El mayor fondo soberano del mundo sufre en el IBEX

Por primera vez en su historia, el Gobierno de Noruega, principal garante del Norges Bank, ha retirado 5.300 millones euros y ha puesto en revisión todas sus inversiones

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Norges Bank, gestor del mayor fondo soberano del mundo –el de Noruega, con un capital de casi 800.000 millones de euros para garantizar el pago de las pensiones–, lleva varios meses intentando enderezar el rumbo de sus inversiones, ante la caída del precio del petróleo y del gas y de unos tipos de interés que impiden generar rentabilidades en la compra de bonos.

Y, mientras los gestores del Norges canalizan el rumbo a seguir, el gobierno noruego ha tomado una decisión inédita. Ha decidido, por primera vez en los 26 años de historia del fondo, retirar capital. Así, entre enero y junio, han sido casi 5.300 millones de euros los rescatados por el Ejecutivo de Oslo para cuadrar las cuentas.

Un movimiento que, unido a los precios de las commodities, está provocando la reducción de entradas netas de capital. Una situación que se está dejando sentir en la estrategia del fondo en medio mundo, en forma de ajustes en las compañías en las que tiene depositadas sus inversiones.

Ajustes tras retiradas de fondos

Indra, Meliá y Técnicas Reunidas son las últimas empresas del IBEX que pueden dar fe de estos bandazos por parte del Norges Bank, que suma en España una inversión de unos 15.000 millones de euros.

Prácticamente a partes iguales entre renta fija –con un aumento de la exposición sobre los bonos españoles, del 8% en el segundo trimestre de 2016, para esquivar las rentabilidades negativos de buena parte de los bonos emitidos por países de la eurozona– y renta variable.

En este caso, con participaciones en prácticamente todas las empresas del selectivo español, con porcentajes sobre el capital que, en la mayoría de los casos, se sitúa entre el 1% y el 2%, por lo que sus movimientos quedan fuera del foco de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), al no superar el 3%.

En Indra, la empresa que desde noviembre de 2015 preside Fernando Abril-Martorell como sustituto de Javier Monzón, el fondo gestionado por el Norges Bank declaraba contar, al final del pasado ejercicio, con el 2,21%.

Una participación que acaba de tocar para dejarla en el 2% directo. El pasado viernes declaraba a la CNMV atesorar el 3,15% directo y tan solo el 0,1% en instrumentos financieros, para al día siguiente hábil, el lunes, vender el 0,6%, reducir al 2% la participación directa y elevar la indirecta al 0,6%, con la toma de casi un millón de acciones en productos derivados.

Medio millón de acciones menos en Meliá

Algo similar ha llevado a cabo en Meliá, el grupo hotelero controlado por la familia Escarrer. A principios de septiembre declaraba a la CNMV haber superado el 3% del capital para, un mes después, vender medio millón de títulos. En este caso, ha mantenido invariable las 12.390 acciones colocadas en instrumentos financieros.

El fondo noruego también ha aprovechado el cierre del tercer trimestre para moverse en Técnicas Reunidas, la multinacional de ingeniería de plataformas petrolíferas controlada por la familia Lladó.

En este caso, los movimientos registrados entre septiembre y octubre han servido para reducir el conjunto de la inversión en un 0,35%, rebajando la participación directa por debajo del 2% y aumentando la indirecta hasta casi el 1%.

El fondo noruego estudia la reasignación de activos

Todos estos movimientos en renta variable que el Norges Bank está llevando a cabo han enderezado la pérdida de rentabilidad de casi 3% registrada en el primer trimestre en esta inversión, para cerrar el segundo con un aumento del 0,7%, que posibilitó acabar el semestre con una mejora en el beneficio del 0,63%, unos 5.000 millones de euros

En su asignación de activos actual, el fondo noruego tiene casi el 60% está invertido en renta variable, algo más del 37% en renta fija y el 3% restante en inversiones inmobiliarias.

Porcentajes que podrían variar a corto plazo si, como está barajando, decide superar el umbral del 60% en renta variable y aumentar, del 5% al 7%, el capital destinado a inmobiliario, lo que iría en detrimento de la compra de deuda soberana.

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