¿Quién quiere el acelerador de partículas del Hospital del Mar?

El periplo judicial de dos empresas en concurso deja en el aire el futuro de 15 investigadores y la viabilidad del ciclotrón de Barcelona, por el que se pagaron 7,3 millones de euros

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El acelerador de partículas del Parc de Recerca Biomédica de Barcelona- Hospital del Mar (PRBB) está abandonado a su suerte por la batalla judicial entre la Fundación Privada Institut d’Alta Tecnologia PRBB y el grupo de radiología CRC. Ambas, en concurso de acreedores, están muy ligadas entre sí. CRC Mar, una de las sociedades del grupo, creó en 2001 la fundación junto al Instituto Municipal de Asistencia Sanitaria (IMAS) de Barcelona, que es el gestor de varios hospitales y centros de salud público-privados de la capital catalana.

La viabilidad del ciclotrón y el futuro de los 15 investigadores que trabajan en él está comprometida porque nadie sufraga sus costes de mantenimiento, informan fuentes judiciales a Economía Digital. El dispositivo usa la misma tecnología que el CERN de Ginebra o el Sincrotrón ALBA de la UAB, pero tiene un tamaño más pequeño.

Litigio sobre la propiedad

La administración concursal de la fundación y los directivos de CRC litigan para saber quién es su propietario. Un extremo que se debate en el juzgado Mercantil 6 de la capital catalana, encabezado por el magistrado Javier Fernández Álvarez, y que será básico para ambos concursos. La venta del acelerador de partículas servirá para pagar a buena parte de los acreedores.

El del PRBB es uno de los pocos ciclotrones que existen en Europa y las farmacéuticas pagan “cantidades cuantiosas” para usarlo en sus investigaciones, informan los expertos del sector consultados. Permite conocer cómo afectan los principios activos y los medicamentos en desarrollo en las proteínas de forma no invasiva. Es decir, sin usar seres vivos en la investigación.

En su día, la fundación invirtió 7,3 millones de euros en su puesta en marcha y, fuentes conocedoras de la operación, aseguran que los administradores de las sociedades esperan venderlo por una cantidad parecida.

Compañías interesadas

Fernández Álvarez aún no ha dictado una sentencia en firme, pero en julio dio luz verde a la suspensión cautelar del contrato de venta del acelerador a favor de CRC e impedía que lo vendiera a un tercero.

Con esta resolución en mano, la administración concursal de la fundación ya ha empezado a buscar compradores potenciales, comentan los mismos interlocutores. Incluso tendría a dos inversores interesados en quedarse con la línea de negocio y su investigación científica, además de destinar unos 750.000 euros a volver a poner en marcha el acelerador de partículas.

El último escollo sería el precio del alquiler del sótano en el que está situado el ciclotrón y los laboratorios adyacentes: unos 26.000 euros mensuales por 1.376 metros cuadrados. “El propietario del espacio quiere seguir cobrando este precio desorbitado”, explican las mismas fuentes.

Inseguridad jurídica

El director general del PRBB, Jordi Camí, explica que él también ha contactado con “proveedores” interesados en quedarse con el acelerador de partículas “y alquilar menos metros cuadrados”.

Camí ha declinado hacer ningún comentario sobre el contrato de arrendamiento con la fundación y ha asegurado que “ninguna empresa” les ha venido a ver con una propuesta de actividad. Opina que el futuro del ciclotrón se resolverá definitivamente cuando tengan claro “quién es el propietario del aparato y qué uso le quiere hacer”.

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