Maroto y Tremosa, desaparecidos de la mesa de reindustrialización de Nissan

Ninguno de los dos dirigentes políticos ha asistido en ocho meses a ninguna reunión de trabajo para la búsqueda de un inversor que ocupe la planta barcelonesa

Los trabajadores de Nissan se manifiestan este jueves por el centro de Barcelona para reivindicar una alternativa industrial sólida al cierre de las plantas de Nissan en Cataluña. EFE/Alejandro García

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Tras un verano de proclamas y promesas políticas, las primeras espadas del Gobierno y la Generalitat de Catalunya desaparecieron de la crisis de Nissan Barcelona. Los trabajadores de la automovilística japonesa protestaron este jueves ante la lentitud de los avances de la mesa de reindustrialización y, mientras el centro catalán parece encaminarse a albergar un hub de electromovilidad que no se sabe el número de empleos que mantendría, lamentaron la ausencia tanto de la ministra de Industria como del conseller d’Empresa.

Según las comunicaciones hechas públicas por la comisión de reindustrialización de Nissan –formada por la administración catalana y española, la empresa y los sindicatos– la ministra de Industria, Reyes Maroto, y el conseller d’Empresa, Ramon Tremosa, hace meses que no acuden a ninguna de las reuniones del organismo fijadas para la búsqueda de un comprador para los terrenos de la Zona Franca (Barcelona) y sus satélites en Montcada i Reixach y Sant Andreu de la Barca.

La ministra Maroto acudió solamente a la sesión de constitución. Y desde entonces no se la volvió a ver. Su lugar lo ocupó el secretario general de Industria, Raúl Blanco.

La situación de Tremosa es todavía peor. En la reunión inaugural de la mesa, celebrada el pasado 2 de septiembre, la cartera todavía estaba ocupada por la consellera Àngels Chacón, que asistió al encuentro. Fue su única intervención y prácticamente su último acto oficial. El día 3, el antiguo eurodiputado cogió la batuta del departament y desde entonces jamás asistió a ninguna de las reuniones de trabajo. La máxima representante de la Generalitat siempre fue Matilde Vilarroya, directora general de Industria del Departament d’Empresa.

A la que tampoco se vio más allá de la sesión inaugural fue a Teresa Cunillera, la delegada del Gobierno en Cataluña. A pesar de acudir al lanzamiento de la mesa, la presencia de la delegación del Gobierno en la comisión fue puntual. Estuvo representada por el número dos de la institución, Carles Prieto.

Ante la falta de respuestas, los cuatro sindicatos que forman el comité de empresa —UGT, CCOO, CGT y Sigen-USOC— convocaron este jueves una manifestación en Barcelona para exigir la aceleración del procedimiento. La ruta de la protesta no fue casual: arrancó en la Conselleria de Empresa y Coneixement de la Generalitat y terminó en la sede de la Delegación del Gobierno en la capital catalana.

«No vislumbramos ningún proyecto importante», lamentan los trabajadores

En conversación con los medios de comunicación, el secretario general de Sigen-Usoc en la empresa, Miguel Ruiz, avisó de que el acto era «un toque de atención» a las administraciones. Los representantes de la plantilla no ven ahora mismo «una apuesta clara» ni por parte del Gobierno ni por parte de la Generalitat.

El secretario general de CCOO en la automovilística, Miguel Ángel Boiza, añadió que no vislumbran «ningún proyecto importante» con capacidad para garantizar los 1.600 empleos dependientes de la instalación.

El futuro de Nissan Barcelona

Los sindicatos expresaron así sus temores de que la instalación barcelonesa se transforme en un hub de electromovilidad que aglutine a distintos fabricantes como QEV TechnologiesVolta TrucksInzile o Silence. Según los sindicatos, ninguna de estas compañías tiene capacidad para absorber a más de 300 trabajadores.

La mesa de reindustrialización dijo en un comunicado emitido a comienzos de abril que había recibido un total de 17 propuestas de 13 empresas interesadas en los terrenos que ocupa la multinacional en la Zona Franca de Barcelona, en Montcada i Reixach y en Sant Andreu de la Barca, instalaciones que empleaban a un total de 2.500 personas.

Parece que la opción de convertir el centro barcelonés en una planta de baterías ya quedó prácticamente descartado. Como avanzó Economía Digital, una de las únicas opciones para ocupar la totalidad de la fábrica es Rivian, un productor de vehículos eléctricos especializado en furgonetas y pick ups. Sin embargo, parece que el interés no está tan avanzado como el de las firmas presentes en el hub de electromovilidad.

Este jueves, Europa Press desveló el interés de la firma belga Punch, que estaría interesada en hacerse con la totalidad de las instalaciones y mantener el 100% del empleo a cambio de obtener las licencias de propiedad intelectual de los vehículos que todavía se fabrican en la planta catalana.

Carles Huguet

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