Sandra Ortega da otra oportunidad a Biat: accionista mayoritaria a pesar del descalabro de 2024
Tras las pérdidas registradas en el último ejercicio, la biotecnológica jerezana ha firmado un contrato con una empresa cosmética líder para evaluar 20 compuestos

Sandra Ortega, hija del fundador de Inditex, Amancio Ortega.
Sandra Ortega, hija del magnate del textil Amancio Ortega, ha decidido volver a ser accionista mayoritaria en el andaluz Grupo Biat. Es una decisión que no está exenta de consecuencias, después de que la empresa presidida por Víctor Infante cerrara el ejercicio 2024 en pérdidas y con «dudas significativas sobre su continuidad», según calificaba su auditor.
Ortega es ya inversora histórica de la compañía jerezana de biotecnología, al entrar con un 70,98% de las acciones en 2021. A lo largo de los diferentes ejercicios, BTC Uno, como es denominada la sociedad de Luxemburgo a través de la que Ortega opera y relacionada con el fondo Black Toro, ha ido modificando su participación.
Su cuota ha ido pasando por el 60,99% y el 51,44% en 2022 y 2023, respectivamente. En 2024 se produjo un giro de timón, porque pasó a ostentar el 48,33% del total, recuperándolo a finales de año con el 50,9%. En esta ocasión, Ortega lo hizo a través de una nueva sociedad que se unía al esquema, BTC Diez, y que en conjunto con la anterior forma parte de la empresa House Hanover Spain.
Ha sido a través de esta última como ha ido haciendo nuevos movimientos en los últimos meses. Por ejemplo, en julio de este año, la participación era del 41,04% a través de BTC Uno y del 8,32% a través de BTC Diez.
La novedad ha tenido lugar este mismo mes, cuando el presidente de la compañía ha convocado una junta general extraordinaria de accionistas con el objetivo de aumentar el capital por compensación de créditos. La operación, articulada a través de BTC Diez, ha permitido a Ortega reforzar su control mientras la empresa reduce deuda con su principal accionista.
De esta manera, Sandra Ortega posee actualmente alrededor del 53% del capital social del Grupo Biat, justo después de que este haya anunciado un nuevo contrato con la que denomina «una empresa cosmética líder mundial» para la evaluación de 20 compuestos mediante un ensayo.
Un 2024 de pérdidas
Este nuevo contrato puede ser un poco de inflexión para el Grupo Biat, después de que 2024 terminara con pérdidas por valor de casi 3 millones de euros, en contraste con los 1,57 millones de beneficio del año anterior.
La cifra de negocio, por su parte, descendió un 30% hasta los 2,5 millones de euros, lo que implica un nivel similar al de 2022. Esta caída, según lo que explicaba Biat en sus cuentas anuales, se produjo por el frenazo de su filial Biobide, especializada en ensayos alternativos con peces cebra para el desarrollo de nuevos fármacos, cosméticos o productos agroquímicos.
Esta sufrió, a lo largo del ejercicio de 2024, el aplazamiento de contratos clave con clientes internacionales, como fue el caso del Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos (NIH). Su proyecto, valorado en 450.000 dólares, debía comenzar en octubre, pero se retrasó a enero de 2025.
Este tipo de retrasos, generalizados en el sector de la investigación por encargo (CROs), impactó negativamente en la facturación del año de la compañía cotizada en BMW Growth, pero muchos de esos ingresos esperan que se materialicen en 2025.
Otro fondo de inversión: Alpha Blue Ocean
Otro actor relevante en el accionariado de la compañía es el fondo de inversión Alpha Blue Ocean, que antes de 2021 tenía el 5,15% de las acciones, pero pasó por debajo del umbral del 5% en ese mismo ejercicio.
En 2022, Biat firmó con la sociedad Global Corporate Finance Opportunities 9, perteneciente a Alpha Blue Ocean, un acuerdo mediante el cual este se comprometía a aportar 5 millones de euros en 20 tramos de 250.000 euros cada uno.
Desde entonces y, especialmente en 2025, el fondo ha ido ejerciendo su derecho de conversión de obligaciones en acciones, una operación que ya ha supuesto la emisión de más de un millón de nuevos títulos en dos fases, reduciendo progresivamente la deuda financiera de la compañía.
El último movimiento, en este sentido, se ha dado en septiembre, cuando el capital social de la empresa ha quedado fijado en los 3,5 millones de euros, representado por cerca de 70.000 acciones.