Moreno apuntala el discurso del agravio con Cataluña aunque asume sus «problemas» en sanidad

El presidente andaluz, ante el pacto de PSOE con Junts, anima "a todos los andaluces" a defender la igualdad en la calle ante "el riesgo de una España a dos velocidades"

El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, desde la tribuna de oradores del Parlamento de Andalucía, en el debate del Estado de la Comunidad.

El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, desde la tribuna de oradores del Parlamento de Andalucía, en el debate del Estado de la Comunidad.

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Los tiempos de la democracia son inescrutables: apenas una hora después de que el rey Felipe VI diera por inaugurada, en el Congreso de los Diputados, la XV legislatura de la democracia española, en la que el presidente de Gobierno, Pedro Sánchez, tendrá que tirar de equilibrios en sus pactos con los nacionalistas catalanes, el presidente de la Junta de Andalucía formulaba su primer discurso del debate del Estado de la Comunidad en Andalucía desde que, hace año y medio, alcanzara una mayoría absoluta que le deja manos libres para gobernar.

Sirva este casi solapamiento de discursos como metáfora de lo que viene y de lo que ha sido la intervención de este miércoles del barón entre barones del PP desde el Parlamento de Andalucía: el Gobierno andaluz tendrá un ojo puesto en el debate nacional -«la vía andaluza sólo se debe a los andaluces»-, y otro, en los problemas que arrastra, especialmente en el ámbito sanitario la comunidad más poblada de España y la que aparece, casi siempre, a la cola de los indicadores socioeconómicos de convergencia con Europa.

En la hora y media que estuvo en su primera intervención en la tribuna del antiguo Hospital de las cinco llagas, Moreno apuntaló el discurso del agravio con Cataluña –«¿se imaginan lo que podríamos hacer en Andalucía con los 50 mil millones que se han pactado para Cataluña?»-, aunque, eso sí, asumió los errores propios en sanidad, «tenemos problemas serios, problemas que agobian al Gobierno» y «me quitan el sueño».

Por su parte, Juan Espadas, líder de la oposición en la cámara, secretario general del PSOE andaluz y flamante nuevo portavoz del PSOE en el Senado, acusó a Moreno de ejercer con su mayoría absoluta un «arma de destrucción masiva» contra el Gobierno de Pedro Sánchez, mientras esta comunidad autónoma «lleva dos años con encefalograma plano y sin pulso».

La respuesta de Moreno a Espadas también colocó al presidente del Gobierno de España en la ecuación: «Es usted un vocero de Sánchez» y se ha «dejado arrollar por el sanchismo».

Todo al fin, pasa por la centrifugadora del debate nacional. A lo largo de las más de siete horas que duró el debate, Moreno habló de la igualdad entre españoles, de defender ser español y ser andaluz, de…

Una previa de las movilizaciones del 4D

La fecha, no en vano, no le podía ser más idónea para el presidente andaluz: son las vísperas del 4 de diciembre de 1977 cuando se celebra el aniversario de las históricas movilizaciones en toda Andalucía que reclamaban autonomía política en una sociedad que despertaba a la democracia.

«¿Quién nos iba a decir que 46 años después de las manifestaciones del 4D íbamos a tener la necesidad de alzar de nuevo la voz para decir algo tan sensato como que los andaluces no somos españoles de segunda?», expuso el dirigente del PP, que llamó, desde su posición, a participar de forma masiva en la movilización de este próximo domingo en Sevilla a partir, en teoría, de la convocatoria de distintas asociaciones cívicas. «Ahí deberíamos estar todos por encima de las diferencias; la defensa de Andalucía no es patrimonio de nadie», animó.

No en vano, al calor de esta efemérides, Moreno busca continuar el éxito de las movilizaciones en la calle que impulsó Génova hace unas semanas para visibilizar la contestación social contra los acuerdos de PSOE con Junts y ERC. Aunque, cabe recordar, nada de esto moviera el espíritu de las movilizaciones del 4D, que en su origen buscaba plena autonomía. «Libertad, amnistía y estatuto de autonomía», tal era el lema en torno a la convocatoria que ahora se recuerda.

«Quién nos iba a decir que nuevamente sería necesario mantener una posición firme para defender los intereses y los derechos de los andaluces; hoy volvemos a tener los mismos riesgos de una España de dos velocidades», alertó Moreno.

Financiación autonómica y desaladoras portátiles

Más allá de la referencia histórica, Moreno hiló un primer discurso en el que expuso los problemas que afronta hoy, a su juicio, Andalucía: de manera perentoria la financiación autonómica, «que cada año resta más de 1.100 millones de euros, desde hace más de 15 años». «Una financiación justa para Andalucía no es una opción ideológica, es una obligación que todos tenemos con los andaluces», sentenció. En su turno de réplica con el portavoz socialista el presidente volvió a solicitar la convocatoria del Consejo de Política Fiscal y Financiera a la ministra de Hacienda, la sevillana María Jesús Montero.

En el capítulo de la aportación del Estado con Andalucía, Moreno recordó las seis rebajas fiscales que ha acometido su Gobierno desde su llegada al poder y anunció una séptima próximamente.

En segundo lugar, en el orden de problemas, Moreno definió como «dramática» la falta de agua, con los embalses de la comunidad por debajo del 20% y tan sólo una par de días después de la firma, con el Gobierno de España, de un plan conjunto para Doñana, dotado con más de 1.400 millones de euros, para blindar el espacio natural, garantizar el desarrollo socioeconómico de la zona y rebajar la presión sobre el acuífero.

Además, en el capítulo de anuncios, adelantó la futura instalación de desaladoras portátiles en Marbella y la Axarquía, en Málaga, así como tomas de conexión con las estaciones de tratamiento de agua potable para poder traer barcos cargados con hasta 100 mil metros cúbicos por si la situación lo requiere.

La lista de espera y los conciertos, en la picota

No obvió Moreno en su discurso, no podía hacerlo tras la reciente publicación de las listas de espera, el problema de la sanidad que tiene enquistado su Gobierno. «Me duele cuando voy a un pueblo y algún vecino me cuenta que el médico tarda una semana en verle o que lleva meses esperando una operación de rodilla», asumió.

La oposición, empezando por el PSOE, tiene en el déficit sanitario un asunto en el que percutir de manera constante contra la gestión del PP: «Dígale a quien tiene que esperar 200 días en lista de espera para una intervención quirúrgica que disfruta de la mejor sanidad de la historia de Andalucía», afeó Espadas al presidente.

Al respecto de la crítica de la oposición sobre los conciertos con la sanidad privada para pruebas diagnósticas, Moreno argumentó que «no gastamos más, gastamos mejor» a la par que reclamó un Pacto nacional por la Sanidad para estudiar entre todas las comunidades autónomas los problemas que comparten todos los territorios, como la falta de profesionales.

Prohibición de móviles en el aula

En el plano social, quizás, es donde el presidente ha dejado los anuncios más llamativos como el de que la Consejería de Educación limitará por ley el uso de los teléfonos móviles en las aulas y que prohibirá le venta de bebidas energéticas y de vapeadores a menores, medidas enmarcadas en un Plan de Prevención de adicciones en la infancia y adolescencia.

Moreno a Vox: «No encuentran su sitio»

El turno de Manuel Gavira, portavoz Vox, formación relegada a la irrelevancia en una cámara en la que el PP tiene mayoría absoluta, fue la escenificación del éxito con el que Moreno contempla su reciente acuerdo en Doñana con el Gobierno de España. «Vox quiere que la Junta esté
en un conflicto permanente y en batalla campal» con el Gobierno central, pero, su Ejecutivo, valoró Moreno, es «institucional» y va a estar siempre dispuesto a llegar a acuerdos con la administración central en beneficio de los andaluces.

Al respecto, el dirigente de Vox critico que «el sector primario de Huelva pierde con ese acuerdo y ganan otros, como el del norte de Marruecos. se ha echado a los brazos de la señora Ribera».

Para Moreno, Vox «no encuentra su sitio» en Andalucía y está haciendo un discurso «más propio» de los partidos de la izquierda y «alejado» de la realidad.

Las izquierdas, contra «la realidad deformada» de Moreno

Ya cuando la jornada de debate se alargaba, Inmaculada Nieto, portavoz de Por Andalucía, afeó primero el «andalucismo» que, a su juicio, practica el presidente del Gobierno andaluz «como una estrategia electoral más». Y, por otra parte, percutió en la gravosa factura de los conciertos sanitarios, que no consiguen paliar el problema de las listas de espera. La dirigente de izquierdas ha denunciado, en esta línea, la mala gestión de los servicios públicos cuando «más recursos ha recibido Andalucía en su historia».

El presidente, de nuevo, tiró del manual del debate nacional y afirmó que, la marca regional de Sumar, está al servicio de Yolanda Díaz y «acabará fusionado» con el PSOE.

Cerró el turno de intervenciones, ya superando las ocho de la tarde, José Ignacio García, portavoz de Adelante Andalucía, que, insistiendo en el análisis de los problemas que arrastra Andalucía (listas de espera, paro, vivienda…), resumió en una sola frase, acaso, el sentir de toda la bancada de la oposición: «Usted ve la realidad deformada. Está en su peor momento y no se está dando cuenta».

Es, quizás, el mal endémico de las mayorías absolutas.

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