Novartis pelea para proteger un fármaco para el Parkinson y el Alzheimer

Seis laboratorios de genéricos acusan a la multinacional de 'estirar' la patente más de lo permitido por ley

Novartis pleitea este miércoles con seis laboratorios de genéricos para proteger la patente de un medicamento muy utilizado para tratar el Parkinson y el Alzheimer. Se trata de los parches de Rivastigmina, una mejora en el sistema de aplicación de este fármaco. Los laboratorios genéricos aseguran que la transformación de las habituales cápsulas y jarabes en aplicativos cutáneos no es ningún avance y, por tanto, la protección de propiedad intelectual es inexistente.

La vista tiene lugar en los juzgados de Barcelona. El mercantil número 4 tiene preparada una lista de peritos que deberán convencer a su titular de que los parches de Novartis son una innovación propia y no un chicle que la compañía intenta estirar, señalan fuentes judiciales. Por ahora, la multinacional va perdiendo. El juzgado denegó las medidas cautelares que había exigido contra los laboratorios genéricos por comercializar el producto.

Las empresas

Los demandados son seis laboratorios que se dedican al mundo de los genéricos. Se trata de Tecnimede, Apotex, Kern Pharma, Stada, Teva Pharma y Ratiopharm. «Buscan patentes que estén a punto de caducar para empezar a producir los fármacos. O, como en este caso, intentan abrir brecha cuando no está claro la validez de la propiedad intelectual», explican fuentes de mercado.

Los parches de Rivastigmina de Novartis, de nombre Exelon, suponen unos ingresos de unos 45 millones de euros, casi el 75% del total de los productos realizados con este tipo de fármaco. De perder la propiedad intelectual, las ganancias caerían frente a competidores más baratos. El precio de una caja de 30 parches se sitúa en torno a los 250 euros.

Para qué sirve

La rivastigmina es un fármaco que se utiliza de forma habitual para tratar estas dos enfermedades degenerativas. Generalmente, se suministra mediante cápsulas y jarabes. No obstante, los parches transdérmicos facilitan la aplicación en pacientes –no tienen que ingerirlos– que padecen estados más avanzados de estos males. También reduce los efectos secundarios e incrementa el cumplimiento y eficacia del tratamiento.

Esta medicina pertenece a una clase de medicamentos llamados inhibidores de la colinesterasa. Su función es mejorar el funcionamiento mental.

Los parches de Rivastigmina es uno más de los pleitos que la multinacional tiene por todo el mundo. Es un reflejo de un debate habitual en este sector: hasta que punto los laboratorios innovan o simplemente hacen negocio. Novartis alcanzó en 2014 los 51.782 millones de euros, un resultado en línea con el obtenido en 2013. Sus beneficios aumentaron el 10,3% hasta los 9.178 millones de euros.

Economía Digital

Historias como esta, en su bandeja de entrada cada mañana.

O apúntese a nuestro  canal de Whatsapp