Cruz Roja aparta a su presidente en Madrid por sospechas de corrupción

La institución cesa temporalmente a Jesús Mora, acusado por irregularidades en la contratación de personal

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Cruz Roja de Madrid ha cesado a su presidente, Jesús Mora, por sospechas de corrupción. Un grupo de trabajadores denunció a la Comisión Nacional de Garantías de Derechos y Deberes –el órgano interno encargado de investigar irregularidades— al presidente por “faltas graves” en la contratación de los directores técnicos.

El comité de empresa introdujo la denuncia junto con otro caso de acoso laboral a una trabajadora que fue despedida el año pasado. Cruz Roja ha cesado temporalmente al presidente de Madrid mientras investiga ambas denuncias. La institución ha confirmado que abrió un expediente disciplinario contra el presidente.

Cúpula revuelta

Los trabajadores han denunciado que el ex vicepresidente y mano derecha de Mora, David Fernández, contrató a un hijo, dos sobrinas y una cuñada. Fernández, que alega que las contrataciones cumplieron todos los requisitos internos, salió de la Cruz Roja en 2012, informó la Cadena Ser.

La cúpula de Cruz Roja madrileña ha sufrido un vuelco en los últimos meses. En noviembre pasado, el coordinador autonómico en Madrid, Joaquín Pérez-Gil Delgado, dimitió y el director de Intervención Social, Ignacio Azcárraga fue sustituido.

Presidente imputado

Pero Mora no es el único directivo en problemas. Su jefe, el presidente de la Cruz Roja Española, Juan Manuel Suárez del Toro, fue imputado por el agujero financiero de Bankia.

Suárez del Toro, en el cargo desde 1994, también presidió la Caja Insular de Canarias, una responsabilidad por la que cobraba 235.000 euros anuales. Declaró ante el juez que desconocía la situación financiera de la entidad y que solo votaba en los consejos en función de las recomendaciones de los asesores.

Polémico contrato

La institución atraviesa un momento delicado al ser centro de los ataques de la Marea Blanca. El contrato por el que ganó las transfusiones de sangre de la Comunidad de Madrid, por el que cobra 66 euros por bolsa de sangre donada, ha levantado la ira de los médicos y sanitarios.

Los defensores del sistema público acusan a la ONG de hacer negocio con los donativos voluntarios. Cruz Roja asegura que el dinero recibido es para pagar los costes operativos del tratamiento y almacenamiento de la sangre y los salarios de sus trabajadores.

La ONG ha detallado que el cargo de presidente es voluntario y, por tanto, no percibe ninguna remuneración.

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