La economía catalana da señales claras de desaceleración

La Cambra de Comerç advierte que “el mal ya está hecho” porque algunas inversiones y algunas empresas que han trasladado la sede ya no volverán

Recibe nuestra newsletter diaria

O síguenos en nuestro  canal de Whatsapp

El presidente de la Cambra de Comerç de Barcelona, Miquel Valls, exige a los políticos que asuman su “responsabilidad” para encontrar una salida al conflicto catalán. Considera que “todas las soluciones pasan por el diálogo”. Se declara en contra tanto de la declaración unilateral de independencia (DUI) con la que amenaza Carles Puigdemont como de la aplicación del artículo 155 de la Constitución anunciado por el gobierno de Mariano Rajoy. Acusó a la clase política de “romper la recuperación económica” de Cataluña.

Valls hizo estas declaraciones en la presentación este martes del balance del tercer trimestre de 2017 y de las previsiones para el 2018. Los datos no son nada halagüeños. La economía catalana está dando claras señales de desaceleración, especialmente a causa de la caída de la demanda interna. La tasa de crecimiento pasó del 1,1% en el segundo trimestre al 0,8% en el tercero. Las previsiones apuntan a que ritmo de desaceleración se intensificará en el cuarto trimestre.

En Cataluña, las empresas de más de 200 trabajadores anticipan un descenso de confianza para los próximos meses, según se desprende de las encuestas elaboradas por la Cambra de Comerç. En cambio, esta percepción negativa no se observa en las grandes empresas encuestadas por el INE en le resto de España.

Fuga de empresas

En los últimos seis años el número de empresas que ha trasladado su sede social fuera de Cataluña ha sido superior a las que se han instalado. No obstante, el dato relevante es que, entre el 1 y el 19 de octubre, este saldo negativo se ha disparado hasta las 1.133 empresas, una cifra superior a la suma de los cuatro años anteriores.

Valls no formuló ningún reproche a las empresas que han decidido trasladar su sede. Indico que se han  ido por una diversidad de motivos. Subrayó que este fenómeno expresa la aversión al riesgo frente a la “incertidumbre” derivada de la actual situación política. A pesar de que los cambios de sede social no se han visto acompañados de un traslado de los servicios centrales, existe una gran preocupación en la Cambra sobre la posibilidad de que también se vayan.

La incertidumbre política causa estragos en la economía catalana: se paralizan proyectos de inversión y aumenta el ahorro como medida de precaución, con la consiguiente disminución del consumo privado. A medio plazo, si continúa esta incertidumbre, se perderán inversiones y acabará afectando a la ocupación.

Bajan las matriculaciones de vehículos

La desaceleración de la economía catalana empieza antes del referéndum del 1 de octubre. Por ejemplo, las ventas del comercio minorista se han desacelerado a lo largo de todo este año. Por lo que se refiere a la matriculación de turismos, en septiembre disminuyó un 0,4% el interanual en Cataluña, pese a ser un mes en que acostumbran a aumentar las ventas. En el conjunto de España este dato es positivo. También se produjeron descensos en septiembre en la matriculación de vehículos industriales o en la facturación de energía eléctrica.

La Cambra de Comerç revisa a la baja en dos décimas la previsión para 2018: del 2,7% hasta el 2,5%. Advierten que se trata de una “revisión prudente” en que recogen un “efecto limitado” de la actuación situación política sobre la inversión y el consumo. Evitan el pesimismo aunque advierten que la situación política puede agravarse.

Valls apunta que algunas inversiones “ya no volverán” y que algunas empresas que han traslado su sede fuera de Cataluña tampoco regresarán. “El mal ya está hecho”, concluye. Pero la situación aún puede ir a peor.  

Recibe nuestra newsletter diaria

O síguenos en nuestro  canal de Whatsapp