El acuerdo de Nissan: un pacto zanjado tras 36 horas de reunión

Los representantes de la plantilla y la cúpula de Nissan coincidieron en las condiciones del cierre de Zona Franca tras un encuentro maratoniano

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Cuando la dirección de Nissan Motor Ibérica y el comité de empresa se vio las caras –siempre a través de una pantalla— el martes por la mañana, pocos imaginaban que pasarían 36 horas prácticamente sin despegarse del monitor. El encuentro, que redefine el concepto de maratoniano, se zanjó el miércoles por la tarde con el ansiado pacto para el cierre de la fábrica de Zona Franca (Barcelona) que satisface a los sindicatos porque garantiza, dicen, el empleo hasta diciembre de 2021, pero deja alguna puerta abierta a la compañía.

Con decenas de trabajadores agolpadas en los alrededores de la planta barcelonesa y otros muchos pendientes de su teléfono móvil, los vaivenes fueron constantes durante la jornada: Que si el acuerdo estaba cerca, que si todavía estaban muy lejos. Idas y venidas que, más allá de asuntos colaterales, venían motivadas por las reticencias de la automovilística a mantener los puestos de trabajo hasta el momento de bajar la persiana.

Tras el pacto, fuentes sindicales señalaron que habían logrado que la organización renunciase a aplicar despidos, lo que siempre pidieron, y que todas las salidas serían siempre voluntarias. No obstante, Nissan no fue tan clara en el redactado del comunicado: “Hay el compromiso de crear una comisión de seguimiento para intentar evitar que se produzcan bajas traumáticas”. La promesa de la multinacional es que intentará evitar los denunciados despidos.

Tampoco había mucha más alternativa. Para ninguno de los dos. Los sindicatos veían como la delegación encabezada por Frank Torres amenazaba con aplicar los mínimos legales para su expediente de regulación de empleo (ERE) y limitar el pago a 20 días por año trabajado. La compañía se arriesgaba a una crisis de imagen en el país atenazada por los problemas económicos que arrastran, que le impiden ni siquiera igualar la oferta presentada en el ERE del año pasado.

«Si no tomamos las decisiones ahora, no habrá producción a partir de enero del 2021 y no habrá ninguna opción de continuar produciendo», había advertido Torres en una entrevista concedida a TV3 como método de presión a la representación sindical. Ahora, la firma se compromete a formar una mesa con empleados y administraciones para analizar la reindustrialización del centro de Zona Franca y sus dos satélites, en Montcada y Sant Andreu.

No queda claro, eso sí, si Nissan aportará los activos que requerían los sindicatos para seducir a nuevos inversores.

De cara al comprador, la automovilística se comprometió a incluir un contrato para garantizar la contratación prioritaria de los trabajadores afectados por el ERE, con especial atención a los empleados con minusvalía y los nacidos en 1970 y 1971.

Las indemnizaciones para la plantilla de Nissan

Una vez firmado el ERE para 2.525 trabajadores, las indemnizaciones a percibir dividen a los empleados en tres grupos. Para empezar, los nacidos antes de 1966 recibirán el 90% de su salario neto hasta los 62 años así como el abono del Convenio Especial de la Seguridad Social.

Los nacidos entre 1967 y 1969 percibirán un plan de rentas que varía entre el 75% y el 85% del salario neto hasta los 61 años, con abono del mismo convenio especial.

Por último, los trabajadores nacidos a partir de 1970 obtendrán una indemnización de 60 días de sueldo por año trabajado sin tope de mensualidades. Para los que se recolocaran en la nueva actividad de Zona Franca, el pago caerá a un máximo de 50 días por año, también sin tope, y un fijo de 750 euros por año trabajado.

Carles Huguet

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