios y canchas de toda España.
En poco más de una década, la empresa evolucionó hasta transformarse en referente en la confección de equipaciones de fútbol, baloncesto y balonmano.
Equipos históricos como el Valencia C.F., Villarreal C.F., Deportivo Alavés, Granada C.F., Real Zaragoza y C.D. Tenerife lucieron sus prendas en grandes competiciones nacionales e internacionales, incluyendo la UEFA Champions League, Mundiales, Europeos y varios Juegos Olímpicos.
También en baloncesto, la marca ha vestido al Valencia Basket, TDK Manresa y Fuenlabrada, entre otros.
Una marca presente en todo el país que entra en concurso de acreedores
A día de hoy, Luanvi emplea cerca de 90 trabajadores y mantiene vínculos comerciales con cerca de 200 clubes de distintos deportes, a los que surte desde su almacén de 8.800 metros cuadrados en Paterna.
En 2023, la empresa alcanzó una facturación de aproximadamente 17 millones de euros, experimentando un crecimiento del 15% respecto al año anterior, en parte gracias a nuevos contratos como distribuidor oficial para España y Portugal de la línea Teamwear de New Balance y la representación de balones Molten en el país.
La estabilidad de la compañía se vio dramáticamente afectada tras el fallecimiento de Vicente Tarancón, pilar histórico y presidente de la empresa.
A finales de enero de 2025, su hijo Javier Tarancón asumió el liderazgo con el reto de pilotar el proceso de reestructuración en plena crisis financiera y reputacional.
Sin embargo, los esfuerzos por implementar un nuevo plan de negocio y la negociación con acreedores y banca no lograron evitar la solicitud de concurso.
Según las últimas cuentas depositadas, el pasivo de Luanvi superaba los 10 millones de euros a cierre de 2023, mientras su beneficio se reducía a la mitad hasta los 106.000 euros.
Aunque la cifra de negocio había crecido un 7,8% en el último ejercicio, la estructura financiera resultó insuficiente para afrontar los compromisos con proveedores, bancos y trabajadores.
El juzgado de lo mercantil ha nombrado un administrador concursal, David Baixauli Almenar, que asume la gestión de la empresa durante este delicado proceso, tal y como establece la legislación vigente.
Se ha abierto un plazo de un mes para que los acreedores notifiquen sus créditos y se determine la viabilidad o la eventual liquidación de la compañía.
Factores como la caída del consumo, la competencia global, el aumento de los costes de producción y la dependencia de grandes contratos han castigado a muchas empresas.
Según la patronal Acotex, las ventas de textil en España acumularon un descenso del 8% en marzo de 2024, interrumpiendo una leve recuperación observada tras la pandemia y situando el acumulado anual en números rojos.
A nivel global, el arrastre de mercancía sin vender, la volatilidad de los precios del transporte y los cambios de hábitos de consumo también explican la asfixia financiera de parte del sector, que en 2020 ya sufrió una caída del 40% en ventas por efecto directo de la Covid-19 y la consiguiente pérdida de rentas familiares y concentración del gasto en ocio y hostelería.