La histórica Cartuja Pickman, en liquidación: se abre una carrera de ofertas hasta diciembre
El Juzgado de lo Mercantil nº 3 de Sevilla ha autorizado a Cartuja Pickman a vender todos sus activos en un plazo máximo de 20 días
La Cartuja Pickman acusa a la Seguridad Social de la quiebra
La histórica Cartuja Pickman atraviesa uno de los procesos más delicados de su trayectoria, marcada en las últimas décadas por sucesivas crisis de las que, una y otra vez, ha logrado resurgir, siempre caminando sobre el filo en situaciones cada vez más complejas que, ahora, según ha informado El Correo de Andalucía, podrían estar rozando una situación límite.
Una situación que ha quedado reflejada con el hecho de que la magistrada del Juzgado de lo Mercantil nº 3 de Sevilla ha autorizado a la administración concursal a vender todos los activos de la empresa en un plazo máximo de 20 días, contados desde el pasado 11 de noviembre. Esta decisión abre una ventana clave: otras empresas podrán presentar sus ofertas hasta diciembre, un periodo que se perfila determinante para el futuro de la emblemática fábrica sevillana de loza.
20 días clave para un histórico de Sevilla… y ya hay ofertas sobre la mesa
Es una realidad que, desde hace muchos años, la Cartuja Pickman no es ajena a las turbulencias económicas. En 2014, la compañía logró salir de un proceso concursal tras ser adquirida por Ultralta, actual propietaria. Aquella operación parecía marcar el inicio de una nueva etapa de estabilidad. Sin embargo, los problemas financieros reaparecieron, conduciendo a la firma a la situación actual de liquidación.
Esto implica que a día de hoy, la plantilla, compuesta hoy por 34 trabajadores, permanece en un ERTE mientras se define el futuro empresarial y laboral. Algo que podría tener fecha de caducidad, pues el administrador concursal ha comunicado al juzgado que ya existen ofertas sobre la mesa, con especial interés en aquellas que planteen adquirir la unidad productiva completa. Esta posibilidad es vista como la salida más favorable, ya que incluiría la subrogación del mayor número de trabajadores y la continuidad de la actividad industrial en Sevilla.
De este modo, tal y como indica el propio escrito, si se alcanza un acuerdo de este tipo, el proceso de liquidación podría cerrarse, permitiendo preservar la estructura productiva de una empresa con gran valor histórico y cultural para la ciudad. Con ello, el auto judicial, firmado por la titular del juzgado, Ana Marín, establece que durante este periodo de 20 días cualquier persona o entidad, incluidos acreedores privilegiados, podrá presentar ofertas.
Dichas propuestas deberán identificar con precisión los bienes o derechos a adquirir, el importe ofertado y las condiciones asociadas, como forma de pago, impuestos o cargas asumidas. El procedimiento, además, también permite pujar por varios activos de forma individualizada o en lote. En el primer caso, se deberá concretar el precio asignado a cada bien; en el segundo, únicamente se exigirá un precio global.
¿Qué sucedería con la Cartuja Pickman si no se alcanza un acuerdo en este plazo?
Sin embargo, esto no será tan sencillo como puede parecer a priori. Y es que tal y como advierte la jueza, solo se podrán adjudicar parcialmente los activos si la oferta detalla precios individualizados, garantizando una correcta valoración y distribución. Esto implica que, si la administración concursal recibe más de una oferta o si la única propuesta no alcanza el 75% del valor del activo, se activará una segunda fase del proceso: la convocatoria de una subasta.
Una subasta que se celebraría en un plazo de diez días naturales desde el cierre del periodo de ofertas, y se realizará de manera telemática y simultánea a través de la plataforma designada por la administración concursal, y que podría tener un efecto muy distinto sobre el futuro de la empresa, teniendo en cuenta todas las implicaciones.
Y es que las ofertas ya presentadas mantendrían su validez, sirviendo como tipo mínimo de la subasta la propuesta económica más alta. La adjudicación final se realizaría solo si la oferta resultante iguala o supera el 50% del valor del activo, según el inventario o la documentación aportada por la empresa. Además, se contemplaría la posibilidad de encargar la organización de la subasta a una entidad especializada, siempre bajo condiciones que limiten sus emolumentos y que no dilaten el proceso.
Al mismo tiempo, mientras avanza la liquidación, los trabajadores viven momentos de máxima inquietud. José Hurtado, empleado de La Cartuja y secretario de la Federación de Industria de CCOO-A, ha señalado que ha llegado el momento de “pasar de las palabras a los hechos”, reclamando que las empresas interesadas en la compra “vayan más allá del interés” y prioricen el respeto a la plantilla.
Los trabajadores, al menos hasta la fecha, se encuentran en un ERE temporal, que podría transformarse en un ERE extintivo si las negociaciones no fructifican. El riesgo de pérdida definitiva de los empleos podría materializarse antes de que termine el año, lo que añade una presión adicional al proceso de venta.
Ahora, ya con el reloj judicial en marcha, La Cartuja Pickman encara una etapa crucial que podría definir su supervivencia. El interés empresarial mostrado hasta ahora ofrece una esperanza a trabajadores y a la ciudad, que ve en esta fábrica algo más que un negocio: un símbolo de su identidad industrial y cultural. Por ello, los próximos días serán decisivos para determinar si la histórica empresa logra, una vez más, renacer de sus cenizas o si, por el contrario, se cierra definitivamente un capítulo de más de siglo y medio de historia.