BCN World y Eurovegas siguen cogidos con alfileres

Nueve meses después de la euforia inicial con ambos proyectos, realidades contantes y sonantes pocas, y, dudas, todas

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Ni hay primeras piedras ni fecha para que las haya, ni tampoco visos certeros de que aquellas decenas de miles de millones de euros que, como maná caído del cielo, iban a llover hace nueve meses sobre Madrid y Catalunya para promover megaproyectos lúdico-comerciales y turísticos lo vayan a hacer a corto plazo.

Ambos Ejecutivos autonómicos compitieron, o eso pareció –algunos daban por hecho que la decisión estaba tomada desde hacía tiempo tras el buen hacer de la ex presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre–, por convencer al multimillonario estadounidense Sheldon Adelson, propietario de Las Vegas Sands, para que uno u otro fuera el lugar elegido donde levantar el macrocomplejo Eurovegas, y atraer así las decenas de miles de millones de euros que supuestamente el proyecto acarrearía, junto a cientos de miles de puestos de trabajo.

Bañuelos, oportunista

Al final, Madrid se llevó el gato al agua, y Catalunya reaccionó de inmediato para comprar la moto que el oportunista empresario Enrique Bañuelos le vendió. Como los terrenos ya estaban –los ponía La Caixa– solo había que convencer a unos cuantos inversores de las bondades de BCN World para que pusieran 5.000 millones.

Pues bien, nueve meses después de aquella euforia inicial con ambos proyectos, realidades contantes y sonantes pocas, y, dudas, todas.

Ley del tabaco

Fumando espero al hombre a quien yo quiero, dice la letra de una de las canciones más populares de la recientemente fallecida Sara Montiel. Adelson también espera asegurarse que el humo del tabaco esté presente en sus casinos para seguir hacia adelante con el proyecto de Eurovegas, en Alcorcón –como se dijo el pasado febrero– o, al lado, en los terrenos de Campamento donde el Ministerio de Defensa es propietario único de millones de metros cuadrados recuperados tras quedar descartada la operación residencial que estaba prevista.

Que el multimillonario judío no las tiene todas consigo –lo que sí tiene claro es que si no se puede fumar no hay proyecto– lo demuestra la fugaz escala realizada el pasado lunes en Madrid cuando, camino de Israel, se plantó en el palacio de la Moncloa para conocer directamente de boca del presidente Mariano Rajoy el sentir del Gobierno sobre este asunto.

Encuentro con Rajoy

Las sensaciones no fueron ni buenas ni malas –les ocurre a todos los que se reúnen con el presidente, que ni una cosa ni la otra–, y nada más aterrizar en Jerusalén dejó caer que Eurovegas era un proyecto que seguía adelante pero iba a requerir mucho tiempo para hacerse realidad. Mucho más del estimado inicialmente.

Extremo corroborado por el propio Rajoy al reconocer que no se ha tomado decisión alguna para reformar la ley antitabaco, aunque dejaba caer que se tomaría porque “es un buen proyecto que va a generar muchísimos puestos de trabajo”.

Normas

Bastaría que en cualquier Consejo de Ministros se aprobara un decreto-ley para ampliar el artículo 8 (el que recoge los sitios cerrados acotados donde se permite fumar) de la Ley de 2010 de medidas sanitarias frente al tabaquismo y reguladora de la venta, el suministro, el consumo y la publicidad de los productos del tabaco. Solo falta ver el momento más adecuado para hacerlo.

Superado el escollo de fumar, se supone que el proyecto de Eurovegas se aceleraría con el concurso ad hoc previsto por la Comunidad de Madrid para adjudicárselo a Las Vegas Sands, y, a partir de ahí, saber de qué inversión real estamos hablando. De cuántos recursos propios está dispuesto a poner Adelson, con qué financiación ajena cuenta, y cuál sería el planning definitivo.

Inversores

Y es que, a la vista de lo que hemos comprobado esta semana en Catalunya, lo de conseguir inversores dispuestos a arriesgar y entidades financieras que respalden ese riesgo no resulta ni mucho menos fácil. De momento, solo se ha logrado avanzar en la puesta en marcha de uno de los seis resorts proyectados del proyecto BCN World, junto a Port Aventura. De los cinco restantes, ya se verá en un futuro.

Es lo que hay. Solo se han podido conseguir unos 770 millones de euros. Muy lejos de los 5.000 contemplados para toda la operación. Y, además, la mitad a través de deuda, cambiando la idea inicial barajada por Veremonte, la empresa de Bañuelos promotora del proyecto, de que no se recurriría a financiación, que todo se haría con equity. Pasta contante y sonante.

Participación china

La que no pondrá Bañuelos y sí la que, después de muchas idas y venidas, supuestamente aportarán, en torno a los 380 millones de euros, la hotelera Meliá, los chinos de Melco, especializados en casinos, y el promotor de centros comerciales Value Retail. Los 400 millones restantes serían financiados por bancos asiáticos –no se sabe cuáles– a devolver con la venta sobre plano de los cerca de 1.000 apartamentos de lujo que comprarían turistas rusos, chinos e indios.

Veremos si las cuentas de la lechera se cumplen.

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