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Las organizaciones agrarias COAG se unen para luchar contra el cierre de Azucarera en Jerez

El grueso de organizaciones agrarias de Andalucía, lideradas por COAG, se han unido para evitar el cese de actividad en la planta jerezana

Nodos inteligentes implementados en el campo. Foto: Universidad Loyola

Nodos inteligentes implementados en el campo. Foto: Universidad Loyola

La Consejería de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural ha ofrecido su colaboración a la empresa AB Azucarera para impedir que la compañía traslade en el próximo 2026 la producción de su planta ubicada en Jerez de la Frontera, Cádiz, siendo esta la única instalación de procesado de remolacha azucarera que queda activa en Andalucía.

El anuncio llega después de que la empresa comunicara que no celebrará campaña remolachera en 2025, una decisión que ha encendido las alarmas en el sector agrícola andaluz. Precisamente por ello, la Junta de Andalucía ha tomado la decisión de ofrecer su apoyo a la planta gaditana con el fin de evitar este traslado y salvar el cultivo de la remolacha.

El traslado que pone en jaque al sector agrario en Andalucía

Los hechos derivan de la ya conocida de Azucarera de concentrar su producción en el norte del país, previsiblemente en su fábrica de Toro, Zamora, supondría el fin de la actividad industrial en la planta jerezana y, en la práctica, la desaparición del cultivo de la remolacha en Andalucía. Algo que desde la Junta de Andalucía quieren evitar a cualquier precio.

Y es que la medida, que podría hacerse efectiva en 2026, implicaría el cese definitivo de la producción en el sur y la pérdida de un importante motor económico para la comarca gaditana y otras zonas agrícolas del valle del Guadalquivir, lo que supondría una gran pérdida no solo a nivel económico, sino también a nivel humano.

La planta de Jerez de la Frontera ha sido durante décadas un referente para cientos de agricultores andaluces, que dependen de la campaña remolachera como fuente de ingresos complementaria. El posible traslado ha generado preocupación entre las organizaciones agrarias y los trabajadores, que temen que la medida deje sin alternativa a un cultivo con gran arraigo histórico y social en la comunidad.

Por ello, ante este escenario, la Consejería de Agricultura ha comunicado su disposición a colaborar con la compañía para mantener la producción en Andalucía y garantizar la viabilidad del sector remolachero. En un mensaje difundido a través de sus redes sociales, el departamento que dirige Ramón Fernández-Pacheco aseguró estar en condiciones de activar ayudas específicas para los agricultores y promover medidas de apoyo al cultivo que eviten el cierre de la planta.

Según fuentes de la Junta, ya se ha celebrado una reunión telemática entre el consejero y los responsables de Azucarera, quienes se encuentran actualmente fuera de España. En ese encuentro, el Gobierno andaluz habría trasladado su voluntad de buscar soluciones conjuntas que permitan revertir la decisión empresarial y preservar el tejido productivo y laboral de la zona.

Fernández-Pacheco subrayó que la prioridad del Ejecutivo autonómico es “redirigir una decisión que tendría graves consecuencias para el campo andaluz” y recordó que la remolacha representa una parte esencial de la agricultura social y sostenible que promueve la Junta.

El sector agrario aboga por la salvación de la planta tras un año complejo

Las principales organizaciones agrarias de la comunidad, como pueden ser COAG Andalucía, Asaja Andalucía, UPA Andalucía y el Grupo Remolachero de Sevilla, han pedido a la compañía que reconsidere su decisión de abandonar la producción en Jerez. En un comunicado conjunto, advirtieron que “todavía no es tarde para rectificar” y apelaron al diálogo entre empresa, administración y agricultores.

Los representantes del sector calificaron el posible cierre como “un golpe directo al modelo agrícola andaluz”, destacando que la remolacha es un cultivo socialmente vertebrador, que genera empleo, fija población en el medio rural y contribuye a la sostenibilidad medioambiental. Además, alertaron de que la desaparición de la planta jerezana supondría la pérdida de cientos de empleos indirectos, tanto en el campo como en el transporte y la industria auxiliar.

En este panorama, es importante tener en cuenta que la preocupación en torno al futuro de la planta no es nueva. En mayo de 2025, Azucarera ya anunció un ERE que afectaba a 11 trabajadores del centro de Jerez, dentro de un ajuste más amplio que incluía a 251 empleados en toda España, lo cual supuso el preludio de lo que estaba por venir.

Entonces, la empresa lo justificó como parte de su estrategia para “concentrar toda la productividad y producción en el norte del país”, específicamente en la ya mencionada planta de Toro, y al proceder al cierre de la planta de La Bañeza, en León. Esa reestructuración, orientada a ganar eficiencia, dejó a la planta de Jerez en una situación de vulnerabilidad, siendo la única superviviente del grupo en Andalucía.

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