La nueva Andersen confía en el talento junior para crecer en España

Andersen Tax & Legal, heredera del extinto bufete estadounidense, planea crecer de forma orgánica en España y descarta por ahora integrar a más despachos

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En 2002 el escándalo contable de Enron se llevó por delante a la energética radicada en Texas (EEUU) y a sus más de 21.000 empleados. Pero también a su hasta entonces auditora, el gigante mundial de la abogacía Arthur Andersen. El terremoto abocó a este bufete con presencia global a la quiebra, con la consiguiente liquidación de sus divisiones. De los restos de este cataclismo corporativo surgió un pequeño despacho formado íntegramente por arturitos -así se conocía en España a los ex empleados de la firma original, que salpican las consejos directivos de múltiples empresas- y que en 2014 recuperó la histórica marca desde su cuartel general en San Francisco, California.

Ya entonces, bajo un espíritu similar al de su predecesora, Andersen Tax & Legal comenzó a tejer una red de despachos más allá de las fronteras estadounidenses. Tras barajar posibles alianzas para su vuelta a España, la nueva Andersen hizo efectivo su regreso en 2015 tras firmar una alianza con Global Abogados, un pequeño despacho de Barcelona formado por jóvenes profesionales, que a día de hoy se mantienen como socios del equipo de Andersen en la capital catalana. En marzo pasado esta especie de franquicia global dio un salto más al integrar en su estructura al despacho de Jaime Olleros, con sedes propias en Valencia y Madrid (además de una tercera y más reciente en Lisboa).

La suma de las tres oficinas españolas contabiliza a septiembre de 2017 una plantilla de 220 profesionales. Un equipo con empaque suficiente para consolidar la vuelta de la marca a España y hacerse un hueco en un mercado tan competido, asegura a Economía Digital Toni Prat, socio director de la oficina en la capital catalana. Con el territorio peninsular ya cubierto, Andersen España no se plantea por el momento integrar a más despachos, al menos hasta bien entrado 2018. Una operación, la de las integraciones, compleja y no exenta de riesgos para todos las partes implicadas, reconoce el directivo.  

Talento modelado

“Creceremos invirtiendo en buenos profesionales”, explica Prat. Perfiles especializados en las dos ramas de la asesoría en las que hoy centra Andersen su actividad, la fiscal y la legal. Lo harán recuperando en parte los procesos de formación que hicieron famosa a la firma original. Talento joven y modelado al gusto de la casa, describen fuentes jurídicas.

Las tres oficinas de Andersen en España suman un total de 220 empleados

Más allá de las intenciones las cifras facilitadas por la empresa ratifican por ahora esta estrategia. De los 41 profesionales fichados por Andersen en lo que va de año, prácticamente la mitad (20) son becarios incorporados a la plantilla en este tiempo. Recién graduados en universidades o escuelas de negocios como Esade o IESE dispuestos a empezar su carrera bajo el paraguas de un despacho que se hundió (y renació) cuando ellos eran apenas unos adolescentes.

A la caza de multinacionales

Con estos mimbres, Andersen España no esconde su intención de tratar de morder en un pastel que a día de hoy es coto privado de las big four (Deloitte, PwC, EY y KPMG). Añadir multinacionales a su cartera de clientes es el objetivo a medio y largo plazo. Para ello cuentan con la baza de su red internacional (“abriremos oficinas allí donde lo necesiten nuestros clientes”) y la capacidad para adaptarse a las particularidades de cada ciudad o región, a partir de su alianza con socios locales.

En el caso de Barcelona, además del mencionado Prat, también se mantienen provenientes de Global Abogados, Álvaro Gámez y José María Rebollo. A ellos se han sumado en los últimos meses los abogados José Luis Aguilar, Ramón Faus, Juan Ignacio Olmos, Carlos Salinas y Miquel Terrasa. Además del consejero exterior (of counsel) Pedro Pablo Rodés.

Los clientes de Andersen son hoy empresas de tamaño medio, con vocación exterior

Con todo, por el momento, la cartera de Andersen España gira en torno a compañías de tamaño medio y una facturación entre los 20 y cien millones de euros anuales, explican desde la empresa. En el caso de Barcelona, la fotografía se dibuja en base al tejido económico propio de la capital catalana y su área metropolitana: industria, promotores inmobiliarios y turísticos y, cada vez más, firmas tecnológicas interesadas en instalarse aquí o start-ups con vocación internacional.

Independencia societaria

Dado que la integración real de Global y Olleros dentro de Andersen fructificó durante el ejercicio actual, para hacerse una idea del volumen de negocio que moverá este año Andersen España -a pesar de mantener la independencia societaria, ambos despachos reportan al final del curso unas cuentas conjuntas a la matriz-, hay que tirar de los resultados de 2015, que alcanzaron una facturación total de unos 15 millones de euros (12 de Olleros y 3 de Global). En estos momentos la empresa está elaborando los objetivos financieros y de crecimiento para el próximo año.  

Así, la aportación española todavía es modesta, aunque con aspiraciones relevantes, dentro una red de despachos integrada por 70 oficinas en todo el mundo, donde trabajan cerca de 2.000 profesionales. El objetivo, a dos años vista, es alcanzar el centener de localizaciones fijas, explican en Andersen.

Economía Digital

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