La recaudación del IRPF rozará los 200.000 millones en 2030 por la negativa de Hacienda a deflactarlo
La 'progresividad en frío' en el impuesto dará 1.800 millones de margen de gasto más cada año al Estado de cara al cumplimiento de las reglas fiscales europeas
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez; la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero y la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz. Eduardo Parra / Europa Press
La decisión del Ministerio de Hacienda de dejar las tarifas del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) congeladas, sin adaptarlas con la inflación en los últimos años, junto con la mejora del mercado laboral, van a elevar la recaudación en este tributo hasta que ronde los 200.000 millones de euros en 2030, pasando de representar el 9,1% del producto interior bruto (PIB) en 2024 al 10,7% a principios de la próxima década.
La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef) ha actualizado su escenario macroeconómico y fiscal de cara al próximo lustro, y contempla que los recursos del Estado pasarán de representar el 41,5% del PIB en 2024 al 43% para entonces, un aumento que se explica fundamentalmente por el dinamismo que va a experimentar la recaudación del impuesto sobre la renta.
Así, los impuestos de tipo renta (además del IRPF, se incluye el Impuesto de Sociedades) tendrán cada vez un peso mayor en la recaudación del Estado. Si el año pasado su recaudación equivalía al 12,5% del PIB, la Autoridad Fiscal estima que a comienzos de la próxima década supondrán el 14,3%. De este crecimiento, 1,6 puntos se explican solo por los mayores ingresos por el Impuesto de la Renta.
Tomando como base el PIB español de 2024, que rozó los 1,6 billones de euros, el 10,7% supondría algo más de 170.000 millones, una cifra que será notablemente mayor tanto en términos reales como nominales, dentro de cinco años, acercando la recaudación a ese número redondo.
Por ponerlo en contexto, el año pasado el Estado ingresó 129.408 millones en concepto de IRPF.
Además de la mejora del empleo y del poder adquisitivo que subyace en los presupuestos sobre los que la Airef ha diseñado su cuadro macroeconómico, gran parte de ese aumento de la recaudación viene motivado por el fenómeno de la ‘progresividad en frío’. Esto es, cuando las mejoras en la renta derivadas de la inflación provocan una pérdida de poder adquisitivo, al no actualizarse al mismo ritmo los tramos del impuesto. Algunos contribuyentes pueden ver mejorados sus ingresos en términos reales, pero al ‘saltar’ de tramo, pagar mayores impuestos y no notarlo en su bolsillo.
En los últimos años, y como respuesta a la crisis inflacionaria, gran parte de las subidas salariales se han traducido en mejoras de la recaudación del fisco. Según un artículo reciente de Funcas, de los 33.400 millones más que se ingresaron por IRPF entre 2019 y 2023, 16.700 millones se deben a esa progresividad en frío.
La no indexación del IRPF a la inflación, además de engordar las arcas del Estado, tiene un segundo efecto beneficioso: permite que el Gobierno tenga más margen de maniobra a la hora de cumplir con la regla de gasto europea. En concreto, unos 1.800 millones más cada año, más de 14.000 millones a lo largo del periodo, que se van consolidando.
Con todo, este mayor margen de gasto no se traduce en el marco de reglas fiscales nacional, desfasado tras la reforma de 2023, que excluye del cómputo tanto las medidas temporales de ingresos como la no deflactación.
Otra mejora de los ingresos por IRPF viene de dos modificaciones legislativas recientes. Una, del aumento del tipo del 28 al 30% en la base del ahorro para las rentas del capital superiores a 300.000 euros, algo que se incluyó en el paquete fiscal aprobado a finales del año pasado, así como los aumentos de la reducción de los rendimientos del trabajo y del mínimo de tributación. Estas dos aportarían 722 millones cada año.
Estas subidas compensarían en parte algunas de las rebajas impositivas que tienen previsto aprobar las comunidades autónomas y que afectan fundamentalmente al IRPF. En concreto, la Airef estima que los gobiernos regionales perderán 350 millones en ingresos para el próximo año, que se ampliarán hasta 1.200 millones entre 2025 y 2030. «Como consecuencia del funcionamiento del sistema de financiación, esa pérdida de recaudación se reflejará en las cuentas autonómicas en los ejercicios siguientes a que se refieren las medidas y puede ser superior al efecto recaudatorio puro en aquellos años en que se registre tanto la bajada de las entregas a cuenta del año como la menor liquidación», advierten desde la Autoridad Fiscal.