El socio mayoritario de Scalextric decide ir a concurso

Winkler impone la medida pese al preacuerdo de Tecnitoys con la banca, las negociaciones con Educa Borrás y la oposición de Lara

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La junta de accionistas de la empresa Tecnitoys, licenciataria en España de Scalextric, aprobó el pasado jueves presentar ante el juzgado los libros de la sociedad e instar el concurso de acreedores. En una convulsa reunión, los representantes de Winkler Internacional –sociedad que según medios del sector representaría los intereses de la familia Arnau– impuso la medida pese a la rotunda oposición de Inversiones Hemisferio (compañía instrumental de la familia Lara) y la abstención de Tomás Fornesa, otro de los socios relevantes de la juguetera.

Según han explicado fuentes financieras, este lunes han sido informados de la decisión adoptada por los socios. La sorpresa ha sido mayúscula entre la banca, puesto que existía un preacuerdo de renegociación muy ventajoso para la compañía que había sido negociado en los últimos meses.

Deuda bancaria de 11 millones

Los bancos acreedores son una docena y la deuda totaliza unos 11 millones entre créditos directos y operaciones de circulante, explica el directivo de una de las entidades acreedoras. Los bancos que financiaban a Tecnitoys son Banco Popular, Deustche Bank, Banco Pastor, La Caixa, BBVA, Santander, Banesto, Catalunya Caixa, Bankia, Caja España, Ibercaja y Banc Sabadell.

El preacuerdo con la banca –que incluía una quita de la deuda y una refinanciación global– estaba prácticamente resuelto y se unía a otro similar con todos los acreedores no financieros, también con una quita, en este caso del 50%. De igual forma, la empresa había liquidado a la totalidad de su plantilla antes del verano de forma pactada.

Balance sin formular

Desde el sector bancario se asegura que todavía se desconoce con exactitud el pasivo que presentará la compañía, puesto que por el enfrentamiento entre los socios no existe un balance formulado definitivo para presentar al juzgado. De acuerdo con las mismas fuentes, la maniobra respondería a intereses de Winkler, y no de la compañía o los acreedores. Así, Winckler no renunciaría a controlar en el futuro la licencia de Scalextric que la banca le obligó a hipotecar en la última refinanciación.

Las negociaciones en nombre de la empresa habían sido llevadas a cabo por el que fuera vicepresidente de la SEPI Jordi Dagà, que ha declinado hacer ningún comentario sobre lo acontecido alegando que “había dimitido” de su cargo como director general de Tecnitoys.

La incógnita de Educa Borrás

La gran incógnita ahora es saber qué sucederá con el grupo que se presentó como tabla de salvación de Tecnitoys y de sus acreedores. Se trata de Educa Borrás, que firmó la adquisición de los activos comerciales, los stocks, los moldes y la licencia de la marca. Educa se había comprometido a asumir la deuda bancaria además de inyectar fondos para cubrir otras deudas.

Un directivo bancario que participó en las conversaciones previas a la decisión de los accionistas ha señalado a Economía Digital que los fondos propios negativos de Tecnitoys pueden rondar los ocho millones de euros. En 2011, la juguetera facturó por valor de 6,5 millones; un año antes, los ingresos superaron un poco los ocho millones.

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