Mitsubishi paga (muy poco a poco) el fraude de las emisiones

Tras el histórico escándalo del grupo Volkswagen, Mitsubishi fue el segundo gran fabricante en reconocer que manipulaba los datos contaminantes de sus vehículos. Nueve meses después, la marca japonesa recibe la primera sanción económica por este asunto. El Gobierno nipón anunció este viernes una multa de 480 millones de yenes (3,9 millones de euros) por la manipulación de varios de sus modelos de minivehículos.

La agencia japonesa de protección del consumidor ha fijado esta sanción para la empresa tras concluir que vulneró la ley al comercializar estos modelos bajo la etiqueta de una eficiencia energética mejor que la que en realidad ostentaban.

La empresa de los tres rombos admitió en abril de 2016 que había falseado de forma sistemática los datos de consumo de cuatro de sus modelos de minivehículos (de menos de 660 centímetros cúbicos) entre ellos dos comercializados por Nissan Motor. Posteriormente reconoció que había más modelos afectados.

Los datos manipulados, que aparecían en los catálogos distribuidos en los concesionarios de Mitsubishi y Nissan y en sus campañas publicitarias, mostraban un consumo energético de entre un 5% y un 15% inferior a lo que realmente gastaban los coches. Con esta garantía se comercializaron en Japón más de 625.000 unidades de minivehículos, un tipo de automóvil muy populares en el país asiático debido precisamente a su bajo consumo de combustible y su tamaño reducido.

Asimismo, la Agencia nipona de Protección del Consumidor ha ordenado a Mitsubishi Motors y a Nissan Motor que tomen medidas para evitar que se repitan este tipo de manipulaciones.

Compra de Nissan

A raíz del escándalo y de los problemas económicos que éste generó a Mitsubishi, Nissan adquirió el pasado octubre el 34% de las acciones de la primera empresa con el objetivo de recuperar la confianza de los consumidores y de volver a la senda de la rentabilidad económica, según explicó la nueva cúpula directiva de la compañía.