Renault puede nombrar CEO a Luca de Meo antes del jueves

La firma francesa quiere cerrar el nombramiento antes de la crucial reunión del día 30 en Japón con Nissan y Mitsubishi

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Renault deja atrás la era del expresidente Carlos Ghosn, arrestado por cargos de mala conducta financiera, y mira hacia el futuro con Luca de Meo al frente de la empresa. El antiguo líder de Seat será nombrado nuevo ejecutivo de la firma francesa antes de este jueves, que es cuando se reúne con Nissan y Mitsubishi. Así lo ha asegurado este domingo el diario francés Le Parisien, aunque Renault se ha negado a hacer declaraciones.

De hecho, el italiano, que ha sido favorito durante meses, dejó la presidencia de Seat el pasado 7 de enero sin alcanzar un acuerdo con el grupo Volkswagen. Pero, por el momento, sigue formando parte de la multinacional alemana ya que en su contrato tiene una cláusula de no competencia, lo que le dificulta su vuelta a Renault.

Hay mucho en juego para la compañía francesa y su asociación con los dos fabricantes de automóviles japoneses. Desde el arresto de Ghosn en 2018 los inversores han huido de Renault y Nisssan. El brasileño fue sustituido entonces por Jean Dominique Senard, quien ahora intenta salvar la alianza con Nissan que, después de dos décadas, casi se rompe.

De este modo, Senard ha asegurado que se van a dar a conocer una serie de medidas en la reunión de esta semana para profundizar los lazos operativos entre los fabricantes, según ha informado Bloombeg. La junta directiva de esta alianza decidirá sobre los nuevos proyectos a medida que la asociación avance hacia una mayor convergencia de las plataformas.

El arresto de Ghosn generó resentimiento entre las compañías

Ghosn mantuvo la sociedad unida durante años a pesar de una relación accionaria desigual que favorecía a Renault y que se estableció cuando Nissan tenía problemas financieros. Su arresto trajo a la superficie el resentimiento entre las compañías. El fabricante de automóviles francés posee el 43% de Nissan, con todos los derechos de voto, mientras que la compañía japonesa posee solo una participación del 15% en Renault y carece de la capacidad de votar.

Ghosn ha negado los cargos japoneses y, a fines del año pasado, huyó a Líbano, donde realizó una campaña mediática para limpiar su nombre y criticar a Renault y Nissan.

Las empresas se enfrentan a una caída de la industria al mismo tiempo que están bajo presión para invertir una gran cantidad en automóviles eléctricos. Los inversores aún no entienden «la magnitud de los desafíos que enfrenta Renault, a pesar de que las acciones cotizan en los niveles más bajos desde 2012», señaló Angus Tweedie de Citigroup la semana pasada, cuando rebajó la calificación del fabricante para vender.

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