Empujón al plan estratégico de Acerinox en Estados Unidos: Bank of America entra con un 3% del capital
La irrupción del banco estadounidense ha reconfigurado el mapa accionarial en un momento de reorganización interna e impulso al mercado norteamericano
Bernardo Velázquez, CEO de Acerinox.
Acerinox ha recibido un acicate en su estrategia de crecimiento en Estados Unidos gracias a la entrada de Bank of America en su capital, con un total del 3,02% en los derechos de voto.
Según ha comunicado recientemente la compañía acerera al mercado, el banco americano ha irrumpido con un 0,138% a través de acciones y otro 2,882% a través de instrumentos financieros, resultando en una cifra que le convierte en uno de los principales socios.
Además, su entrada ha coincidido con movimientos relevante en las últimas semanas, a los pocos días de que Covalis Capital, un fondo británico, se haya posicionado como segundo accionista. En concreto, tiene una participación cercana al 10%, gracias a las diferentes aportaciones de varias de sus sociedades.
En este sentido, Covalis Capital LLP ha concentrado el bloque más relevante, con un 5% vía instrumentos financieros, complementado por participaciones adicionales en sus filiales en Islas Caimán y Gibraltar.
Adicionalmente, Acerinox mantiene la presencia de Corporación Financiera Alba, con casi un 19%; de la Fundació Privada Daniel Bravo Andreu, con un 5,7%; y de la sudafricana Industrial Development Corporation (3%), reforzando el bloque de inversores de largo plazo.
Fortaleza del mercado estadounidense
En este contexto de reorganización accionarial, la estrategia industrial de Acerinox en Estados Unidos ha cobrado un papel aún más significativo. A lo largo de los últimos meses, el grupo ha reforzado su apuesta por el mercado norteamericano, donde opera a través de North American Stainless (NAS).
Esta división ha representado históricamente el principal motor del grupo, pero ahora permite también equilibrar los resultados en un ciclo global marcado por la caída de precios y la presión de las importaciones.
Acerinox ha señalado en repetidas ocasiones, en sus presentaciones de resultados, que Estados Unidos mantiene condiciones de mercado más previsibles que Europa, al beneficiarse de una política comercial más estricta contra el acero asiático.
Además, la compañía no se ha visto afectada por los aranceles impuestos por el gobierno de Donald Trump, porque cuenta con fábricas propias en EE.UU. que superan en más de un 160% la capacidad de la planta española de Los Barrios (Cádiz).
El grupo también ha destacado que el mercado estadounidense ha respetado de forma estable el recargo por aleación, un elemento clave para la fijación de precios en el acero inoxidable. Este componente ha permitido que la compañía mantenga márgenes en un entorno de gran incertidumbre; cosa que no ocurren en Europa, donde existe un modelo de precios efectivos influido por la presión de las importaciones asiáticas.
Debilidad europea
Además, Acerinox ha intensificado su inversión en Estados Unidos. En el último ejercicio completo, ha destinado más de 74 millones de euros a sus plantas norteamericanas y ha anunciado un plan adicional superior a los 200 millones para modernizar ciertas líneas de producción.
La apuesta se ha completado con la adquisición de Haynes International, una compañía especializada en aleaciones de alto rendimiento destinadas a sectores de alta exigencia, como el aeroespacial. Esta operación ha reforzado la presencia del grupo en un segmento con mayor valor añadido y mejores márgenes que el acero inoxidable convencional.
La diversificación hacia estas aleaciones ha funcionado como un colchón frente a la caída de la demanda y los precios en Europa, donde las ventas de Acerinox se han visto afectadas por la entrada de producto asiático y por la debilidad de ciertos sectores industriales.
En contraste, la compañía ha advertido en varias ocasiones del riesgo de que Europa absorba el excedente de producto chino en caso de que Estados Unidos mantenga o refuerce sus barreras comerciales. Este escenario podría presionar aún más los precios en el continente y elevar la competencia interna, afectando la rentabilidad de la planta de Los Barrios.