El ‘niño prodigio’ catalán liquida su negocio de vientres de alquiler

Dídac Sánchez liquida su empresa de gestación subrogada en plena tormenta judicial

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Dídac Sánchez pone punto y aparte a su aventura en España. El empresario catalán, una suerte de ‘niño prodigio’ rodeado de polémica, ha recibido dos condenas en los últimos meses en las que se le obliga a indemnizar a tres parejas que contrataron los servicios de Subrogalia, su empresa de gestación subrogada. Ahora, en medio de la tormenta judicial, revela que liquidará la firma para dedicarse a otros proyectos. 

La primera, dictada en noviembre de 2017, señala que la empresa debe pagar 88.000 euros a dos parejas –36.167 euros a una y otros 52.241 a la otra– y la segunda, de finales de diciembre, obliga a Subrogalia indemnizar con 45.000 euros a otra pareja. La primera está recurrida por Sánchez, quien espera que, sea cual sea su resolución, no afecte a la disolución de Subrogalia, planificada para los próximos seis meses. 

“Estamos en periodo de cierre de expedientes, los clientes que siguen con nosotros están contentos, al igual que los 300 que contratan nuestros servicios anualmente”, explica para matizar que las denuncias responden a incidencias puntuales y concretas.

Dídac Sánchez ha recurrido la demanda que le obliga a indemnizar a dos parejas

Una idea que el bufete Marín Fonseca, representante de la parte demandante, contradice al apoyarse en las dos resoluciones. El despacho siempre ha defendido que, por la cantidad de personas que se han puesto en contacto con ellos, el número de perjudicados podría ascender a una docena. Además, en los próximos meses Subrogalia deberá hacer frente a otro juicio por las mismas acusaciones.

Las demandas –y los fallos– recogen cómo Subrogalia no cumplía con las condiciones establecidas, ni tampoco adoptaba «todos los medios necesarios” para conseguir el nacimiento de al menos un hijo por gestación subrogada. Los afectados consideran además que la empresa les engañó, ya que les exigían más dinero del pactado inicialmente para seguir adelante con los trámites de la gestación.

Sánchez, por contra, delimita su responsabilidad y afirma que fueron los clientes quienes «no cumplieron con el calendario de pagos», lo que motivó que las clínicas rescindieran los contratos.

Batalla contra la Generalitat 

Fue la primera piedra en el camino que Dídac Sánchez se encontró. A raíz de las denuncias del bufete Marín Fonseca, la Generalitat expedientó una de sus clínicas de Barcelona, Iegra Tres Torres, y posteriormente ordenó su cierre. El centró dejó de operar tras 20 meses de actividad en los que realizó 122 intervenciones y 37 procesos de fecundación in vitro sin tener la autorización administrativa, según el expediente sancionador. 

El empresario, que consideró que había atendido a todos los requerimientos desde el primer momento, no se quedó de brazos cruzados y presentó una querella por prevaricación contra la consejería de Salud y dos funcionarias, a las que acusó de animadversión. 

Sánchez mantiene abierto su frente judicial con el departamento de salud de la Generalitat

“No gustó que alguien joven irrumpiera en el sector”, desliza a la vez que añade que le llamó mucho la atención otro dato: «Cuando vendí la clínica, el nuevo propietario no tuvo ningún tipo de problema para hacerse con la licencia».     

Una figura polémica

Dídac Sánchez se ha ganado seguidores y detractores a partes iguales. Con sólo 23 años presumía de tener 18 empresas de diversa índole. Alguna de ellas eran Eliminalia, dedicada al borrado de huella digital; Legisdalia, una franquicia de red de abogados; Enadwords, una compañía de marketing, y 4foreye, un software de encriptación de textos. 

Sánchez ha defendido sus orígenes humildes –nació en el Raval en el seno de una familia desestructurada– y que arrancó los primeros proyectos gracias a un préstamo de 2.000 euros para construir el relato de un hombre de éxito.

No obstante, la figura de un emprendedor sin estudios que emergió en tiempo récord –llegó a registrar dos empresas distintas en un día y a plantar sus oficinas en una de las zonas más caras de Barcelona– siempre estuvo cuestionada. 

Sánchez aseguró en 2015 que facturaba 50 millones de euros. Hoy reconoce que está por debajo de esta cifra

También lo hicieron sus cifras. “Actualmente estamos por debajo de los 50 millones”, explica en relación a la facturación bruta de su holding, Grupo Dídac Sánchez, con el que aseguró en una entrevista a El Mundo en 2015 –la que le puso en el punto de mira– que sí alcanzaba esa cantidad. 

A día de hoy, algunas de estas sociedades han sido cerradas y otras vendidas, como Eliminalia, perteneciente al grupo suizo Sabra Holding, o Gestlife Solutions, una empresa similar a Subrogalia centrada en clientes extranjeros y que «ha sido vendida al grupo escocés Invest Medical«, según Sánchez. Su idea es quedarse «con las marcas que mejor funcionan» y, en paralelo, dedicarse a otros proyectos “tecnológicos y políticos» fuera de España, concretamente en Ecuador.  

Cristian Reche

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