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Carlos Cuerpo reta a Donohoe y presenta su candidatura a presidir el Eurogrupo
España vuelve a optar a presidir las reuniones de los ministros del Euro tras la intentona de Calviño en 2020
El ministro de Economía, Comercio y Empresa, Carlos Cuerpo, durante una rueda de prensa. Alejandro Martínez Vélez / Europa Press
El ministro de Economía, Carlos Cuerpo, ha presentado su candidatura a la presidencia del Eurogrupo, la reunión de ministros de la moneda única, con el objetivo de potenciar «con un impulso renovado» la profundización de la Unión de Ahorros e Inversiones y reta al conservador irlandés Pascal Donohoe, actual titular del cargo.
España vuelve a optar a la presidencia de un órgano que fue clave durante la crisis del euro y que la ex vicepresidenta Nadia Calviño ya trató de liderar en 2020, cuando recabó el apoyo de las grandes potencias como Alemania o Francia, pero el peso de los países más pequeños (cada país cuenta con un voto y no es relevante su peso en la moneda única) dio el puesto a Donohoe.
Fuentes del Gobierno han anunciado esta candidatura y subrayan que el ministro se trata de un «firme defensor del proyecto común y está convencido de que el Eurogrupo puede y debe ser una palanca para impulsarlo».
«La posición del ministro de Economía español es bien conocida. Defiende que el escenario geopolítico actual exige abordar de manera urgente, ágil y con ambición, la agenda política europea, en cuya definición el Eurogrupo juega un papel crítico. España desea potenciar al máximo este papel con un impulso renovado», indican estas mismas fuentes.
El Ejecutivo pone toda la carne en el asador con la presentación de Cuerpo, que en los dos años que lleva al frente del Ministerio de Economía ya ha tratado destacado con el impulso de un ‘sandbox’ en los Veintisiete para tratar de avanzar en la Unión de Ahorros e Inversiones, precisamente uno de los aspectos en los que el ministro quiere profundizar.
En contra para los intereses del Gobierno está la debilidad de los Gobiernos socialdemócratas en el contexto europeo (lo que da ventaja a los conservadores) y también la sobrerrepresentación española en puestos económicos clave a nivel europeo: la vicepresidenta de Competencia de la Comisión Europea, Teresa Ribera; la presidenta del Banco Europeo de Inversiones, Nadia Calviño; el presidente de la Autoridad Bancaria Europea, José Manuel Campa; o el vicepresidente del Banco Central Europeo, Luis de Guindos. Este último, en 2015, también trató de hacerse con la presidencia de este órgano.
Tampoco juega a favor del Ejecutivo el hecho de que la Comisión Europea haya dado un toque de atención a España tras la intervención de La Moncloa en la opa del BBVA al Banco Sabadell, amenazando con levantar cualquier posible condición excesiva en defensa de los Tratados europeos.
La presidencia del Eurogrupo es un cargo que se revalida cada dos años y medio y al que solo puede aspirar un ministro de Finanzas de la zona euro en funciones y se encarga de ordenar los trabajos en las reuniones de este grupo informal.
El desafío de Cuerpo llega pocas semanas después de que España firmara un documento conjunto con Alemania, Francia, Italia y Países Bajos –las cinco principales economías de la UE– en un documento conjunto en el que reclamaban cambios para garantizar un papel más protagonista de este foro.
Entre la veintena de integrantes del Eurogrupo, Cuerpo tratará de convencer a una mayoría de ministros conservadores, entre ellos, siete miembros del Partido Popular Europeo (PPE) –Bélgica, Croacia, Grecia, Irlanda, Letonia, Luxemburgo y Portugal– familia política a la que pertenece el actual presidente, además de dos representantes de los gobiernos de ultraderecha de Finlandia e Italia.
A la presentación formal de candidaturas de este viernes le seguirá una votación el próximo 7 de julio para decidir qué ministro presidirá el foro durante los próximos dos años y medio que dura el mandato, una carrera en la que Donohoe parte como favorito.
El procedimiento, que requiere de mayoría simple, prevé además varias rondas de votación si en la primera vuelta ninguno de los aspirantes logra reunir los apoyos necesarios de entre sus socios.