Brasil pide a Telefónica que cierre la compra de Oi antes de un año

El Ministerio Público de Río de Janeiro emite una resolución para desbloquear la venta de Oi

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Telefónica no quiere que se le escape Oi. La compañía brasileña, en situación de quiebra, va a desprenderse de sus activos móviles, y la multinacional española, que utiliza la marca Vivo en el país, los quiere porque sabe que no puede retroceder en su segunda plaza más importante. Se ha apoyado en Claro y Telecom Italia (TIM) en un consorcio y han lanzado una oferta, pero sigue en disputa con el fondo de capital riesgo Highline. El tiempo corre y la justicia brasileña ya ha marcado un plazo para resolver el entuerto: doce meses.

Así lo expresó hace unos días el Ministerio Público de Río de Janeiro (MP-RJ), que emitió un dictamen favorable a la incorporación del plan de recuperación de Oi. El fiscal encargado del caso, Leonardo Marques, quiere que todo se resuelva en un año, aunque admite que el proceso podría dilatarse un poco más.

Marques justificó su calendario en que la venta de los activos móviles del operador, que suman cerca de 11,6 millones de líneas móviles, tiene un “enorme impacto en el interés público” y que el ministerio público no puede permanecer insensible a las “peculiaridades del mayor proceso de recuperación del país”.

Así está la puja

La historia de la compra de Oi está llena de giros. Telefónica primero se mostró titubeante en participar en la operación, más tarde se unió a Telecom Italia y finalmente acogió también a Claro, la compañía del grupo América Móvil cuyo accionista mayoritario es el magnate Carlos Slim. El plan de los tres grupos ahora es lanzar una oferta conjunta para comprar Oi, trocearla y repartírsela.

Vivo (Telefónica) lleva la delantera en las negociaciones por Oi

El consorcio se las prometía felices pero irrumpió un tercero en discordia: Highline. Se trata de un inversor extranjero que es máximo accionista de Algar Telecom, un pequeño operador de Brasil. No aparecía en las quinielas, pero Oi comunicó en un primer momento que había llegado a un acuerdo con este grupo de capital estadounidense para negociar las condiciones de venta.

Las conversaciones, no obstante, fracasaron. Telefónica, Claro y TIM volvieron a tener posibilidades y se lanzaron de nuevo a por la compañía brasileña.

Dardos entre el consorcio y los pequeños operadores

La batalla ya no se disputa solo en el tablero de las compañías, también se ha trasladado a los medios de comunicación del país y a la opinión pública. Así, el grupo de pequeños operadores Telecomp no ha dudado en dirigirse al regulador Anatel para que ponga condiciones a la compra por parte del consorcio de Telefónica. El principal miedo, argumentan, es que se perjudique al consumidor, con un incremento de precios y una peor prestación del servicio.

La respuesta no tardó en llegar desde el otro lado. El presidente de Claro en Brasil, José Félix, rechazó estas acusaciones y negó la mayor. La operación, en su opinión, no va a reducir la competencia, sino a garantizar la continuidad del servicio de Oi y a dar más equilibrio en el sector telco de Brasil. “Es una solución de mercado, sin coste para el contribuyente», afirmó el directivo.

José Félix, presidente de Claro en Brasil.

Y, ¿qué dicen las autoridades del país? No se han inclinado por ninguna de las dos ofertas, pero sí han incidido en que la del consorcio entraña más complejidades. Así lo ha expresado Alexandre Barreto, el presidente del Consejo Administrativo de Defensa Económica (Cade), quien ha hablado de la necesidad de llevar a cabo «un análisis detallado» porque entiende que el sector de las telecomunicaciones está «más concentrado que otros en la economía».

Telefónica no quiere perder

En Telefónica saben que la operación de Oi es la segunda gran oportunidad para el grupo en este 2020. Encarrilada la fusión de la filial británica O2 y Virgin en Reino Unido para batir a British Telecom (BT), toca reforzarse en otro enclave estratégico. Brasil es el país extranjero más importante de todos en los que está presente, ya sea en Europa o América.

José María Álvarez-Pallete, presidente de Telefónica, es el primer interesado en llevarse el gato al agua. Con la acción de la compañía en mínimos, necesita demostrar que podrá seguir creciendo allí donde es fuerte. El momento es crucial: el negocio residencial no despega, los compromisos de inversión (5G) están cada vez más cerca y se van sumando más voces que apuntan a la llegada de una oleada de concentraciones y fusiones en el sector.

¿Qué supondría la compra de Oi para Vivo? Mantener el liderazgo en el segmento móvil, donde está su verdadera fortaleza en el país y donde el resto de rivales no consigue superarle. Cuenta con más del 30% de la cuota de mercado, unas cifras muy por encima que las registradas, incluso, por sus socios TIM (23,2%) y Claro (24,5%).

Distinta es la posición en el mercado de banda ancha fija. Aquí Carlos Slim es el líder indiscutible, con el 28,6% de todas las conexiones. Acto seguido aparece Vivo (19,3%) y cierra el podio Oi (14,6%).

Cristian Reche

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