Donald Trump ataca a las farmacéuticas: a partir de octubre aplicarán un arancel del 100%

El presidente estadounidense, Donald Trump

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha desatado un nuevo frente en su política comercial al anunciar la imposición de aranceles de hasta el 100% sobre productos farmacéuticos de marca o patentados importados. La medida, que entrará en vigor el próximo 1 de octubre, afectará a todos los medicamentos de origen extranjero, salvo que los fabricantes estén construyendo plantas en territorio estadounidense, según ha publicado el propio mandatario en su plataforma Truth Social.

Trump ha explicado que la aplicación de este arancel responde a la necesidad de proteger la industria nacional y asegurar el suministro de medicamentos en el país. “A partir del 1 de octubre, aplicaremos un arancel del 100% a cualquier producto farmacéutico de marca o patentado, a menos que una empresa esté construyendo su planta en Estados Unidos”, afirmó en su mensaje.

El mandatario precisó que la expresión “está construyendo” incluirá a aquellas compañías que ya hayan iniciado obras o tengan proyectos en construcción. En estos casos, el gravamen no se aplicará, con el objetivo de incentivar la producción local y la inversión en infraestructuras sanitarias dentro del país.

Impacto económico y reacciones del sector

El anuncio ha generado preocupación entre laboratorios internacionales y distribuidores que dependen de la importación de fármacos patentados. Expertos advierten que un arancel del 100% podría encarecer de manera drástica los medicamentos, afectando a pacientes, hospitales y seguros de salud.

Por su parte, asociaciones del sector farmacéutico han expresado que esta medida podría interrumpir cadenas de suministro críticas, ralentizar la disponibilidad de medicamentos y desincentivar la inversión extranjera en Estados Unidos. Sin embargo, la Casa Blanca insiste en que el objetivo es fortalecer la soberanía sanitaria y la producción nacional.

Trump no se ha limitado al sector farmacéutico. Poco antes, anunció un gravamen del 25% sobre camiones pesados fabricados en cualquier país, con la intención de proteger a los fabricantes estadounidenses de la competencia extranjera. Según el presidente, compañías como Peterbilt, Kenworth, Freightliner y Mack Trucks se beneficiarán de estas medidas.

Asimismo, se implementarán aranceles del 50% a muebles de cocina, tocadores de baño y productos relacionados, y del 30% a muebles tapizados. Trump defendió estas acciones señalando que “es una práctica muy injusta, pero debemos proteger, por seguridad nacional y otras razones, nuestro proceso de fabricación”.

Foto: Freepik.

Una estrategia de nacionalismo industrial

Analistas destacan que esta política forma parte de la estrategia de Trump de fortalecer la industria estadounidense y reducir la dependencia de importaciones clave, especialmente en sectores considerados estratégicos como la salud y la manufactura pesada.

El arancel farmacéutico, en particular, podría tener un efecto directo sobre la competitividad de los laboratorios extranjeros y motivar la instalación de nuevas plantas de producción en territorio estadounidense, lo que, según la Administración, generaría empleo y reforzaría la capacidad nacional de respuesta ante crisis sanitarias.

No es la primera vez que Trump recurre a los aranceles como herramienta de presión comercial. Durante su primer mandato, implementó gravámenes sobre acero, aluminio y productos electrónicos, provocando tensiones con socios comerciales como la Unión Europea, Canadá y China.

Los expertos en comercio internacional advierten que un arancel del 100% en productos farmacéuticos podría desencadenar represalias de otros países y afectar la cooperación internacional en la producción y distribución de medicamentos, especialmente aquellos esenciales para tratamientos crónicos y vacunas.

Reacciones políticas y sociales

Dentro de Estados Unidos, la medida ha provocado un intenso debate. Legisladores del partido demócrata han criticado los aranceles, advirtiendo que podrían aumentar los costos de los medicamentos para los pacientes y dificultar el acceso a fármacos esenciales. En cambio, algunos legisladores republicanos han apoyado la iniciativa, destacando la importancia de asegurar la autonomía de la industria nacional.

Grupos de consumidores y asociaciones médicas también han expresado su preocupación, señalando que los aranceles podrían traducirse en precios más altos y escasez de ciertos medicamentos, afectando a personas con enfermedades crónicas o tratamientos prolongados

Con la fecha de entrada en vigor próxima, el 1 de octubre, las compañías farmacéuticas y de transporte pesado están revisando sus estrategias logísticas y de producción para adaptarse a la nueva normativa. Algunos laboratorios ya han anunciado planes para acelerar la construcción de plantas en Estados Unidos, buscando así evitar el arancel y mantener la competitividad.

Mientras tanto, la administración Trump se mantiene firme en su mensaje de proteccionismo económico, asegurando que los aranceles buscan fortalecer la seguridad nacional y garantizar la autosuficiencia en sectores estratégicos.

En resumen, la decisión del presidente estadounidense marca un giro drástico en la política comercial y sanitaria, y se perfila como uno de los movimientos más agresivos contra la importación de productos farmacéuticos en la historia reciente de Estados Unidos.

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Alba Carbajal

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