Perspectivas de inversión: oportunidades para las startups del sur de Europa
Las ventajas de emprender en el sur de Europa son cada vez más evidentes

Durante décadas, el mapa global de la innovación tecnológica se ha inclinado hacia el norte. Londres, Berlín y París acaparaban los titulares, el capital y el talento. El sur de Europa, en cambio, solía describirse como un jugador prometedor, pero periférico. Esa narrativa ya no se sostiene. En la actualidad, ciudades como Valencia, Barcelona, Lisboa y Milán demuestran que el sur no solo está alcanzando a los principales centros de innovación, sino que está redefiniendo la historia de las startups en Europa.
Las cifras hablan por sí solas. A mediados de 2025, el ecosistema startup en España había alcanzado un valor empresarial combinado de más de 110.000 millones de euros, el doble que en 2020, lo que refleja una de las tasas de crecimiento más rápidas de Europa. Este avance no solo visibiliza la madurez del ecosistema local, sino también un cambio en la confianza de los inversores. El capital fluye en volúmenes cada vez mayores, los fundadores piensan en grande y el sur de Europa se está consolidando como un competidor importante en el escenario global.
La ventaja competitiva del sur
Las ventajas de emprender en el sur de Europa son cada vez más evidentes. Los costes operativos son más bajos que en el norte de Europa o en Estados Unidos, lo que permite a los fundadores disponer de un mayor margen para experimentar y crecer de manera sostenible. Al mismo tiempo, la alta calidad de vida atrae tanto a emprendedores locales como a profesionales internacionales, muchos de los cuales deciden establecerse en ciudades como Valencia, que aparece de manera recurrente en las listas de las mejores ciudades del mundo para vivir y trabajar.
La educación y el talento son otro pilar fundamental del atractivo de la región. Las universidades y los centros de investigación de España, Portugal e Italia forman cada año a profesionales altamente cualificados en ingeniería, ciencias de la salud e informática. Casi la mitad de los fundadores más destacados de España cuentan con un máster o estudios superiores, a menudo en universidades públicas como la Universidad de Valencia, Universidad Politécnica de Valencia, Universidad de Alicante, Universidad Miguel Hernández o Universidad Jaime I, o en instituciones y escuelas de negocio como EDEM, ESIC, UPC o ESADE, entre otras. Esta combinación de rigor académico y ambición emprendedora ha creado un terreno fértil para la innovación en diversos sectores. La salud digital, la innovación climática y el software empresarial son áreas de fortaleza, y España se ha consolidado como un polo emergente en inteligencia artificial, con 2.000 millones de euros captados en inversiones desde el año 2020.
Un ecosistema de inversión en transición
La dinámica de inversión está evolucionando a la misma velocidad. En 2024, España atrajo 1.900 millones de euros en capital riesgo, y a mediados de este año 2025 ya se ha superado esta cifra, lo que supone el mejor inicio de año desde 2021. Lo más relevante es que las rondas de financiación en fases avanzadas están cobrando fuerza, y empresas en fase de expansión (scaleups) como TravelPerk, Multiverse Computing, Shakers y SpliceBio están atrayendo capital internacional.
Los inversores extranjeros desempeñan un papel decisivo. Si antes la financiación en fases iniciales recaía sobre todo en fondos locales y redes de business angels, hoy en día los fondos internacionales dominan las rondas de crecimiento, atraídos por unas valoraciones aún más competitivas que en los principales centros del norte de Europa. El capital riesgo corporativo también está en auge y participa ya en casi una de cada cinco rondas. En paralelo, la financiación mediante deuda se ha convertido en un complemento poderoso: en 2024, las startups españolas obtuvieron más de 2300 millones de euros en recursos no devolutivos. El resultado es un ecosistema financiero más rico y diversificado que ofrece a los fundadores más opciones, pero también más responsabilidades a la hora de gestionar el capital.
Convertir el potencial en escala
La oportunidad, sin embargo, no basta por sí sola. Para destacar en un entorno cada vez más competitivo, los fundadores deben ser estratégicos a la hora de decidir cómo y cuándo crecer. En España hay más de 3.000 startups, pero su tasa de paso de la fase semilla a la Serie A sigue siendo inferior a la media europea. No obstante, las que logran dar el salto suelen superar a sus competidores en las fases posteriores. La lección es clara: los emprendedores que profesionalizan su dirección, buscan tracción internacional y se preparan de cara a obtener inversión se colocan en una posición privilegiada para acceder a rondas de financiación transformadoras.
Al mismo tiempo, las startups deben alinear su estrategia de crecimiento con el panorama inversor. La financiación local sigue siendo clave en las primeras fases, pero a partir de la Serie A, o como mucho de la Serie B, los inversores líderes son en su mayoría internacionales. Anticiparse a esta progresión y prepararse para ella es esencial para no quedarse atrás. La elección del sector también es determinante: la salud, la inteligencia artificial y la tecnología climática concentran las rondas más grandes y son una clara señal de hacia dónde se dirige la atención de los inversores.
Construyendo una identidad global
Lo que realmente diferencia al sur de Europa es el cambio de mentalidad. La nueva generación de emprendedores ya no se conforma con crear empresas líderes a nivel regional; su objetivo es convertirse en referentes mundiales. Empresas como Glovo, Wallbox y TravelPerk demuestran que desde el sur se pueden crear compañías con la capacidad de liderar categorías a escala mundial.
No obstante, persisten algunos retos. España, por ejemplo, ocupa el noveno puesto en Europa en creación de unicornios y no ha producido ninguno nuevo desde 2023. La regulación fragmentada, el escaso desarrollo de los mercados bursátiles y el limitado peso del capital institucional son obstáculos que deben superarse.
De emergente a esencial
El sur de Europa ya no es un ecosistema «emergente», sino que se está convirtiendo en un actor esencial para el futuro de la innovación tecnológica europea. La combinación de ventajas en costes, talento, ambición internacional y un flujo de capital en crecimiento convierte a la región en una de las oportunidades más prometedoras para inversores de todo el mundo.
Para los fundadores tecnológicos, este es el momento de perfilar su propuesta, crecer de forma estratégica y atraer tanto a capital local como internacional con confianza. Para los inversores, se trata de una oportunidad única de descubrir empresas con potencial mundial en fases con valoraciones muy atractivas.
En Startup Valencia somos testigos de esta transformación cada día. Lo que comenzó como un ecosistema local prometedor es hoy una puerta de entrada a la innovación tecnológica global. Si los fundadores, los inversores y las instituciones continúan alineándose, el sur de Europa no solo participará en la próxima ola de innovación europea, sino que ayudará a definirla.