Este es el supermercado que evita el desperdicio de 1.970 toneladas de alimentos y dona 355 a entidades sociales
Masymas Supermercados intensifica su compromiso con la sostenibilidad y la solidaridad a través de un modelo pionero en la gestión responsable de alimentos

Evitar que los alimentos terminen en la basura se ha convertido en una prioridad para Masymas Supermercados, la cadena con fuerte arraigo en la Comunidad Valenciana y Murcia. Durante el último año, la compañía ha conseguido salvar más de 1.970 toneladas de productos, gracias a un plan integral que combina innovación, conciencia social y eficiencia logística.
Lejos de tratarse de una acción puntual, este logro responde a una estrategia consolidada en el tiempo que busca mejorar la gestión en cada fase de la cadena de valor: desde el aprovisionamiento hasta la llegada del producto al consumidor.
Una estrategia integral que marca la diferencia
El éxito de esta política se apoya en varias medidas. Masymas ha perfeccionado su sistema de pedidos para ajustar la oferta a la demanda real, evitando excedentes innecesarios. A ello se suma la mejora continua de procesos internos y la colaboración con plataformas digitales como TooGoodToGo, que conecta a clientes con lotes de productos cercanos a su fecha de consumo preferente a un precio reducido.
Otro pilar fundamental son las campañas de sensibilización que la empresa difunde a través de su revista “Mashogar”, donde ofrece consejos prácticos para aprovechar mejor los alimentos en los hogares. Además, en sus lineales aplica descuentos del 30% en artículos próximos a vencer, fomentando su rápida rotación.
El avance más notable de la compañía ha sido la consolidación de su sistema de donaciones a colectivos vulnerables, implantado en la mayoría de sus tiendas. Gracias a esta iniciativa, 355 toneladas de alimentos han llegado a entidades sociales de la Comunidad Valenciana y Murcia.
Lo más relevante es que el 80% de los productos donados son frescos: frutas, verduras, carne, pescado o lácteos. Esto garantiza que las familias beneficiarias reciban no solo alimentos en cantidad, sino también con la calidad nutricional necesaria para mantener una dieta equilibrada. De este modo, Masymas contribuye a mejorar la salud y el bienestar de quienes más lo necesitan.
Un impacto ambiental que también suma
El compromiso de Masymas no se limita al ámbito social. La compañía ha conseguido reducir en más de 4.500 toneladas las emisiones de CO2 gracias a sus políticas de aprovechamiento. Al evitar que los alimentos se conviertan en residuos, se disminuye también la huella ambiental asociada al transporte, tratamiento y descomposición de los mismos.
En un contexto global donde la lucha contra el cambio climático es urgente, estas cifras consolidan a Masymas como un referente de gestión ambientalmente responsable en el sector de la distribución alimentaria.
Para lograr estos resultados, Masymas ha invertido 2,4 millones de euros durante el último año. Esta cifra refleja un compromiso que va más allá de la rentabilidad inmediata: se trata de un modelo de negocio que prioriza el impacto positivo en la sociedad y en el planeta.
La cadena demuestra así que es posible combinar la eficiencia empresarial con la responsabilidad social, alineándose con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), en particular con los relacionados con la producción responsable, el hambre cero y la acción por el clima.
Innovación y cercanía al servicio del cliente
El enfoque de Masymas no se limita al ahorro o la gestión interna. La compañía busca también involucrar al cliente final en esta misión contra el desperdicio. Las iniciativas de descuentos en productos próximos a vencer, la participación en programas digitales o la difusión de consejos prácticos son ejemplos de cómo se fomenta una cultura de consumo más consciente.
El consumidor se convierte así en parte activa del cambio, contribuyendo directamente a que menos alimentos terminen en el cubo de la basura y reforzando la visión de que cada gesto individual cuenta en la construcción de un futuro más sostenible.
Los resultados de Masymas muestran que la lucha contra el desperdicio no es solo una opción ética, sino también una estrategia empresarial inteligente. Reducir excedentes significa optimizar costes, mejorar la relación con los clientes y fortalecer la reputación corporativa.
En un sector altamente competitivo, esta filosofía sitúa a Masymas en la vanguardia de la distribución alimentaria en España, marcando un camino que muchas otras compañías pueden seguir para alcanzar un equilibrio entre rentabilidad y responsabilidad.
Solidaridad que alimenta futuro
Más allá de los números, lo verdaderamente valioso es el impacto humano de estas acciones. Cada kilo de alimento donado supone un alivio para una familia en situación de vulnerabilidad, y cada tonelada salvada del desperdicio representa un paso hacia un sistema alimentario más justo y eficiente.
El compromiso de Masymas demuestra que la solidaridad y la sostenibilidad no son conceptos aislados, sino fuerzas complementarias capaces de transformar el presente y garantizar un futuro mejor.
El esfuerzo de Masymas en la reducción del desperdicio alimentario es un ejemplo tangible de cómo la distribución puede ser un motor de cambio social y ambiental. Con más de 1.970 toneladas de alimentos salvados, 355 donados a entidades sociales y 4.500 toneladas de CO2 evitadas, la cadena se consolida como un referente en el camino hacia un consumo responsable.
En definitiva, Masymas no solo vende productos: impulsa valores, construye comunidad y promueve un modelo de negocio donde la sostenibilidad y la solidaridad son parte del día a día.