La importancia del aislamiento térmico en la eficiencia energética de un hogar

Mantener nuestro hogar aislado de las temperaturas externas es la forma ideal de mantener la temperatura en casa

Foto: Pexels.

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En pleno mes de noviembre, y con los termostatos de decenas de ciudades rozando el bajo cero, millones de personas buscan todo tipo de alternativas y soluciones para combatir el frío propio de esta época del año. Algo especialmente relevante cuando hablamos del hogar, puesto que es el lugar donde pasamos la mayor parte del día.

Las alternativas para calentar el hogar son de lo más diversas, y nos brindan todo tipo de soluciones a la hora de encontrar la forma más efectiva para combatir el frío: estufas, radiadores eléctricos, chimeneas… Sin embargo, el uso de todos estos dispositivos conlleva un gasto energético que implica que, cuando llega el invierno, las facturas al final de cada mes son mucho más abultadas de lo habitual.

Por este motivo, muchas personas realizan todo tipo de malabares para dar en la tecla a la hora de mantener su hogar caliente y ahorrar en el intento. Dos aspectos que, en un primer momento, parecen incompatibles. Sin embargo, echando un simple vistazo a las opciones con las que nos topamos, una se eleva por encima del resto como la opción más eficiente y económica: el aislamiento térmico.

La importancia del aislamiento térmico para calentar tu casa y ahorrar en las facturas al mismo tiempo

En primer lugar, es importante comenzar por la definición de este concepto. Tal y como lo define la Asociación Nacional de Fabricantes de Materiales Aislantes (ANDIMAT), este aislamiento térmico es la capacidad de controlar la transmisión de calor cuando se desea que no exceda ciertos límites. Y en un edificio, hace referencia a la cantidad de calor necesario para mantener una temperatura de confort en un espacio concreto.

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Un concepto que juega en nuestras vidas un papel mucho más importante de lo que podemos llegar a pensar, puesto que, a causa de un mal aislamiento térmico, más del 50% de hogares españoles sufren pérdidas, lo cual se traduce en una distribución menos efectiva del calor y, por ende, un crecimiento en las facturas al final de cada mes.

Y es que simplemente cuidando la disposición de este aislamiento térmico en nuestro hogar, podremos ahorrar entre un 30% y un 70% en las facturas de electricidad y gas al final de cada mes, ya que un hogar bien aislado requerirá menos energía de los dispositivos eléctricos para calentar cada una de las estancias de nuestro hogar. Un menor consumo de energía que, más allá de lo económico, ayuda a reducir las emisiones contaminantes.

Comprendido el concepto, surge una duda evidente: ¿qué puedo hacer para mejorar el aislamiento térmico de mi hogar? En primer lugar, cabe remarcar que no depende únicamente de nuestro modo de actuación, sino que depende en gran medida de los materiales que conforman nuestra vivienda. Algo que, teniendo en cuenta que en nuestro país cerca del 50% de las viviendas son anteriores a 1980, y no incorporan las medidas de aislamiento térmico con los que sí cuentan las posteriores.

No obstante, sí existen algunas medidas que podemos tomar por nuestra cuenta para mejorar el aislamiento térmico de nuestro hogar. Y teniendo en cuenta que los cristales son el punto más vulnerable, es el principal punto a cubrir para reducir las pérdidas de calor. Por ello, independientemente del vidrio que conforme nuestras ventanas, un revestimiento de espuma de poliuretano es sumamente relevante a la hora de evitar esas fugas de calor por los puntos muertos de los cristales.

Foto: Pixabay.

Por otro lado, aunque no lo parezca, mantener los termostatos a su temperatura adecuada también es muy relevante a la hora de mantener el equilibrio en ese aislamiento térmico. En ocasiones, empujados por el frío, podemos caer en el error de poner los termostatos por encima de la temperatura idónea, lo cual descompensa esa sensación térmica en casa. Y tal y como afirman los expertos, 21ºC es la temperatura óptima en invierno, manteniendo en el hogar una humedad relativa que se encuentre entre el 40% y el 50%.

Un concepto que no mucha gente tiene en cuenta, pero que cumple un papel fundamental en lo que respecta no solo al hecho de combatir el frío cuando las temperaturas disminuyen, sino también en lo relativo al ahorro en las facturas de luz y electricidad al final de cada mes. Y todo ello, de la mano de estos sencillos consejos.

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